miércoles, 3 de octubre de 2007

Superman ****

(Reino Unido, 1978)
Por: Joel Meza
Calificaciones: ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

Un helicóptero sufre un desperfecto al despegar del techo de un rascacielos y queda atascado en la cornisa, a decenas de metros de altura. El piloto se ha desmayado. Su única pasajera sale disparada de la cabina y alcanza a sujetarse del cinturón de seguridad pero es claro que su desplome al vacío es inevitable. Abajo, la gente se arremolina en la calle, aterrada e impotente. Las manos de la mujer pierden fuerza y sueltan el cinturón. La caída es terrible. De pronto, lo increíble. Un hombre con una larga capa roja vuela desde la calle hasta la punta del edificio, ante los asombrados ojos de la muchedumbre y atrapa a la mujer en el aire, salvándola de una muerte segura. Pero el peligro no ha pasado. El helicóptero se suelta de la cornisa y también cae hacia la calle. El público, abajo, grita. Arriba, el hombre de la capa roja, con la mujer en brazos, sigue volando e intercepta al helicóptero. Nuevamente algo increíble sucede: el hombre atrapa con una sola mano la nave y detiene su caída. Acto seguido, mujer y helicóptero son depositados suavemente en el techo del rascacielos. Abajo, en la calle, la gente vitorea y aplaude a rabiar. Arriba, el hombre de la capa se identifica como "un amigo" y remonta el vuelo, para perderse en la oscuridad de la noche.

Por supuesto, esta es la emocionante primera hazaña de Superman en la película del mismo nombre, dirigida por Richard Donner (La Profecía, Reino Unido 1976) y estrenada en 1978. Así como la multitud de la escena, quienes vimos la cinta en su momento en las salas de cine quedamos boquiabiertos y aplaudimos eufóricos con algo que no habíamos visto antes en la pantalla: un hombre volando y realizando proezas sobrehumanas, con un realismo nunca antes logrado. Donner aprovechó nuestra familiaridad con el popular personaje de los cómics, la televisión y las viejas películas en blanco y negro, y consiguió que aceptáramos la fantasía al imprimir verosimilitud a cada escena, en principio gracias a los fabulosos efectos especiales, que nos convencieron de que un hombre podía volar, atrapar aviones y cohetes en el aire, doblar el acero con sus manos, detener el hundimiento de la Falla de San Andrés y hacer girar al mundo al revés. Pero el verdadero logro estuvo en la historia y el elemento humano en pantalla.

Muchas cosas podían haber salido mal. Donner era un director de series televisivas como Kojak y Las Calles de San Francisco, con sólo una exitosa película de terror bajo el brazo (en los ochentas dirigiría las Armas Mortales con Mel Gibson). Para el papel de Superman se eligió a un actor desconocido, el joven Christopher Reeve quien, para empezar, era igualito al Superman de los cómics y las caricaturas. Puesto sobre las calles de Manhattan, Reeve le dio al personaje un aire natural, si se me permite la expresión, vestido de mallas azules, botas rojas brillantes, larga capa... y los calzones rojos arriba de los pantalones. Claro que no tan ridículo como el hecho de que Superman se oculta tras una personalidad secreta, la del tímido reportero Clark Kent, que simplemente por usar traje de calle y lentes ya no es reconocido como el fortachón de dos metros que atrapa aviones en pleno vuelo. Precisamente. Véase cómo la postura y actitud de Reeve cambian, convirtiéndolo en un torpe mastodonte que estorba el paso. La aproximación de Reeve a los dos personajes los separa completamente y permite que la fantástica trama siga su curso, creando las relaciones correctas con los demás personajes en los distintos contextos: como Superman, con Jor-El, su padre extraterrestre interpretado por el en ese entonces ya legendario Marlon Brando, y con el criminal Lex Luthor, nada menos que Gene Hackman fresquecito de sus Contactos en Francia. Y como el sumiso Clark Kent, con su jefe Perry White, en esta ocasión el otrora actor infantil Jackie Cooper, y por supuesto su eterno amor imposible, la intrépida reportera Lois Lane, traída a la pantalla como una mujer profesional independiente de los setentas, por Margot Kidder. Pero a su vez Lois tiene a Superman por inalcanzable, y aquí la película encuentra su corazón, al entrelazarlos en una divertida entrevista privada, que la reportera y el héroe continúan con un ballet en las nubes, y llevándonos al clímax, en que Superman debe decidir entre salvar a Lois o a la humanidad.

