jueves, 31 de diciembre de 2015

LO MEJOR DE 2015

Estimados lectores, muchas gracias por acompañarme en este espacio un año más.
Con mis mejores deseos para 2016, aquí va mi lista de los 10 mejores estrenos de 2015, en carteleras comerciales de la ciudad típica mexicana (donde todo es Cuautitlán), que es desde donde estoy condenado a satisfacer mi cinefilia...

Mad Max: Furia en el camino (Mad Max: Fury Road). Nadie esperaría que una película de 2015 continuara la historia de una trilogía estrenada hace más de treinta años y el director George Miller no falla: lo suyo es una violenta persecución en medio del desierto, repleta de colisiones, atropellamientos y explosiones. Muchas explosiones. Y ese convoy de escandalosos percusionistas, gigantescas bocinas y un guitarrista de heavy metal cuyo instrumento dobla como lanzallamas, en un agresivo y divertido espectáculo donde las acrobacias a altas velocidades abundan. No hubo  nada parecido en cartelera y todo ello hizo de Mad Max: Furia en el camino, lo mejor de 2015.

Whiplash Música y Obsesión (Whiplash). El título original en Inglés, “Whiplash”(“Latigazo”), se refiere a la pieza clásica de jazz que ensaya Andrew, el protagonista, una y otra vez en los tambores, soportando, pues sí, los latigazos sicológicos de Fletcher, su maestro de música. La banda sonora, que intercala “Whiplash” y el también clásico “Caravan”, sirve al director Damien Cazelle y a su editor Tom Cross para imprimir un ritmo visual que nos transmite esa genialidad musical que los protagonistas reconocen el uno en el otro.

IntensaMente (Inside Out). El cerebro humano es un órgano único, en que puede reflexionar sobre sus funciones  (“el ojo no ve que ve”, decía Sergio Pablo, mi maestrazo de Filosofía). Y en el cerebro reside lo que nos hace personas y nos mueve a vivir. Y crecer. Pixar pone todo esto en dibujos animados donde las emociones, literalmente, mueven la historia. La simplicidad del cuento y de la puesta en imágenes y sonido hacen más meritorio el absorbente trabajo de Pete Docter y Ronnie del Carmen, codirectores de esta nueva joya de Pixar.

Shaun el cordero (Shaun The Sheep Movie). No hay una sola línea de diálogo en toda la película. La trama y los chistes se explican todos en forma visual y cuando los personajes llegan a “hablar”, lo hacen en forma ininteligible. Así que no se vaya usted con la finta del anuncio “Doblada al Español”. En “Shaun el cordero”, cinta animada con muñecos reales, los directores Mark Burton y Richard Starzak hablan un solo idioma: el del cine puro.

Puente de espías (Bridge of Spies). El personaje de Tom Hanks resuelve todas las situaciones a las que se enfrenta, con inquebrantable decencia, sin los aspavientos y sin las complicaciones “propias” del típico cine de espías. Y muy posiblemente así o más tranquilo, por no decir aburrido (la película es todo lo contrario), sea el trabajo real del mundo del espionaje. Claro, se podrían haber insertado lugares exóticos, corretizas contra reloj y balaceras increíbles, al estilo James Bond, del que el director Steven Spielberg es admirador confeso (ahí tenemos el origen de Indiana Jones, pues). Citando al tranquilo personaje de apoyo, con su enigmática pregunta retórica: ¿serviría de algo?

El expreso del miedo (Snowpiercer). La estructura social es recreada con los sobrevivientes del holocausto climático mundial, en un tren sellado, que por décadas recorre un congelado planeta Tierra. En la historia de la humanidad siempre habrá un redentor de pensamiento libre, pero el destino y los que lo dictan, ni modo, son canijos, como nos muestra el escritor y director Joon Ho Bong.

Misión Imposible: Nación secreta (Mission: Impossible - Rogue Nation). Tom Cruise, el productor, continúa por el excelente camino abierto en la película anterior de la serie. El quinto episodio, ahora escrito y dirigido por Christopher McQuarrie, hace de las aventuras del agente Ethan Hunt un espectáculo de acción y comedia para todo público.

Misión Rescate (The Martian). Por una vez, el director Ridley Scott no se complica y no nos complica la vida: una divertida historia de supervivencia con el simpático Matt Damon atorado en Marte, al estilo Robinson Crusoe (sin Viernes), con apenas suficientes partes sombrías para meterle un poquito de suspenso al asunto. El uso de la ciencia real en todo momento es acertado y nunca jalado de los pelos, lo que deja el resto de la ciencia ficción en la película bastante bien asentada y, por lo tanto, creíble.

Está detrás de tí (It Follows). Una espeluznante historia de terror sin grandes aspavientos, escrita y dirigida por David Robert Mitchelldonde el mal es tan ordinario como cualquier persona que te pueda estar siguiendo.

Gloria. La actriz Sofía Espinosa logra que creamos que esa Gloria sumisa con Sergio Andrade es la misma que, sobre los escenarios, domina al público y parece dueña de una libertad y un libertinaje desenfrenados. Ignoro si lo narrado por la guionista Sabina Berman y el director Christian Keller en “Gloria” es cierto o no. La película es congruente de principio a fin; no maltrata a su protagonista y tampoco, para jugar con el nombre, la glorifica.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Star Wars: El Despertar de la Fuerza ***

(Star Wars: The Force Awakens, EUA 2015) Clasificación México ‘B’/EUA ‘PG-13’
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

La pregunta que más me han hecho parientes, amigos y lectores, con el estreno de El Despertar de la Fuerza, es si se necesita haber visto (o al menos recordar) las seis películas anteriores de Star Wars para entender esta nueva. La respuesta rápida y contundente es: no.

A pesar de ser la séptima cinta de una serie fílmica iniciada en 1977, El Despertar de la Fuerza no se complica las cosas y no le complica la existencia al público: en lugar de presentar una historia nueva que continúe lo narrado, literalmente, “hace mucho tiempo…”, básicamente recicla la trama de la primera película, La Guerra de las Galaxias, donde un joven granjero con sueños de aventura, en un planeta olvidado, recibe un mensaje escondido en un robot y se embarca en una misión para encontrar a una princesa y eventualmente pelear al lado de las fuerzas Rebeldes contra el malvado Imperio Galáctico. El granjero, por supuesto, se convierte en el héroe más grande la galaxia.

