viernes, 30 de diciembre de 2016

LO MEJOR DE 2016

Lo mejor que ví en la cartelera comercial de la típica ciudad mexicana, durante 2016.
Van en orden de preferencia:

1. Revenant: El Renacido ****. El director Alejandro G. Iñárritu arrastra, literalmente, al por fin oscareado DiCaprio, por tupidos bosques y paisajes congelados, con una cámara (del cada vez mejor Emmanuel Lubezki) siempre activa y nada tímida para las persecuciones y sangrientos enfrentamientos.

2. La Bruja ****. El mal existe, como en la vida, en este intrigante y eventualmente escalofriante relato del director Robert Eggers. La pregunta, contestada en la película, por cierto, es si el mal existe dentro o fuera de nosotros.

3. Las elegidas ***1/2. El director David Pablos muestra, por un lado, cómo se destruye a una niña, a una persona, a base de engaños y sin ningún remordimiento por parte de los victimarios. Y por otro lado, muestra el génesis de un nuevo criminal que, no hay duda, seguirá los pasos de padre y hermano.

4. La gran apuesta (The Big Short) ***1/2. El director Adam McKay explica con muy buen humor la crisis económica mundial de 2008. Ni modo: nos reímos porque es verdad.

5. ¡Salve, César! (Hail, Caesar!) ***1/2. Josh Brolin se luce como el ejecutivo de un estudio de la época dorada de Hollywood, en una intensa jornada, arreglando broncas en la producción de película tras película, mientras la estrella (George Clooney) es secuestrado por los comunistas en esta hilarante comedia de los hermanos Coen.

6. El buen amigo gigante ***1/2. Spielberg mantiene el ambiente de cuento de principio a fin con el guión de Melissa Mathison y el equipo habitual del director: la fotografía de Janusz Kaminski y la edición de Michael Kahn, pausada cuando se requiere y frenética en los momentos justos; acompañando y creando la atmósfera correcta en cada escena, la partitura de John Williams. ¿Cine a la antigüita? No sé. Cine para reír, pensar y soñar, sí. Definitivamente, sí.

7. Me estás matando, Susana ***1/2. Me gustó ese retrato que hacen Roberto Sneider, José Agustín y Gael García, del deseo vicioso del macho: que mi vieja sea poco menos que una ardiente meretriz, ah, pero eso sí, que lo sea por generación espontánea. Y si no, pues voy y le parto en su madre al que le enseñó; claro, después de que se me baje mi propia… emoción.

8. El bebé de Bridget Jones ***1/2. Conocí a Bridget Jones gracias a la directora Sharon Maguire hace 15 años y ahora, casi a los 50, ambas me han hecho reír como no me pasó en un cine en todo 2016. No sé si la escena de esa estrella pop, a quien ni Bridget ni yo reconocimos, funcione igual para los espectadores veinteañeros, que seguramente sí supieron quién era. Extrapolando: No sé si “El bebé de Bridget Jones” funcione igual para los espectadores veinteañeros, que, segura y tristemente para ellos, no la conocen.

9. La llegada ***1/2. Con todo lo fascinante que es la propuesta inicial (extraterrestres llegan por primera vez a la Tierra), después de la mitad el director Villeneuve toma varios atajos, acelera fuera de cuadro el proceso de aprendizaje mutuo entre la protagonista y los extraterrestres, y cierra de forma artificial y anticlimática la trama principal; sin embargo, una subtrama circular que originalmente era menor, termina revelándose como la valiosa propuesta filosófica de la película.

10. Sully: Hazaña en el Hudson ***1/2. Sully, como nos lo muestra el prácticamente infalible narrador Eastwood y en la confiable piel de Hanks, es un modelo de profesionalismo, como uno esperaría que fueran todos los pilotos de avión. La película funciona a la perfección y nos provoca las emociones y reflexiones correctas; igualmente un modelo de profesionalismo. Como uno esperaría que fueran todos los cineastas.

Menciones honoríficas:

11. Los Hámsters ***. Un día en las vidas secretas y separadas de una familia tijuanense; secretos que les permiten seguir siendo una familia ordinaria. Y unida. Excelentes actuaciones de Ángel Norzagaray, Gisela Madrigal, Hoze Meléndez y Monserrat Minor, además del competente reparto secundario. Escrita y dirigida por Gilberto González Penilla. 

12. El Libro de la Selva ***. Por encargo de Disney, el director Jon Favreau combina exitosamente realistas animales dibujados, con un joven actor de carne y hueso, para contar las historias de Mowgli, el cachorro humano criado por lobos en las selvas de la India.