La historia fue encargada a Mario Puzo (autor de El Padrino) quien siguió el mítico relato del héroe en un guión conjunto con Robert Benton (Kramer vs. Kramer) y David y Leslie Newman, logrando una divertida y emocionante comedia de aventuras con el justo toque sentimental del compromiso heróico. La excelente cinefotografía estuvo a cargo de Geoffrey Unsworth, de 2001: Una Odisea Espacial y a quien está dedicada la cinta, al fallecer poco después de su filmación. Junto con el equipo de efectos especiales, antes de la era digital, Unsworth nos convenció de que un hombre podía volar envuelto en el diseño de producción de John Barry y la increíble partitura de John Williams, los mismos de La Guerra de las Galaxias, estrenada un año antes.

Con todos estos elementos, puestos con mano segura en la pantalla por Donner, Superman sigue siendo tal vez la mejor película adaptada de un cómic. La edición en DVD, disponible en regiones 1 y 4, incluye la versión restaurada en pantalla ancha, con ocho minutos extras de escenas eliminadas de la versión de cine, tres documentales sobre la filmación, entrevistas actualizadas con los actores, el director y su equipo; dos bandas sonoras alternas, una con la música completa de Williams y otra con valiosos comentarios de Richard Donner y Tom Mankiewicz, el brazo derecho de Donner en esta cinta. Y como curiosidad, podemos ver las audiciones de Margot Kidder (entre otras actrices que se quedaron en el camino, como Mary McDonnell, por ejemplo) para Lois Lane y Christopher Reeve para Superman y Clark Kent. Una excelente opción para volver a creer.
(Publicado originalmente en La Voz de la Frontera, el 17 de Octubre, 2004.)

2 comentarios:

Rafa Ibarra dijo...

Cómo olvidar la intensa emoción que, de niños, nos envolvió al presenciar la escena que describes tan fielmente: el rescate del helicóptero y de Lois Lane. El grado de exitación fue tal que ¡todos los del público aplaudimos eufóricos ante la pantalla! Nunca he vuelto a vivir esa reacción en una sala de cine, fue increíble.

Estoy de acuerdo de que esa fue una película excelente, los trucos hoy nos parecen baratos comparados con lo que hoy se logra con la computadora, pero en ese entonces eran lo máximo. Y al salir del cine, a comprar el obligatorio monito de Superman chafa que se vendió por miles afuera de todas las salas del cine de México.

Lástima de la más reciente película de Superman, donde sigo sin comprar la idea de que pudo cargar toneladas de kriptonita y volar con ellas, cuando ante la presencia de un pequeño trozo se volvió un ser indefenso al que le pusieron una madrina de judicial encabritado.

Saludos!!!

Joel Meza dijo...

Sí, Rafa, eso de estar en un cine cuando una película abre terreno, es una de las mejores experiencias cinéfilas. Uno puede disfrutar lo que le sigue en otras películas, tal vez de igual manera, pero ser parte de esa emoción colectiva de ver algo por primera vez (casi dos años antes había ocurrido con La Guerra de las Galaxias, un año antes, con Encuentros Cercanos del Tercer Tipo), no tiene precio, master (card).
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Algo que tengo pendiente es escribir una nueva reseña sobre Superman, a la luz de las recientes películas de superhéroes, tratando de quitarme la pasión generada (y que no se acaba) por esa primera vez que la ví en estreno. Como dices, los efectos especiales son modestos para lo que se hace hoy y de hecho, no son muy consistentes de escena a escena, lo que hace ver varias de las tomas más pobres aún.

Superman Regresa fue un fracaso como película en general. A la blanda historia, no le ayudó nada ser puesta sobre una calca de la trama de esta primera película de Richard Donner. Y la subtrama del hijo de Superman es algo que pienso sigue resultando innecesario e hizo mucho daño. Si llegaran a hacer una nueva película, creo que van a tener que desechar de alguna manera esa idea. No sé cómo lo harían, pero si llegaran a matar al chamaco, la verdad, Warner Brothers me va a perder completamente en este tipo de películas.