Ahora, al inicio de El Despertar de la Fuerza, se nos informa que han pasado tres décadas desde aquella derrota del Imperio y la lucha entre ambos bandos continúa. La Alianza Rebelde ahora se llama la Nueva República y lo que quedó del Imperio se ha reagrupado en el Primer Orden, una fuerza militar y política tan malévola como el antiguo Imperio, en busca de recuperar el control de la galaxia. En este escenario, una joven pepenadora, en un planeta olvidado, recibe un mensaje escondido en un robot y se embarca en una misión para encontrar a una princesa y eventualmente pelear al lado de… y aquí puede ver usted que no necesito más que copiar y pegar del párrafo anterior para completar la idea.

Lo mismo ha hecho el director J.J. Abrams, escribiendo el guión de El Despertar de la Fuerza junto a Lawrence Kasdan, guionista de El Imperio Contraataca y El Regreso del Jedi, segunda y tercera partes de la trilogía original. Si bien la historia es entretenida, realmente no ofrece nada nuevo a los seguidores de la serie, ya que hasta el nudo principal de El Imperio Contraataca es reciclado.

Dejando de lado el asunto del refrito, el trabajo de Abrams resulta en una buena película de entretenidas aventuras, con una protagonista carismática (Daisy Ridley, que parece hermanita de Keira Knightley) y un equipo de simpáticos acompañantes (John Boyega, Óscar Isaac y un robot en forma de pelota con sombrero), que hacen muy buen trabajo de involucrarnos emocionalmente en sus corretizas y vuelos, trepados en naves espaciales varias, todo mostrado en imágenes que se ven increíblemente reales (¡vivan la tecnología visual y el talento de Abrams para usarla en beneficio del espectáculo!), como no se había visto antes ninguna película de Star Wars.

Si acaso, con las limitaciones propias de la época antes de las imágenes computarizadas, El Imperio Contraataca, de Irvin Kershner está a la par visualmente, si se me permite regresar a las comparaciones con glorias pasadas, que finalmente son inevitables, dado que en esta película aparecen también personajes y naves de las primeras tres cintas.

Y ya entrados en comparaciones, entre las nuevas curiosidades, hay un personaje (dibujado y animado con captura de movimientos y voz de Lupita N'yongo) emocional y visualmente similar a Yoda, que ha vivido cien siglos y al conocer a la pepenadora heroína, declara que ha visto repetirse la historia una y otra vez. La verdad, en lo que hace a Star Wars, la noticia no me impresiona: yo llevo apenas medio siglo y en ese tiempo, este cuento ya ocurrió dos veces.

jueves, 17 de diciembre de 2015

Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana...

La Guerra de las Galaxias **1/2
(Star Wars, EUA 1977)
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

Con todo y su estatus de leyenda, técnicamente La Guerra de las Galaxias, escrita, producida y dirigida por George Lucas está lejos de ser una película excepcional. La historia del hombre común predestinado a convertirse en un gran héroe, ha sido contada por Hollywood una y otra vez.

Luke Skywalker, un joven granjero en un planeta olvidado, recibe una misión clásica, por no decir trillada: rescatar a una princesa cautiva. No pueden faltar los compañeros de aventuras, recogidos en el camino: aquí, dos torpes pero chistosos ayudantes, los robots C3PO y R2D2 (o Citripio y Arturito, como fueron rebautizados fonéticamente en México) y dos piratas espaciales: el impulsivo (y tramposo) Han Solo y su leal compañero Chewbacca, una especie de oso peludo y antropomorfo. Los obstáculos en estas historias son enfrentados con el ingenio de los aventureros y valiéndose de los poderes de un personaje místico, que en La Guerra de las Galaxias toma la forma de un viejo ermitaño que guarda, por supuesto, el secreto de la grandeza destinada al protagonista.

Lucas presenta una serie de situaciones predecibles pero entretenidas, con diálogos que van de lo básico a lo cursi, apenas funcionales para mantener la trama, y chispazos de comedia a cargo de la pareja de robots y la pareja de piratas.

El obstáculo principal es el plan de las malvadas fuerzas imperiales por usar la tecnología contra la población, de modo que el gran triunfo de Luke es renunciar a las máquinas y destruir el mal con el poder de la mente, que aquí es llamado “La Fuerza”. Convenientemente, Darth Vader, quien encabeza a los malos, también usa La Fuerza como arma, lo cual redondea el viaje del héroe en un enfrentamiento climático. Pero una vez lograda la meta, el director Lucas ya no tiene nada para sus personajes, que sólo se limitan a sonreír unos a otros en un abrupto final.

El Imperio contraataca ****
(The Empire strikes back, EUA 1980)
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

Estrenada tres años después, El Imperio contraataca muestra el buen tino de George Lucas al encargar la producción, el guión y la dirección de la continuación, a gente más experimentada que él en Hollywood, para asegurar que la primera película no se convirtiera en una llamarada de petate.

La mejora es notable, tanto en historia como en imágenes. El básico viaje del héroe de la película anterior se convierte en el preámbulo de un camino hacia el interior del personaje de Luke Skywalker. Es por ello que, desde el principio de El Imperio contraataca, Luke no participa de las acciones de los demás personajes, ahora enfrascados en lucha permanente contra las fuerzas imperiales, en una trama que pasa a segundo plano, con escenas que esta vez sí llevan una secuencia lógica. El obstáculo de Luke ahora es su propia tendencia al mal, lo cual lleva al mayor acierto de toda la saga y punto climático de la segunda película: la impactante revelación de la relación del héroe con Darth Vader, el hombre más malvado de la galaxia.

La dirección del veterano Irvin Kershner sobre un guión de Lawrence Kasdan (prácticamente novateando sobre un guión previo de otra veterana de Hollywood, Leigh Brackett, que además era novelista de ciencia ficción) nos da una sólida película que refuerza la dramática historia del héroe con una excelente mezcla de aventura y comedia, gracias al desarrollo de los personajes secundarios, incluyendo a Yoda, un nuevo místico que reemplaza al serio Obi-Wan de la primera película. Tan efectivo es el trabajo sobre personajes del director Kershner, que Yoda resulta completamente creíble a pesar de ser una marioneta.