13. Avenida Cloverfield 10 ***. Ah, qué bonito ejercicio de intriga y suspenso nos da, en su ópera prima, Dan Trachtenberg. Desde el principio solamente sabemos lo que sabe la protagonista y no hay un momento de la película en que no queramos saber la verdad. Claro, hasta que el director nos la revela. Ah, pero queríamos saber…

martes, 27 de diciembre de 2016

Rogue One: Una historia de Star Wars ***

(Rogue One: A Star Wars story, EUA 2016) Clasificación México: ‘B’/EUA ‘PG-13’
Calificaciones: ****Excelente  ***Buena  **Regular  *Mala


Rogue One es la octava película de la serie de Star Wars, aunque oficialmente es una película solitaria que apenas toca tangencialmente la saga de Luke Skywalker y Darth Vader, al contar cómo la Alianza Rebelde robó al Imperio los planos de la Estrella de la Muerte, eventualmente destruida por Luke en La Guerra de las Galaxias, estrenada en 1977. Curiosamente, para reforzar la idea de que no es un episodio más de la serie (¿Episodio 8 o, más bien, Episodio 3.5?), por ningún lado se ve el famoso logotipo inicial ni la narración escrita sobre el fondo de estrellas; tampoco se escucha el fantástico tema musical de La Guerra de las Galaxias compuesto por John Williams. El director Gareth Edwards, sin más bules para nadar que la advertencia “Hace mucho tiempo, en una galaxia muy muy lejana…”, nos mete de lleno en este nuevo cuento “de Star Wars”.

¿Funciona Rogue One, como una aventura individual? Mire, como dice la Chimoltrufia, “no nos hágamos tarugos”… Simple y llanamente, Rogue One sí es otro episodio de Star Wars, pero tal vez es el episodio más arriesgado, al dejar fuera a los conocidos personajes de la serie, salvo una que otra breve aparición especial de algunos de ellos. Sin embargo, no podemos negar que el director Edwards cuenta bien la historia del grupo de guerrilleros rebeldes que se lanza de cabeza en una misión a todas luces sin futuro, a las entrañas mismas del malvado Imperio Galáctico.

Es inevitable que el público compare el ensamble de personajes nuevos con los queridos personajes de La Guerra de las Galaxias, intentado identificar quién toma el lugar de cada uno. Pero Rogue One no comete el error de tener a un nuevo Luke, un nuevo Han Solo y una nueva Princesa Leia, sino que confía el peso del relato a personajes distintos: una joven veinteañera ex presidiaria (Felicity Jones) que no desea cumplir ningún sueño heroico es reclutada por un mercenario asesino al servicio de la Alianza Rebelde (Diego Luna, parco y perpetuamente enojado), acompañados de un cínico robot parlante, totalmente opuesto al inocente C3PO. Estos personajes no son carismáticos como los de las películas originales pero a cambio están insertos en una trama interesante, que sigue el clásico planteamiento de un equipo de renegados que buscan lo imposible porque no tienen nada qué perder.

Donde Rogue One falla es en las varias escenas que abusan de la exposición de motivos, con personajes que hablan y hablan en lugar de entrar en acción. La película termina sufriendo por ello y el último tercio parece querer compensar, con largas y vertiginosas escenas de batalla que resultan repetitivas, no sólo de Rogue One, sino de las tres películas originales. Pero a juzgar por las reacciones del público en la sala, esas referencias son lo que piden los fans, todo mundo sale contento y Disney-Lucas Films ya prepara las aventuras de Han Solo antes de La Guerra de las Galaxias. ¿Episodio 3.75?

jueves, 15 de diciembre de 2016

Jedi Junior High **

(Jedi Junior High, EUA 2015)
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

A todos los que quieren y aman... Star Wars, va este documental sobre una producción teatral, con niños californianos de entre 8 y 12 años, de la versión musical de El Imperio Contraataca. 

Algo así como una tercera parte de Jedi Junior High (en Español, “Secundaria Jedi”) dirigido por Heidi Burkey es sólo para fans de todo lo que sea Star Wars, ya que, a través de entrevistas con los niños y sus papás, la directora Burkey remacha las bondades de las películas y el universo creado por George Lucas; el problema es que si usted sabe poco o nada de “La Guerra de las Galaxias” (que es como se llamaron originalmente en México las primeras 3 películas), no entenderá de qué están hablando los entrevistados y básicamente escuchará alabanzas fanáticas.

Otro tercio se gasta en los aburridos ensayos de la obra teatral, sin que suceda nada realmente interesante, ya no digamos algún tipo de tensión o conflicto. Ni siquiera cuando la obra musical se queda sin directora a unos días del estreno.

Afortunadamente, el tercio restante y verdaderamente valioso de Jedi Junior High se dedica a mostrar cómo las expresiones artísticas, en este caso el teatro, el baile y el canto, pueden encauzar al chamaco más distraído y hacer brillar en escena (y en la vida, de hecho) al preadolescente más inseguro.

Sully: Hazaña en el Hudson ***1/2

(Sully, EUA 2016) Clasificación México ‘B’/EUA ‘PG-13’
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

El planteamiento de la más reciente película del director Clint Eastwood es sencillo: el Capitán Sully (Tom Hanks) intenta hacer entender a los agentes federales que lo investigan, que hizo lo correcto al acuatizar su avión en el río Hudson, una mañana de Enero de 2009, con 155 personas a bordo. Parafraseando a cierto presidente, Sully sostiene que ningún piloto serio y experimentado se levanta en la mañana pensando en joder su vuelo.

Veterano de la aviación militar y civil, Sully cuenta con una intachable experiencia de décadas. En parte por ello se inicia la investigación federal a su aparentemente arrebatada decisión de bajar el avión en medio del río en lugar de regresar al aeropuerto de donde acababa de despegar en Nueva York, después de que una parvada de gansos chocó con la nave, inutilizando los dos motores.