El regreso del Jedi **
(The return of the Jedi, EUA 1983)
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

Al inicio de la tercera parte, Luke Skywalker fanfarronea frente al mafioso Jabba the Hutt, fingiendo ser un Caballero Jedi, a pesar de no haber terminado su entrenamiento por los trágicos hechos vistos en El Imperio contraataca. Tan no funciona la fanfarroneada de Luke, que aunque cumple el objetivo de rescatar al pirata Han Solo, termina asesinando a Jabba y a toda su corte.

Igualmente, George Lucas y su coguionista Lawrence Kasdan, en El regreso del Jedi, fanfarronean con el público, queriendo aprovechar lo logrado en El Imperio Contraataca, pero el resultado queda más bien como una nueva versión de La Guerra de las Galaxias, inflada a base de escenas de acción con efectos especiales sin pulir (demasiadas imágenes descuidadamente sobrepuestas) y chistes demasiado infantiles. Han Solo, después de tener uno de los desarrollos más interesantes de la segunda película, aquí es relegado al papel de bufón y la suerte del Imperio es un refrito de la primera cinta.

El enfrentamiento de Luke Skywalker con Darth Vader es resuelto débilmente, considerando la historia que se había construido en la segunda película y, en consecuencia, el final feliz llega… nomás porque sí.

sábado, 12 de diciembre de 2015

En el corazón del mar **1/2

(In the heart of the sea, EUA 2015) Clasificación México ‘B’/EUA ‘PG-13’
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

En el corazón del mar, del director Ron Howard, busca adentrarse en el corazón humano a través del enfrentamiento de dos personalidades opuestas, en una historia real que, a su vez, nos cuenta la película, inspiró a Herman Melville a escribir su novela Moby Dick.

Con un planteamiento directo y nada sutil, la trama se pone en marcha al presentar a los personajes: el experimentado e inteligente primer oficial (Chris Hemworth en modo Thor) de una flota ballenera asentada en Nantucket a principios del siglo XIX, contra el novato e inepto capitán (Benjamin Walker, de Abraham Lincoln Cazador de Vampiros) que es asignado al barco que por antigüedad le habría correspondido dirigir al frustrado primer oficial. En 1850, los hechos son narrados a Melville (Ben Whishaw, el nuevo Q, del 007) por un viejo (Brendan Gleeson) sobreviviente  de esa misión de 1820, en que una ballena hundió el barco donde él, apenas un adolescente (desperdiciado Tom Holland, que antes brilló en Lo Imposible, la cinta sobre el tsunami) iniciándose en la cacería de ballenas, fue testigo de la lucha de poder del primer oficial y el capitán.

Decía que Howard no es sutil y justamente, cuando el narrador dice que el capitán es tonto, vemos una escena donde toma una decisión equivocada. Cuando dice que el primer oficial es hábil, vemos una escena donde hace algo que nadie más puede hacer en el barco. Finalmente la historia de lucha de poder se siente forzada por el director Howard y si bien las consecuencias son terribles, en la película parece que la tragedia fue más bien producto de una brava naturaleza que de la necedad de los dos hombres. Sin duda Herman Melville sólo tomó la idea principal para la inmortal Moby Dick. Ojalá Ron Howard hubiera hecho lo mismo.

sábado, 5 de diciembre de 2015

LO PEOR DE 2015

Al mal paso, darle prisa: a fin de año, tradicionalmente hago el recuento de las peores películas exhibidas (y que tuve la mala fortuna de ver) en los pasados 12 meses.
Optimista que soy, tengo fé en que sólo veré buen cine durante Diciembre. Así que van, en orden cronológico, los 5 churros que más sufrí entre Enero y Noviembre, con ligas a la reseña extendida publicada originalmente.

(Good People, EUA 2014) Vista en Enero.
¿Qué haría usted si se encuentra dinero ajeno? ¿Y si el dueño ya está muerto? Esta debería ser la premisa de Gente de Bien, del director danés Henrik Ruben Genz, protagonizada por James Franco y Hate Hudson. Lamentablemente el guión llena de motivaciones no sólo a la pareja protagónica, sino también a los malos y hasta al policía que investiga el caso. Eventualmente la película deja completamente de lado el asunto de la lana y los motivos, para convertirse en un refrito de “Mi Pobre Angelito”, aquella en que el pequeño Macauley Caulkin llenaba su casa de trampas para darle su merecido a los malos. Pero James Franco no es Macauley Caulkin y, pues ya está grandecito como para que le andemos festejando sus imprudencias.
(Chappie, Sudáfrica/EUA/México 2015) Vista en Marzo.

Una mezcla de Robocop con cuanta película sobre inteligencia artificial ha hecho Hollywood, movida por una trama con tantos huecos como los de las cabezas de sus personajes. Este bodrio del director Neil Blomkamp solamente se salva por los efectos especiales para traer a la vida (en pantalla, por supuesto) a Chappie, el convincente robot antropomorfo del título, con la voz y los movimientos del tieso actor sudafricano Sharlto Copley.

(The Avengers: Age of Ultron, EUA 2015) Vista en Mayo.

Con Era de Ultrón, el director Joss Whedon cae en la rutina de mostrar peleas de acción escandalosa y confusa, intercaladas con pláticas aburridas. Además, no se puede disfrutar plenamente si uno no recuerda o no conoce los hechos mostrados en las películas individuales de cada uno de los Avengers. Y en lo que hace a conclusión, no hay tal: todo lo que ocurre parece no servir más que para llevarnos a las siguientes películas ya anunciadas de los mismos monos. Lo rescatable, en todo caso, es la creciente relación entre la Viuda Negra (Scarlett Johansson) y Hulk (Mark Ruffalo cuando no es un dibujo verde). Pero no estoy seguro de querer ver los demás capítulos, nomás para ver si terminan teniendo un bilioso chamaco verdinegro.

(Little boy, México/EUA 2015) Vista en Mayo.

El planteamiento del director Alejandro Gómez Monteverde, sobre un niño californiano que espera a que su padre regrese vivo de Japón, durante la Segunda Guerra Mundial, da para una buena lección de fé y crecimiento personal, pero lamentablemente es desarrollado a base de fórmulas para un predecible final, sin importar realmente lo que le ha pasado a los personajes a lo largo de la película. El gran pequeño se interesa más en recurrir a fórmulas tramposas que lleven a un final feliz, independientemente de la historia que nos está contando. El peor Hollywood, pues. Pero hecho en México.