La película desarrolla exitosamente sus dos premisas: primero, cuando actuamos de cierta manera en una situación extrema, no podemos dejar de darle vueltas a lo ocurrido y es inevitable pensar en lo que pudo ser. Segundo, cuando se es un verdadero profesional, sólo queda confiar en el instinto, por la sencilla razón de que el instinto ya ha sido moldeado por la experiencia de quien siempre cumple con su trabajo.

Sully, como nos lo muestra el prácticamente infalible narrador Eastwood y en la confiable piel de Hanks, es un modelo de profesionalismo, como uno esperaría que fueran todos los pilotos de avión. La película funciona a la perfección y nos provoca las emociones y reflexiones correctas; igualmente un modelo de profesionalismo. Como uno esperaría que fueran todos los cineastas.

jueves, 8 de diciembre de 2016

Moana: Un mar de aventuras ***

(Moana, EUA 2016) Clasificación México ´A´/EUA ´PG´
Calificaciones: ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

Un poco de karaoke, estimado lector… cante conmigo: “¡Libre soy, libre soy…!”

O, qué tal ésta: “¡Bajo 'el mar, bajo 'el mar…!”

Fácil, ¿verdad? Con la primera, inmediatamente piensa uno en Frozen, y con la segunda, en La Sirenita. Bueno, a ver, sígame con esta otra: “El punto en que el cielo es el mar, me llama…”

¿No le suena? ¿Qué tal ésta, un poco más sencilla? “¡De nada, de nada!”

¿Tampoco? No lo culpo, estimado lector. Justamente esas dos últimas son canciones que se pueden oír en Moana: Un mar de aventuras, el nuevo musical animado por computadora de la casa Disney. El problema es que, aunque las canciones de Moana funcionan para contar la historia mientras uno ve la película, al salir ya las hemos olvidado completamente. Escritas por la sensación de Broadway, Lin-Manuel Miranda y todo lo que usted quiera, pero nada pegajosas, pues.

En todo caso y ya olvidadas las canciones, los directores Ron Clements y John Musker (quienes también realizaron La Sirenita, por cierto) no intentan inventar el hilo negro, sino entregar la cinta típica de Disney, protagonizada por la nueva princesa del róster disneyiano, agregando los elementos narrativos de moda y una que otra referencia a la cultura pop actual (hay que ver esa delirante secuencia estilo Mad Max 4; por mucho, lo mejor de toda la película).

La comparación con La Sirenita y con Frozen, por cierto, no es de oquis. Moana es una princesa de las islas del Pacífico Sur, que desea con todo el corazón y contra los deseos de su padre, justo como la sirena Ariel, vivir aventuras más allá de la pequeña isla donde vive. Y, justo como las princesas Anna y Elsa en Frozen, Moana busca su propio destino por sí misma, no a base de esperar al príncipe Azul.

Aún así, el cuento transcurre gracias a una relación de pareja, aunque no romántica. Moana se hace acompañar de Maui, un presumido semidiós que es una especie de Prometeo de las Polinesias quien, a pesar de su espíritu de redentor, no tiene como misión rescatar a Moana, sino, en todo caso, facilitarle el encontrar su destino.

Qué gusto que Disney siga con sus tradiciones cinematográficas pero esté atenta a las necesidades del público, que ya no se traga personajes femeninos limitados al segundo plano. Ahora, si tan sólo le trabajaran un poquito más a esas cancioncitas…

sábado, 3 de diciembre de 2016

Los Hámsters ***

(Los Hámsters, México 2014) Clasificación México ´B-15´
Calificaciones: ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

Antes de reunirse alrededor de la mesa a cenar, seguimos por separado a papá, mamá y sus adolescentes hijo e hija, en un día en su vida tijuanense. Los secretos que cada uno esconde de los demás, son terribles y probablemente cada uno lo intuye. Por eso, tal vez sea mejor mantener esas vidas separadas en secreto, para seguir siendo una familia ordinaria. Y unida.

Excelentes actuaciones de Ángel Norzagaray, Gisela Madrigal, Hoze Meléndez y Monserrat Minor, además del breve y competente reparto secundario. Escrita y dirigida por Gilberto González Penilla.

jueves, 1 de diciembre de 2016

LO PEOR DE 2016

Ya sé, ya sé: todavía faltan 29 días para que termine Diciembre… pero tengo el propósito (deseo, más bien) de no ver mal cine en lo que queda del año. Así que aquí va lo peor que sufrí durante 2016. Seguramente faltan varios churros que no ví, pero tampoco es manda. Van en el orden en que, en mala hora, me las topé.