(Outcast, EUA/China/Canadá 2014) Vista en Septiembre.

Supongo que la idea inicial no era mala: un Cruzado del siglo XII que pierde la fé y abandona la guerra santa para refugiarse en China, sin poder escapar a las consecuencias de sus pecados. El caso es que el Cruzado (Hayden Christensen, el otrora joven y berrinchudo Darth Vader) continúa matando a quien se le ponga enfrente, ahora en nombre del imperio celeste, pero la trama se mueve como si fuera una película sobre un berrinchudo aventurero (¿no sabe de otra Christensen?) y no la tragedia de un pecador. Y hablando de pecados, cuál habrá sido el que cometió Nicolas Cage, que con esta película sigue cayendo de nivel en el infierno de los churros cinematográficos…

… y va un pilón:
>>>LA DECEPCIÓN DE 2015<<<
(Minions, EUA 2015) Vista en Julio.
Después de ver Mi Villano Favorito 2, todos quisimos, ¡exigimos! lo mismo: ¡Una película de los Minions! Como dicen: cuidado con lo que deseas. Y es que en lugar de aprovechar al máximo la característica principal de los monitos amarillos, que es echar relajo en todo y por todo, sus creadores Pierre Coffin y Kyle Balda los encasquetaron en una historia bastante estándar, donde tenemos que chutarnos los deseos estándar de una villana estándar, de conquistar (o destruir, según aplique) el mundo; uno de los Minions se convertirá en el héroe estándar que salva a todos, en una forma… estándar. Es tan evidente que la trama es lo de menos, que las mayores carcajadas están en las escenas marginales y sobre todo al final, con el hilarante número musical que no tiene nada que ver con el resto de la película.

lunes, 30 de noviembre de 2015

El Principito **1/2

(Le Petit Prince, Francia 2015) Clasificación México ‘A’/EUA ‘PG’
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

Lo esencial es invisible para los ojos, dice El Principito, tanto en la novela de Antoine de Saint-Exupéry como en la nueva adaptación fílmica, del director Mark Osborne. La película tiene, entonces, el reto de mostrar lo invisible.

En la película, una niña es presionada por su madre para pasar el verano encerrada en casa, estudiando para ingresar al mejor colegio y asegurar su futuro de adulta seria y responsable. Pero los niños siempre serán niños, así que muy pronto se encuentra frecuentando al vecino, un anciano aviador retirado que intenta restaurar un viejo avión monoplaza en su patio y va contándole, usando dibujos y textos escritos a mano, la historia de El Principito, un niño de otro planeta, a quien conoció en uno de sus viajes por el desierto del Sahara. Por supuesto, la niña y el viejo se hacen amigos, más o menos en la misma forma en que lo hacen el Zorro y el Principito del cuento.

Aunque toda la película es animada, la estrategia visual del director Osborne (que antes hizo Kung Fu Panda) consiste en mostrar la“realidad”, es decir, la vida de la niña y el aviador, con dibujos estándar, hechos y animados por computadora, muy parecidos a lo que estamos acostumbrados desde que Pixar estrenó Toy Story hace 20 años. Y la historia del Principito, conforme la va imaginando la niña, se muestra en animación cuadro por cuadro (“stop motion”) de muñecos estilo papel maché, lo que le da a estas escenas una riqueza visual y una calidad poética que remite directamente a la novela de Saint-Exupéry.

Lo mismo pasa con las dos historias en pantalla: la relación de la niña reprimida y el viejo alivianado resulta bastante normal para los estándares hollywoodenses, mientras que los pasajes sobre el Principito conservan las ideas, mucho más abstractas, de la novela. Lo esencial, pues. Sin embargo, estos bellos pasajes ocupan algo así como un tercio de la película, ya que, durante la segunda mitad, la historia de la niña se mueve a situaciones inventadas usando algunos de los personajes de la novela.

Ahí es donde la película sufre de ese típico problema de intentar contar una historia nueva con personajes ya establecidos en obras populares, como, por ejemplo, ha ocurrido con los derivados fílmicos de Peter Pan. Rara vez en el cine ha funcionado el concepto de “¿Y qué pasó con…?” En El Principito, del director Osborne, el resultado no es malo pero tampoco es tan bueno como el material fuente, fallando, en mi opinión, en su propia tarea de centrarse, qué más, en lo esencial.
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... y por ahí en la red o en disco, puede usted encontrar la primera adaptación a cine:

El Principito ***
(The Little Prince, EUA 1974)

El legendario director Stanley Donen (obra mayor: Cantando bajo la lluvia, 1952) presentó hace 41 años su adaptación musical de la novela El Principito, con una historia fiel, excepto por algunos cambios a los personajes y los planetas que el Principito visita antes de llegar a la Tierra, y con el agregado de números musicales para ayudar a la narrativa del original de Saint-Exupéry. El resultado es bastante agradable, si bien encasillado, visual y auditivamente, en la época en que se filmó.

Destacan las canciones del Zorro (el genial Gene Wilder, que tres años antes hizo el papel de Willy Wonka) siendo domesticado por el Principito, y la Serpiente (Bob Fosse, el legendario coreógrafo y creador de grandes musicales como Chicago) ofreciendo sus servicios de asistencia suicida y que, en sus pasos de baile, evidentemente inspiró al mejor Michael Jackson, el de principios de los 1980s. El aviador es el actor Richard Kiley, en quien, al ser el narrador, recaen la mayoría de las canciones de la adaptación.

En cuanto al Principito, el niño Steven Warner, de unos 8 años, de entrada parece demasiado joven para el protagonista, dada la profundidad de los diálogos y la melancolía implícita del personaje, pero en sus escenas con adultos (todas, de hecho) mantiene muy bien las situaciones. De paso, recuerdo la reflexión que hace la novela sobre cómo los adultos insistimos en números para conocer a las personas (“¿cuántos años tiene?”). Lo esencial, aquí, es que la película nos hace creer que este niñito puede hacerse amigo de un zorro, confabular con una serpiente, enamorar a una rosa y ganarse el corazón de un aviador varado en el desierto.

sábado, 14 de noviembre de 2015

007 SPECTRE **1/2

(SPECTRE, RU/EUA 2015) Clasificación México ‘B-15’/EUA ‘PG-13’
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

La película 25 de James Bond y cuarta protagonizada por el actor Daniel Craig es un caso curioso en la serie fílmica del 007, iniciada en 1962. 007 SPECTRE retoma las historias y personajes de las tres películas inmediatas anteriores, para convertirse en el remate de una tetralogía, atando todos los cabos que, aunque no lo sabíamos, quedaron sueltos en aquellas tres.