Calificaciones: ****Excelente ***Buena **Regular *Mala


Tierra de cárteles *1/2 - En la idea detrás de este documental, del director estadounidense Matthew Heineman, hay una buena película: con el crecimiento del violento dominio de territorios por parte de los cárteles de la droga y ante la inacción de los gobiernos, un grupo de mexicanos en Michoacán y otro de estadounidenses en Arizona toman las armas por su cuenta para eliminar, ya sea deteniendo y entregando a las autoridades o, de plano matando, a los temibles delincuentes. Las autodefensas michoacanas quieren sacar a los criminales de su estado. Los paramilitares de Arizona quieren evitar que los miembros de los cárteles entren a su país. Al final, las dos historias permanecen aisladas una de la otra, sin juntarse nunca. Sólo el seguimiento al Dr. Mireles cobra vuelo pero, aún ahí, no hay nada en la película que no sepamos ya por los noticieros y los periódicos.

Batman vs. Superman: El origen de la justicia * El director Zack Snyder hizo todo menos una película coherente con la premisa. La primera hora se desperdicia en una narrativa propia de los cortos/avances de cine, con mini diálogos que no lo son y mini escenas que no permiten acumular tensión. Solamente se remacha el punto de que Batman (Ben Affleck intentando protagonizar este amasijo) debe detener a Superman (Henry Cavill apenas haciendo acto de presencia) y viceversa, en una trama enredosa, como cierto discurso inútil que en algún punto se avienta el villano, Lex Luthor (Jesse Eisenberg, imitando al Guasón de El Caballero de la Noche). A la desordenada y desconectada narrativa se remacha la insistencia en contar una historia de superhéroes de manera “seria”. ¿Cuál es el punto de toda esta “seriedad”, si sólo es para llevarnos a una última hora de trancazo tras trancazo de los personajes titulares (que no entre ellos, por cierto)? ¿Ya nadie cree en rescatar gatos de árboles?

X-Men: Apocalipsis *1/2 - La verdad, no hay mucho qué decir: los X-Men siguen con su cantaleta de que nadie los quiere y siguen divididos en dos bandos enfrentados (¿Xavier vs. Magneto: Civil War?). Nuevamente un súper poderoso quiere exterminar a la humanidad (no, no “era” Ultrón; ni Trump…) y Magneto y Xavier deberán contentarse una vez más para acabar con el malo, mientras la muchacha azul se convierte en Katniss. El director Bryan Singer no se sale del molde: peleas escandalosas intercaladas con pláticas aburridas, insertando a la mitad la escena chistosa que ya les funcionó antes (el muchacho que corre rápido al son de una rolita clásica). Si Marvel insiste en esta fórmula, al menos mejórenla poquito metiendo comentarios de Deadpool a todo lo largo…

¿Qué culpa tiene el niño? *1/2 - ¿Se ríe uno con esta comedia? A ratos. ¿Sale uno satisfecho? Lo dudo. El planteamiento de ¿Qué culpa tiene el niño? es sencillo y trillado: Un par de desconocidos, después de una-noche-de-copas-una-noche-loca, se enteran de que ella está embarazada y en el intento por resolver la situación terminan descubriendo que son el uno para el otro. El problema con ¿Qué culpa tiene el niño? es que nunca sale del mero planteamiento.

Capitán América: Civil War *1/2 - 90 minutos de reiterativas pláticas aburridas y peleas mal filmadas con una cámara temblorosa que no permite ver quién le pica los ojos a quién, es lo que le toma a los hermanos Joe y Anthony Russo, que dirigieron este culebrón de 2 horas y media, llegar a la parte buena de la película: la escena donde los Vengadores se enfrascan en una dinámica y graciosa batalla campal, unos contra otros, divididos en dos grupos. En esta esquina, Iron Man y sus aliados; en esta otra, el Capitán América y sus reclutas. ¿El motivo? No importa: Mientras la pelea sea emocionante, divertida y permita lucirse a los distintos personajes, como de hecho ocurre, el boleto se paga. Sin embargo, como el resto del cine de Disney/Marvel, todo el asunto sigue siendo un larguísimo anuncio de las películas por venir.

Macho ½* - Qué mala es Macho, este intento de refrito de “Modisto de señoras”, esa comedia de 1969 donde Mauricio Garcés era un modisto de alta costura que finge ser afeminado para, en secreto, conquistar a sus potables y adineradas clientas. El problema principal de Macho es que el tratamiento que el director Antonio Serrano da a los elementos copiados de la original, no tiene nada de cómico. Serrano insiste en sus típicos personajes que sufren seriamente porque nadie los comprende. El insulto es querer disfrazar de comedia, a través de actuaciones afectadas en exceso, estos azotes. Definitivamente la peor del año.

lunes, 28 de noviembre de 2016

La llegada ***1/2

(Arrival, EUA 201) Clasificación México ´B´ / EUA ´PG-13´
Calificaciones: ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

La llegada es una bienvenida película de ciencia ficción que se sale de la norma, desde su planteamiento: una lingüista es contratada por el gobierno de los Estados Unidos, para descifrar el lenguaje de los extraterrestres que acaban de llegar a la Tierra, con el fin de preguntarles ¿por qué están aquí?