Con una espectacular secuencia de acción inicial, Bond se enfrasca en una destructiva misión, en medio un extraño e hipnótico “festival” del Día de Muertos en el Zócalo de la Ciudad de México y de ahí salta, prácticamente sin parar, a Londres, Roma, Austria y Marruecos, siguiendo la pista de un misterioso anillo que lo lleva a descubrir la existencia de la organización internacional SPECTRE, empeñada en, qué más, dominar al mundo.

007 SPECTRE resulta muy entretenida pero no siempre absorbente, ya que una de sus fallas es depender de que el público haya visto (y recuerde) al menos Casino Royale (2006) y Skyfall (2012) para entender ciertas situaciones con algunos personajes. Por otro lado, deja en el olvido asuntos de su propia película, prácticamente en cuanto salen de cuadro, sin que después se muestren o mencionen las consecuencias de tales escenas.

Una vez que en la trama aparece la primera referencia a Casino Royale, va quedando claro que el objetivo del director Sam Mendes y sus guionistas, John Logan y Jez Butterworth, junto a los veteranos del 007, Neal Purvis y Robert Wade, es presentar las cuatro películas de Daniel Craig como una historia continua, algo inédito en la serie de James Bond, donde la tradición había sido que cada película era una aventura individual, desde cero, sin ninguna relación con las demás, excepto por el hecho de que los personajes principales son siempre los mismos, a veces incluyendo al villano (repitiendo varias veces el amante de los gatos de Angora, Blofeld, a propósito de SPECTRE).

De este modo, es inevitable especular que los productores dejan dos posibles caminos para la siguiente: una continuación con Daniel Craig o una historia completamente nueva, con un nuevo actor en el papel del 007. Veremos en unos años, ya que, como de costumbre, al final aparece el tradicional aviso: “James Bond regresará” y la etapa de Craig como Bond ha demostrado que todo es posible.

sábado, 31 de octubre de 2015

¡Me Muero Bichi! / X: El tiempo de los monstruos.

Porque el arte no necesita de estrellitas ni calificaciones, sigue mi batalla personal contra la estupidez de los distribuidores de cine en México, desde la comodidad de mi sala. En cueros.

Cronos
(México, 1993)

Hace unos 15 años oí en la radio una entrevista con Guillermo del Toro, donde decía que tenía ganas de hacer una película de luchadores, más específicamente del Santo, el Enmascarado de Plata, enfrentando a alguno de sus enemigos en las famosas películas de los 1960s/1970s: algún científico loco, algunas momias, algunos extraterrestres, alguna mujer vampiro o tal vez todos juntos. Y la idea de del Toro no era hacer una película más del Santo, sino explorar al personaje: ¿qué tipo de hombre se pondría una máscara de luchador, una capa plateada y saldría, además de pelear los domingos en la Arena Coliseo, a luchar por la justicia, a bordo de su infaltable convertible deportivo? Por ese camino va Cronos, la primera película de del Toro. Excepto que en lugar de un luchador, se trata de un humano que se convierte en un monstruo inmortal (la película revela qué tipo de monstruo hasta después de casi una hora, así que no lo diré en esta reseña). ¿Qué hay detrás de ese monstruo?

Cronos nos presenta en realidad dos monstruos: uno, Dieter de la Guardia, un ser lleno de maldad, que sólo ve por sí mismo y pasa por encima de quien se le ponga enfrente. Dieter es un viejo y maltrecho magnate (el mexicano Claudio Brook en una de sus últimas actuaciones) que ha buscado por años, a toda costa, ser inmortal. El segundo, Jesús Gris, por el contrario, no siempre fue un monstruo y tal vez nunca lo será: Jesús es un buen hombre, un maduro comprador y vendedor de antigüedades (el actor argentino Federico Luppi), que para su mala, o tal vez buena suerte, se cruza con el objeto del deseo de Dieter: la fuente de la inmortalidad.

Y no diré más sobre la trama, ya que uno de los placeres de Cronos es la forma en que del Toro va presentando a sus personajes y sus historias, cómo enreda las vidas de protagonista y antagonista y, sobre todo, cómo coloca al hombre común en medio de situaciones extraordinarias, llenas de imágenes que a la vez aterran y fascinan o, de plano, nos provocan repulsión y/o carcajadas.

Mención aparte, la fascinación de del Toro por misteriosos mecanismos e insectos asquerosos, que parecieran gratuitos pero son parte integral de la historia. Igualmente, el uso de un personaje infantil, de alguna manera inocente, que se vuelve clave en ciertas vueltas de la historia.

Al lado de Luppi y Brook, en Cronos tenemos la primera colaboración de del Toro y Ron Perlman (después él mismo inmortalizado en el personaje titular de Hellboy, también por del Toro), en el papel del sobrino y ayudante del magnate, que de una manera mucho más mundana busca su beneficio propio en todo el asunto.

En Cronos, Guillermo del Toro sentaría las bases temáticas y visuales para su obra futura, particularmente Mimic (aún con todo lo hollywoodizada que resultó), El Espinazo del Diablo y El laberinto del Fauno. Una carrera fascinante, la del tapatío.

Puente de espías ***

(Bridge of spies, EUA 2015) Clasificación México ‘B’/EUA ‘PG-13’
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

Eficiente filme del director Steven Spielberg, escrito por los hermanos Coen, con Tom Hanks como Jim Donovan, el abogado de compañías aseguradoras que fue lanzado de pronto (la historia de Donovan es real), en medio de la Guerra Fría, al oscuro mundo del espionaje gringo vs. el soviético. El personaje de Tom Hanks resuelve todas las situaciones a las que se enfrenta, con inquebrantable decencia, sin los aspavientos y sin las complicaciones “propias” del típico cine de espías.

Y muy posiblemente así o más tranquilo, por no decir aburrido (la película no lo es), sea el trabajo real del mundo del espionaje. Claro, se podrían haber insertado visitas a lugares exóticos, escenas de corretizas contra reloj y balaceras increíbles, al estilo James Bond, del que Steven Spielberg es admirador confeso (ahí tenemos el origen de Indiana Jones, pues). Citando al tranquilo personaje de apoyo (por el que el actor Mark Rylance debería ganar el Óscar a Mejor Actor Secundario), con su pregunta retórica: ¿serviría de algo? En este caso, no.

sábado, 17 de octubre de 2015

Volver al Futuro II **

Por fin, el próximo miércoles 21 de Octubre es el día en que Marty McFly llegará al futuro, así que me dí a la tarea de revisar (una vez más) Volver al Futuro II.

(Back to the Future II, EUA 1989)
Calificaciones: ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

Después del trancazo de taquilla que fue Volver al Futuro, entre fines de 1985 y principios de 1986, el director Bob Zemeckis y el escritor Bob Gale se engolosinaron con las aventuras del viajero en el tiempo, el adolescente Marty McFly y decidieron usar algunos planteamientos de la cinta original para hacer dos películas más y convertirla en la primera parte de una trilogía. La segunda fue estrenada en 1989 y la tercera en 1990.

Una de las principales diferencias entre Volver al Futuro y Volver al Futuro II es que la primera en realidad no trata de viajes en el tiempo, sino de la realización de la fantasía adolescente de conocer a los papás cuando tenían la edad de uno, y confirmar que fueron tanto o más desordenados que uno. Tomada por Zemeckis y Gale, esa premisa requiere el accesorio de la máquina del tiempo y Volver al Futuro se convierte en una historia perfectamente redonda donde el viajero, por accidente, evita que sus padres se conozcan; por lo tanto, anula su propio nacimiento y ahora debe hacer lo imposible para arreglar las cosas y volver a existir. En el camino, Marty McFly, el viajero, se las arregla además para inspirar a un futuro político de su pueblo, inventar las patinetas y, de paso, crear el rock and roll (sus padres son adolescentes en 1955). Pero la lección es, en todo momento, que los papás también son humanos y fueron jóvenes, con errores, aciertos y sueños como los de uno.

En cambio, Volver al Futuro II solamente trata de viajes en el tiempo y eso es lo que la aleja del encanto de la original. En una trama mucho más enredada, Marty McFly y el inventor de la máquina del tiempo, el "Doc" Emmet Brown, deben viajar, de su presente en 1985, al futuro (el próximo 21 de octubre de 2015, para ser exactos), para arreglar una desgracia en la familia de Marty. Después de un paseo por el 2015, donde lo más memorable son las patinetas voladoras, el excesivo maquillaje avejentador y las exageradas actuaciones de todo el reparto, Marty y el Doc se dan cuenta de que, por sus acciones, la línea del tiempo presente (1985) ha sido alterada y, en un enredo más, deben regresar al 1955 de la primera película para arreglar no sólo sus vidas, sino las de todo el pueblo, nada menos.

Tanto brinco en el tiempo es justificado haciendo que los personajes, desde la primera escena, hablen y hablen y hablen, explicando lo que pasó, lo que está pasando y lo que va a pasar. Aunque el cine es un medio audiovisual, hay una regla que ha funcionado desde sus inicios: muéstralo, no lo platiques. Ese primer tercio de Volver al Futuro II está lleno de imágenes y escenas muy entretenidas sobre “el futuro”, pero prácticamente ninguna tiene que ver con la trama, excepto el asunto de cierto almanaque deportivo que da pie al regreso a 1955. El paseo por 2015, además de plantar una ridícula e innecesaria explicación sobre la autoestima de Marty, es sólo un pretexto para hacer comedia sobre una visión, muy optimista, eso sí, del futuro que se soñaba hace 30 años.

El segundo tercio, en el presente alterado de 1985, resulta grotesco, sombrío y plagado de más explicaciones platicadas para ponernos al corriente, sin mencionar las repeticiones forzadas, igual que en las escenas en 2015, de ciertas situaciones de la primera película, como si los personajes no pudieran escapar a las mismas acciones una y otra vez. Eventualmente regresamos a 1955, donde Marty y el Doc revisitan los hechos de Volver al Futuro y por lo tanto el objetivo del protagonista vuelve a ser el lograr que sus padres se enamoren y se casen, lo cual sirve para emocionarnos nuevamente y hacernos olvidar los desaciertos de los dos tercios anteriores.

En el epílogo, que deja enredados algunos hilos, el director Zemeckis muestra sus cartas: Volver al Futuro II no es más que un puente, muy ocupado, eso sí, entre la primera y la tercera películas. La razón por la que funciona en el imaginario popular, pienso, es por lo simpáticos que nos resultan Marty y el Doc, encarnados por los geniales Michael J. Fox y Christopher Lloyd y terminamos disculpando los excesos de esta segunda parte, sobre todo por la promesa/anuncio final de la tercera aventura, ahora en el viejo oeste. Con todo y patinetas voladoras.

domingo, 11 de octubre de 2015

Misión Rescate ***

(The Martian, EUA 2015) Clasificación México ‘B’/EUA ‘PG-13’
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

Si usted se va a quedar abandonado en Marte, más le vale: 1) ser un científico, 2) ser optimista y 3) ser tan simpático como Matt Damon. Bueno, esto último es el requisito para que la historia sea contada de forma tan entretenida y ligera como lo hace el director Ridley Scott en Misión Rescate, su película número 23, mejor titulada en Inglés como The Martian (El Marciano, pues).

La premisa es sencilla: Matt Damon es el científico Mark Watney que, por azares del destino, es dejado por muerto al ocurrir un accidente en una misión tripulada en Marte, en un futuro no especificado pero que en la película se nota cercanísimo. Ahora, Watney debe usar todos sus conocimientos y, como dicen en esa estación de radio tan popular, toda la actitud, para sobrevivir los cuatro años que calcula tardarán en regresar por él… Si es que se dan cuenta de que está vivo. Ahora entiende usted por qué es necesario ser optimista, ya que el resto de los miembros de la misión van de regreso a la Tierra pensando que Watney está alimentando a los gusanos marcianos (si los hubiera, claro está).