El director Denis Villeneuve y su guionista Eric Heisserer hacen un excelente trabajo de presentar, con imágenes sencillas, una idea intrigante y absorbente. De la nada, aparecen 12 gigantescas naves oscuras en forma de huevo, flotando sobre 12 lugares distintos del planeta: China, Inglaterra, Rusia, Venezuela y Estados Unidos, entre otros. Un acierto inicial es que sólo sabemos lo que sabe la protagonista, la lingüista interpretada por Amy Adams quien, literalmente en medio de la noche es reclutada por el ejército y llevada dentro de la nave estacionada sobre un campo anónimo en Montana, para estar frente a frente con un par de enormes extraterrestres. Ante la imposibilidad de entender los sonidos que hacen los extraterrestres, la lingüista decide escribir y leer en voz alta palabras en un pizarrón: “Humano” y su nombre, para empezar. Los extraterrestres entienden rápidamente el concepto y a la vuelta de unos meses, la comunicación fluye más o menos en ambos sentidos, pero la pregunta inicial sigue sin ser contestada.

¿Por qué están aquí? Lamentablemente, con todo lo fascinante que es la propuesta inicial, después de la mitad de la película, el director decide tomar un atajo. Sin importar lo que habíamos invertido como público, nos acelera el proceso de aprendizaje mutuo entre lingüista y extraterrestres. Los subtítulos al lenguaje extraterrestre aparecen, la pregunta es contestada, el director y su guionista insertan un conflicto artificial, obvio e innecesario, y se cierra la trama principal de una forma anticlimática y poco satisfactoria.

Sin embargo, una subtrama circular que originalmente era menor, termina convirtiéndose en la verdadera propuesta filosófica de la película y eso es lo que la hace sobresalir en el género. No revelaré la propuesta, pero diré que aún sigo... dándole vueltas.

Macho ½*

(Macho, México, 2016) Clasificación México ‘B-15’
Calificaciones: ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

Qué mal director es Antonio Serrano y qué mala es Macho, este intento de refrito de “Modisto de señoras”, esa comedia de 1969 donde Mauricio Garcés era un modisto de alta costura que finge ser afeminado para, en secreto, conquistar a sus potables y adineradas clientas.

La versión de 2016 toma y medio modifica, uno por uno, todos los elementos de la sencilla trama de la cinta de 1969: El modisto amanerado en secreto es un galán cotizado entre sus clientas; un competidor, igualmente afeminado, busca desenmascararlo por celos profesionales; el esposo de una de las clientas/amantes sospecha y mete en aprietos al modisto y, finalmente, el modisto se involucra románticamente con un empleado originalmente contratado para guardar las apariencias.

El problema principal es que el tratamiento que Serrano da a estos elementos no tiene nada de cómico. Si bien las actuaciones de Miguel Rodarte como el modisto y Cecilia Suárez como su socia tiran hacia el lado de la comedia, los supuestos enredos en que se meten no dan risa. En todo caso, el competidor, interpretado exageradamente por Mario Iván Martínez, es más cómico pero sus acciones nunca llevan a nada. La subtrama de los documentalistas que siguen con cámara y micrófono al modisto es totalmente inútil, porque nada de lo que revelan es desconocido ni para nosotros ni para los demás personajes, amén de que, como le gusta a Serrano, estos personajes secundarios también están llenos de azotes.

Y si de azotes se trata, el mayor es para el propio modisto, que no sólo usa su fachada afeminada para los sencillos fines de conquistar a sus clientas, sino para esconder todos sus traumas de la infancia, como termina explicando su mamá que, para acabarla, es Ofelia Medina, es sicóloga y, a juzgar por su casa en una cueva, también es hobbit.

Finalmente, el personaje del empleado contratado como pantalla por el modisto, al tener una fuerte carga de problemas personales y sicológicos (otro azotado, pues), pertenece a un drama, no a una comedia y esto afecta adversamente a todas las escenas en que aparece. Para muestra, la grotesca y violenta golpiza que el modisto le propina después de un momento especialmente romántico de mutua inspiración artística entre ambos, presentado con total seriedad, para luego intentar retomar la comedia de enredos. ¿Bipolaridad? Basura fílmica, más bien.
---
Para compensar el mal rato pasado por Macho, volví a disfrutar la original de 1969 con el genial Mauricio Garcés. Disponible en disco e internet.

Modisto de Señoras **
(México, 1969)

El planteamiento es sencillo. La puesta en imágenes del director René Cardona Jr., rupestre, la estorbosa música de órgano electrónico tapiza de pared a pared la película, los colores se ven horribles y el doblaje de diálogos tampoco ayuda mucho. Pero Modisto de Señoras tiene un excelente valor al centro de todo: la actuación de Mauricio Garcés, el galán cómico por excelencia del cine mexicano de los 1960s.

El amaneramiento que Garcés imprime a su modisto es siempre con fines cómicos y casi casi se adivina que muchos de sus hilarantes diálogos son improvisados, elevando el nivel de la elemental sexicomedia de enredos. Es mucho lo que se obtiene gracias a la personalidad en pantalla de Garcés, que lo mismo nos mueve a la risa que nos hace completamente creíble su famoso grito de batalla: “¡Te voy a hacer pedazos!”

El Contador **

(The accountant, EUA 2016) Clasificación México ‘B-15’/EUA ‘R’
Calificaciones: ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

Si Batman fuera contador público y le llevara los impuestos a gente como usted y como yo, ¿de todos modos sería un justiciero perseguidor de criminales? Aparentemente sí, en vista de esta película protagonizada por Ben Affleck, el Batman actual del cine.