El director Scott no se complica y no nos complica la existencia: nos entrega una divertida historia de supervivencia al estilo Robinson Crusoe (aunque sin Viernes), dejando apenas suficientes partes sombrías para meterle un poquito de suspenso al asunto, a pesar de que los distribuidores en nuestro país ya nos sueltan la sopa desde el título en Español.

En lo personal, por mi formación de ingeniero, disfruté mucho las partes que tienen que ver con el uso de la ciencia, que en todo momento es acertado y nunca jalado de los pelos, lo que deja el resto de la ciencia ficción en la película (el tener misiones tripuladas interplanetarias) bastante bien asentada y, por lo tanto, creíble.

Como es costumbre en las películas de Scott y gracias al cinefotógrafo Dariusz Wolski, con quien ha colaborado en sus últimas cuatro cintas, las imágenes (del astronauta Watney vagando por el desértico Marte o de la nave espacial en el vacío) son para admirarse en la pantalla más grande que usted encuentre. El reparto es un ensamble de actrices y actores conocidos (Jeff Daniels, Jessica Chastain, Chiwetel Ejiofor, Michael Peña, Kate Mara, Kristen Wiig) pero todos están ahí solamente para llenar personajes simpáticos, ya que todo el show es del marciano, Matt Damon.

viernes, 25 de septiembre de 2015

El Fantasma *

(Outcast, EUA/China/Canadá 2014) Clasificación México ‘B’/EUA ‘PG-13’
Calificaciones: ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

Supongo que la idea inicial no era mala: un Cruzado del siglo XII que pierde la fé y abandona la guerra santa para refugiarse en China, sin poder escapar a las consecuencias de sus pecados. Pero del dicho al hecho, hay mucho trecho y en el caso de El Fantasma, del director Nick Powell, un trecho muuuuy largo separa este planteamiento de la película que vemos en pantalla.

En un acartonado y caricaturesco prólogo, estamos en “El Medio Oriente, siglo XII”, como anuncia un letrero en pantalla. Los Cruzados Jacob (Hayden Christensen, el ex joven Darth Vader) y Gallain (Nicolas Cage, el ex joven Nicolas Cage) discuten a grito pelón sobre la legitimidad de la guerra santa, mientras eficientemente se despachan a diestra y siniestra a un grupo de moros acuartelados. Jacob cree fielmente en la guerra ordenada por la iglesia Católica; Gallain ya no cree en nada, consciente de los crímenes que ha cometido al matar al prójimo en tierra ajena, así que decide mandar todo al traste e irse mucho a la China. Literalmente.

De “El Medio Oriente, siglo XII” brincamos, cual película de Mel Brooks, a “El Lejano Oriente, 3 años después” (¿por la mañana o por la tarde?) y Jacob, guerrero altamente entrenado, ahora trabaja de guarura de un joven rey y eventualmente cuñado, ya que la hermana del rey (la bella actriz Yifei Liu), antes de que usted diga "Reina Amidala", sucumbe rápidamente a la cara permanentemente emberrinchada del ex Darth Vader. El caso es que Jacob continúa matando a quien se le ponga enfrente, ahora en nombre del imperio celeste, pero la trama se mueve como si fuera una película de aventuras y no la tragedia de un pecador.

Y hablando de pecados, cuál habrá sido el que cometió Nicolas Cage, que sigue cayendo de nivel en el infierno de los churros cinematográficos…

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Shaun el cordero ****

(Shaun the sheep movie, RU/Francia 2015) Clasificación México ‘AA’/EUA ’PG’
Calificaciones ****Excelente ***Bueno **Regular *Mala

Qué delicia cuando uno encuentra una película que nos regresa a lo más básico del cine: imágenes en movimiento para hacernos sentir alguna emoción. Y “Shaun el cordero”, el sexto largometraje de la casa británica Aardman, especializada en la animación en plastilina, es un excelente recordatorio que nos hace reír de principio a fin.

La premisa es muy simple: Shaun forma parte de un grupo de corderos en la granja, donde son cuidados por un perro pastor, obligados a cumplir el estricto horario impuesto por el granjero. El alma rebelde de Shaun pone a todos en revolución y eventualmente el grupo, perro y granjero incluidos, terminan cada uno en su propia aventura en la gran ciudad.

La trama en realidad sólo sirve de pretexto para una serie de graciosísimas escenas de humor físico y comedia de enredos, casi todas a cargo de Shaun y los corderos, aunque el perro y el granjero (¡y hasta los cochis!) también tienen sus momentos de brillo propio. Por aquí y por allá hay algunas referencias a películas “clásicas” que harán reír a los adultos pero seguramente escapan a los niños, como “El silencio de los inocentes” y “Sueño de fuga”, pero no son tantas y sobre todo no son importantes para entender el resto de los chistes ni mucho menos la historia.

Escrita y dirigida por Richard Starzak y Mark Burton, además de la desatada comedia, “Shaun el cordero” es un impresionante espectáculo visual al ser animada a partir de muñecos de plastilina, “moviéndose” en escenarios reales, que van de la granja a una carretera y a distintos rincones de la ciudad, con todos los detalles incluidos. La iluminación y la fotografía crean escenarios muy convincentes, al grado que uno termina olvidando que no estamos viendo más que pequeñas maquetas en un estudio.

El otro gran logro es que no hay una sola línea de diálogo en toda la película. La trama y los chistes se explican todos en forma visual y cuando los personajes llegan a “hablar”, lo hacen en forma ininteligible, al estilo de Mr. Bean, por mencionar sólo un ejemplo relativamente reciente. Así que no se vaya usted con la finta del anuncio “Doblada al Español”. “Shaun el cordero” habla un solo idioma: el del cine puro.

sábado, 5 de septiembre de 2015

Hitman: Agente 47 **1/2

(Hitman, Francia, EUA 2007)
Calificaciones: ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

La burra no era arisca, pero la hicieron. Por experiencia, ninguna, pero NINGUNA película que empiece con la leyenda "Basada en el juego de video [inserte aquí el nombre]" puede ser buena. Al contrario, la regla es que cualquier espectador que se respete escupirá la pantalla y poco menos que incendiará la taquilla para exigir el regreso de sus pesos ante uno de estos bodrios (el hecho de que los cines locales conserven pantallas y taquillas impecables e intactas dice mucho de nosotros... ¿los públicos tienen el cine que se merecen?).