Vea si no: el mentado contador del título (Affleck) de día es un tranquilo y eficiente contador público, que despacha a clientes menores desde una oficinita anónima en un centrito comercial anónimo. Pero de noche (o por lo menos en lo oscurito) también le lleva las cuentas a clientes multimillonarios que no necesariamente han hecho sus millones de buena manera. El truco está en que, una vez arreglados los libros contables de estos clientes, el contador eventualmente actúa para asegurarse de que esos criminales se vean las caras con la ley.

Para cumplir con su misión justiciera, echa mano de unas habilidades muy particulares (dijera Liam Neeson) que incluyen un arduo entrenamiento militar de combate cuerpo a cuerpo y manejo de armas letales. Todo esto lo hace desde una casa remolque escondida en una bodega, donde tiene sus trajes oscuros, un impresionante arsenal y una colección de arte digna de los mejores museos (en esta “baticueva”, el contador se arrulla para dormir bajo un Pollock original, nada menos).

Aunque previsible, El contador presume de una primera mitad muy entretenida, dedicada a mostrar, por un lado, el modus operandi de este Batman financiero y, por el otro, los esfuerzos de un par de agentes de la Hacienda gringa para atrapar a este hombre, por su trabajo con el dinero mal habido. Lamentablemente en el último tercio se vuelve tediosa. Por alguna razón, al director Gavin O'Connor se le ocurrió que podía ser buena idea, después de la primera mitad, atar todos los cabos por medio de escenas donde los personajes no hacen otra cosa que sentarse a platicar historias entre sí. Ya cuando es demasiado tarde, viene una escena extendida de plomazos y guamazos pero el daño está hecho, incluyendo el desperdicio de tener a Anna Kendrick que, aunque simpática, sobra completamente.

jueves, 3 de noviembre de 2016

Ah, qué bonito es el beisbol... Y qué bonito es el cine.

El camarada José Carlos Tapia, desvelándose en Cancún con el 7o. y cardiaco juego de la Serie Mundial 2016, lanzó la provocación: "El novato del año le ganó a Wild Thing, el que entendió, entendió."
Cinéfilo y beisbolero que soy, por supuesto entendí y aquí van mis comentarios.


El Novato del Año (EUA, 1993)
Una cómica carta de amor del actor y director Daniel Stern a Chicago. En ella, Henry, un simpático chamaco de 12 años, en un extraño accidente se convierte en el pítcher estrella de los Cachorros y los lleva hasta el triunfo en la Serie Mundial. Para quienes nos gusta el beis, resulta encantadora y emotiva la secuencia donde Henry dirige a su equipo en la final de división contra los Mets de Nueva York, en un despliegue de divertido beisbol callejero por parte de Chicago. Habrían de pasar 23 años para que los Cachorros hicieran realidad el sueño fílmico de Daniel Stern (y millones de aficionados, de paso).

Major League (EUA, 1989)
Tres años antes de que Chicago llegara a la Serie Mundial en la pantalla grande, el guionista y director David S. Ward se adelantó a lo mismo, pero con los Indios de Cleveland, en esta comedia recordada, sobre todo, por el personaje de Charlie Sheen, el joven pítcher apodado “Wild Thing” (algo así como “La Cosa Salvaje”). Aquí, los Indios inician la temporada con una nueva dueña que, secretamente, busca ganar una millonada moviendo al equipo a Miami (que en ese tiempo no tenía beisbol profesional). Para ello, es necesario que el público se desencante de sus Indios y deje de asistir a los juegos en casa. Así que la mujer despide a todo el equipo y contrata a puros jugadores viejos y a uno que otro novato sin futuro. Pero a la centavera dueña el tiro le sale por la culata: la runfla de fracasados saca la casta, salvando sus diferencias y remontando una temporada perdida, para llegar a la final de división ante los Yankees. El director Ward logra un relato divertido, sentimental y emocionante, que remata en la consabida entrada final, donde los otrora perdedores muestran de qué están hechos, el “Wild Thing” lanza fenomenalmente, “Willie Mays… Hayes” (Wesley Snipes) se roba las bases en un momento crucial y Cleveland mantiene a su equipazo.

Otras curiosidades fílmicas con la Serie Mundial 2016... 
El beisbol hollywoodense parece adorar odiar a Nueva York: en ambas películas, los protagonistas le ganan el campeonato divisional a los respectivos equipos de La Gran Manzana.

Estirando un poco (bueno, un mucho) la liga, está la predicción de Volver al Futuro II. En ella, Michael J. Fox viaja de 1985 a 2015, para enterarse de que los Cachorros acaban de ganar la Serie Mundial a Florida. Es decir, si el plan de la dueña de los Indios en “Major League” hubiera funcionado, el equipo habría terminado en Miami, haciendo posible (en la realidad fuera de la pantalla) la serie contra Chicago en 2016, cumpliendo así (aunque fallando por un año) la profecía. Ah, qué bonito es el beisbol... Y qué bonito es el cine.

Doctor Strange: Hechicero Supremo **1/2

(Doctor Strange, EUA 2016) Clasificación México ´B´/EUA ´PG-13´
Calificaciones: ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

Justo cuando uno ya está hasta la coronilla de películas sobre superhéroes que reciclan una y otra vez la misma trama, aparece oootra más, producida por la casa Disney/Marvel. En esta ocasión es para presentarnos al Doctor Strange, un personaje salido de las historietas (y desconocido por mí), cuya gracia, además de la neurocirugía, es hacer magia mientras mueve enigmáticamente las manitas y suelta chistes al por mayor. Por supuesto y como lo anuncia uno de los dos epílogos (no soltaré la sopa, no se preocupe, lector), la cinta es sólo un eslabón más en la interminable cadena que reúne una y otra vez a uno o varios de los Vengadores, dependiendo del presupuesto en turno.

Hay dos razones por las que Doctor Strange, del director Scott Derrickson, se deja ver, bastante bien, por cierto, y divierte de principio a fin. Primero, por las escenas donde Strange y sus enemigos usan su magia para manipular y, literalmente, doblar la realidad. Algunos de los efectos especiales son bastante sofisticados y conviven muy bien con otros más mundanos y antigüitos (simples y efectivas imágenes en reversa), aunque sospecho que las escenas más impresionantes se disfrutan más en 3D (la ví, como es mi costumbre, en el convencional “2D”). 

La otra y principal razón es el sorprendente reparto de alto calibre, encabezado por Benedict Cumberbatch. Cumberbatch convence como el aristócrata médico neoyorkino que presume de una brillante mente y un peculiar sentido del humor, sometido a la instrucción de la Anciana (Tilda Swinton, robándose cada escena, como de costumbre), para enfrentarse, junto a Chiwetel Eijofor, a los magos malos, encabezados por Mads Mikkelsen. A todos ellos les creemos la enjundia que le ponen a sus movimientos de manos y salimos listos para la siguiente (e inevitable) entrega de Marvel.

jueves, 27 de octubre de 2016

4 décadas de terror

Hay que aprovechar cuando tenemos reestrenos en cine de varias de las mejores películas hollywoodenses de terror, de los 60s, 70s, 80s y 90s. En orden de preferencia, van mis reseñas de las que hay que volver a ver, o ver por primera vez (¡suertudos!), en la pantalla grande más cercana que usted tenga.
Calificaciones: ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

El Exorcista ****
(The Exorcist, EUA 1973) Clasificación México ´ B-15´/EUA ´R´
La primera película hollywoodense importante en tratar la posesión demoniaca y la lucha de la iglesia Católica contra el maligno. Con El Exorcista, el director William Friedkin sentó las bases para las siguientes cintas sobre el tema, mostrando primero a la inocente familia afectada con uno de los mayores miedos, el que algo malo le pase a un hijo, para luego centrarse en la historia del creyente que, en un máximo acto de fe, se enfrenta al demonio en nombre de Dios.
---
Tiburón ****
(Jaws, EUA 1975) Clasificación México ´ B-15´/EUA ´R´
Desde su estreno en el verano del ‘75, las playas no volvieron a ser las mismas. Ni los cines, que a partir de entonces, verano a verano, se llenan de público ávido de emociones fuertes en la pantalla grande. El tiburón no aparece sino hasta la mitad de la película pero desde los primeros minutos el terror de la pantalla se vuelca a los espectadores, ayudado por las inconfundibles e inolvidables notas musicales de John Williams, en esta primera de muchas geniales colaboraciones con el director Steven Spielberg.
---
Psicosis ****
(Psycho, EUA 1960) Clasificación México ´ B-15´/EUA ´R´
Psicosis, del maestro del suspenso Alfred Hitchcock, es una película clásica que casi todo mundo conoce, aún sin haberla visto, gracias a la influencia temática y visual que ha tenido en el cine de terror de los últimos 50 años. Por lo mismo, para quienes saben de ella pero nunca han tenido la oportunidad de experimentarla, es mejor no comentar nada sobre la trama. El propio Hitchcock, en su momento, aparecía en los anuncios de cine pidiendo a quienes la veían que no divulgaran nada, dado el impacto que tiene la historia de la protagonista cuando se ve por primera vez. Aún más: la Universal, distribuidora del filme, exigía a los cines prohibir la entrada a la sala una vez iniciada la función, para respetar la secuencia narrativa ideada por el gran Hitch.