Podría decir "a las pruebas me remito" y seguir con una lista de estas desgracias del cine hollywoodense. Pero como esta es una breve reseña, me limito a comentar que Hitman: Agente 47 es una grata sorpresa en este tipo de adaptaciones. La cinta presenta la historia de un asesino profesional "con más de cien muertes" en su haber que, para variar, es traicionado y perseguido por sus patrones y la Interpol, casi casi "por un crimen que no cometió", en el estilo reciente de Jason Bourne.

Sin llegar al nivel de suspenso y genio visual narrativo de esa trilogía, Hitman se deja ver gracias a la ligera historia, a la actuación correctamente plana de Timothy Olyphant como el asesino fugitivo, al cínico policía de Interpol interpretado por Dougray Scott y a la bella Olga Kurylenko, a quien toca ser la compañera del Agente 47 en su huída y darle un pretexto para no hablar solo mientras nos explica la trama. Con un poco más de humor a expensas de su origen de video juego, que lo tiene (el Agente 47 anda por el mundo impecablemente trajeado, rapado y con un visible código de barras en la nuca mientras camina armado por pasillos, disparando a quien se le atraviesa y aumentando su cuenta de muertos a otro ciento antes de que acabe la película, seguramente), escenas de pelea mejor logradas y con un gusto menos prefabricado y, sobre todo, un poco más de desarrollo de personajes, Hitman podría trascender el subgénero. Así como está, al menos es entretenimiento que se alza de entre el resto.

viernes, 14 de agosto de 2015

Club de Cuervos ***

(México, EUA 2015)
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

Desde hace unos días está disponible en internet (Netflix, para ser más precisos) la serie “Club de Cuervos”, producida y dirigida por Gaz Alazraki, que en 2013 diera un trancazo de taquilla con “Nosotros los Nobles”. “Club de Cuervos” no es precisamente cine, tampoco es exactamente televisión, sino un curioso híbrido que vale la pena comentar.

Después del exitazo en 2013 de la comedia “Nosotros los Nobles”, ópera prima del joven escritor y director mexicano Gaz Alazraki, es muy curioso que su siguiente proyecto no sea una película, sino una serie de “televisión” por internet, con 13 capítulos de 40 minutos cada uno, estrenados hace una semana y todos al mismo tiempo en Netflix, el conocido servicio de cine y televisión en línea.

Debo confesar que abandoné “Club de Cuervos” después de ver los primeros dos episodios. La premisa inicial no difiere mucho de los melodramas de la tele mexicana: un hombre millonario muere y sus herederos se pelean por la lana. Encima, los pocos momentos de comedia son al estilo de “Nosotros los Nobles”, sobre todo por el trabajo del actor protagónico, Luis Gerardo Méndez, que hizo al personaje principal de los Nobles. Para ese chiste, pensé, mejor vuelvo a ver la película.

La curiosidad pudo más y decidí ver el tercero, que no sólo muestra más comedia, sino da pie al desarrollo de los personajes que, sorpresivamente y a medida que avanzan los episodios, empiezan a llevar la historia, en lugar de que la historia lleve a los personajes. El grupo de escritores (estadounidenses, por cierto) encabezados por Alazraki toma una idea básica y familiar de la tele mexicana, y van jalando el tapete hacia un formato narrativo menos repetitivo que la telenovela o la comedia situacional gringa, con personajes poco a poco más tridimensionales y conflictos menos prefabricados, a medida que se va desenredando (y enredando nuevamente) la trama.

En cuanto al cuadro principal de personajes, Luis Gerardo Méndez es Chava, un junior que hereda la presidencia del equipo de futbol profesional Cuervos, al morir su padre, mientras que su media hermana mayor, Isabel (la efectiva actriz Mariana Treviño), más capaz en los negocios, es relegada a un puesto administrativo, principalmente por ser mujer. El ya veterano Daniel Giménez Cacho es el director deportivo del Club y una especie de padrino de los hermanos, que paulatinamente va cambiando para tener su propia historia, al igual que algunos de los otros personajes secundarios.

“Club de Cuervos” no es la mejor serie actualmente en internet, pero sí es completamente visible y suficientemente intrigante y divertida para seguir un capítulo tras otro, como si fuera una película de 9 horas de duración.

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(2ª parte de la reseña, publicada dos semanas después de lo que se lee aquí arribita...)

Hace un par de semanas comentaba en este espacio mis impresiones de los primeros capítulos de esta serie de 13 episodios, disponible en Netflix. Habiendo ya terminado los 13, quisiera redondear una idea. Para empezar, confirmo que aunque Club de Cuervos no es cine, tampoco es exactamente televisión.

Más bien es una mezcla de ambos formatos narrativos, propiciada por la plataforma de Netflix, donde las cosas se pueden ver al ritmo que uno desee. Un episodio a la vez, como se ve usualmente una serie de tele, o bien, varios capítulos (o todos), uno tras otro, en una sentada. Esta estrategia de presentar la serie completa desde el primer día permite a sus creadores (y los obliga a) escribir la historia completa y el desarrollo de sus personajes, como se escribe el cine. En Club de Cuervos se nota el cambio que debió haber ocurrido en el trabajo de los escritores después de los primeros dos o tres capítulos, que básicamente se sienten como una telenovela, para transformarse ya en el cuarto o quinto en breves películas seriadas (destaca el octavo, que parodia de principio a fin un documental y que, por cierto, es el único episodio no dirigido por Gaz Alazraki).

Al llegar a los dos últimos episodios, con personajes más ricos que al inicio y una historia con mucha más carnita que la típica telenovela, el equipo de Alazraki no resistió volver al formato televisivo y, con todo lo trágico (y cómico) que resultan (hasta el momento) los destinos de los protagonistas, las cosas se quedan en suspenso de una acartonada forma melodramática. Y ahora tendremos que esperar un año para saber qué pasará con Chava e Isabel Iglesias. Y saber si Club de Cuervos se anima a despegarse de sus inicios telenovelescos.

(Y actualizando datos: Netflix y Alazraki aún no tienen fecha para la segunda temporada; sólo dicen que se verá hasta 2017...)