En honor a esta tradición y por experiencia personal acerca del daño que puede uno hacer a los no iniciados (mi amada esposa aún no olvida el que yo, inadvertidamente, revelé el secreto la primera vez que la vio, hace unos 10 años), sólo diré que Hitchcock consigue interesarnos, durante los primeros 45 minutos, en las peripecias de una solitaria y bella rubia, para después presentarnos a un encantador muchacho que vive con su anciana madre y administra un motel a la orilla de una olvidada carretera: el Motel Bates. Y ya me dieron escalofríos nomás de escribir esa última línea.
---
El bebé de Rosemary ****
(Rosemary´s baby, EUA 1968) Clasificación México ´B-15´/EUA ´R´
El director Roman Polanski arma el hipnótico relato en que una joven neoyorkina descubre que lleva en su vientre al anticristo, después de caer víctima de un grupo de adoradores del demonio. La inocencia de la protagonista hace juego con la sencillez con que son presentadas las intenciones de los malos, para aumentar gradualmente el terror, hasta llegar a la escena del enfrentamiento de la madre con el bebé y la terrible decisión que toma.
---
Scream ***
(Scream, EUA 1996) Clasificación México ´ B-15´ / EUA ´R´
El director Wes Craven decide, en los ‘90s, que el género de terror necesita revitalizarse y nos entrega esta idea en la que los personajes, incluyendo al sobrenatural asesino, se saben dentro de una película de terror y todo lo que hacen, consciente e inconscientemente, termina siendo consistente con la disección que Craven hace de sus propias cintas del género. El resultado es más divertido que aterrador, por cierto.
---
Carrie: Un Extraño Presentimiento ***
(Carrie, EUA 1976) Clasificación México ´ B-15´ / EUA ´R´
En cine, lo innovador y vanguardista generalmente envejece mal. Véase Carrie, del director Brian De Palma, con una primera hora de escenas chocantes y actuaciones acartonadas. Es en la última media hora donde De Palma hace gala de su maestría para el suspenso, en una secuencia extendida sin cortes y sin diálogos, continuando, por si fuera poco, con siete minutos presentados en cámara lenta que nos tienen al borde del asiento, esperando la cruel travesura de los chamacos abusivos a la inocente Carrie. La “broma” desata una sangrienta pesadilla, que en pantalla dura menos de cuatro minutos, con uno de los recursos favoritos de De Palma: la pantalla dividida, mientras Carrie ejecuta su venganza sin siquiera parpadear. Sí, las imágenes en pantalla duran apenas los cuatro minutos, pero el impacto de estas escenas y del legendario y multicopiado epílogo han perdurado ya por 40 años.

jueves, 20 de octubre de 2016

Mascotas ***

(Mascots, EUA 2016) Exclusiva de Netflix.
Calificaciones: ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

Recordando a mi querido Ramón Tamayo, el primer Lucho el Aguilucho.

No hay que confundir, estimado lector, esta comedia para adolescentes y adultos, del actor, escritor y director Christopher Guest, con la película para niños “La vida secreta de tus mascotas”, que vimos hace unas semanas en los cines locales. “Mascotas” es un falso documental acerca de un concurso internacional de “mascotas” de equipos deportivos, mejor conocidas en México como botargas (que, en mi opinión, es una palabra bastante cacofónica, pero qué le vamos a hacer).

El director Guest es especialista en este tipo de falsos documentales cómicos, tanto escribiendo y dirigiendo, como actuando. Los cinéfilos más experimentados (por no decir… rucos) lo recordamos como el resentido rockero protagonista de “Spinal Tap”, la comedia de Rob Reiner que, en 1984, usó este mismo estilo para contar el hilarante ocaso de una ficticia banda británica de rock. Lamentablemente este tipo de cine comúnmente no es estrenado en México, tal vez porque los distribuidores nacionales desconfían del buen gusto del público. En todo caso mi favorito, a la fecha, es “Best in show”, estrenado en el año 2000, sobre varios dueños de perros finos, obsesionados con sus canes y con la posibilidad de ganar la medalla “Best in show” en un concurso anual celebrado en Philadelphia.

En cuanto a “Mascotas”, la estructura es simple y archiconocida ya, gracias, sobre todo, a las series de televisión que en los últimos 10 años han adaptado a la pantalla chica el formato del falso documental (“The Office” y “Familia Moderna” destacan). Conocemos y seguimos a los personajes a través de entrevistas frente a la cámara, intercaladas con contrastantes escenas supuestamente privadas de los mismos personajes, que pueden haber sido, o no, filmadas por el equipo de “documentalistas”.

Así, conocemos a varias botargas profesionales (bueno, a las personas que van adentro de las botargas), de distintos lugares de los Estados Unidos, Canadá e Inglaterra, quienes, además de hablarnos de su trabajo como mascotas de equipos deportivos, nos confiesan sus respectivas obsesiones con esa “forma de arte”; la importancia que tiene en sus vidas el concurso internacional y, pues ya entrados en gastos, sueltan la sopa sobre sus problemas personales y hasta maritales.

Al igual que en las otras películas similares de Christopher Guest, el efecto de documental se mantiene, en general con resultados cómicos muy efectivos, gracias a que la mayor parte de los diálogos son improvisados por los actores al momento de grabar las escenas. Por lo tanto, más que el guión, es crucial el reparto y “Mascotas” no se puede quejar en este respecto, con un grupo encabezado por Parker Posey y Jane Lynch, veteranas compañeras de Guest en estas lides, junto con John Michael Higgins, Michael Hitchcock, Don Lake, Fred Willard y Ed Begley Jr., a quienes se unen Chris O'Dowd (el novio policía de “Damas en Guerra”) y Zach Woods (el asistente corporativo de “The Office”).

En general, además de la graciosa línea argumental, es una delicia ver a estos actores trabajar en parejas, alimentándose mutuamente en los diálogos improvisados. En particular, las mejores escenas en este sentido son las de dos hermanas texanas, interpretadas por Parker Posey y Susan Yeagley. Puede uno ver cómo van creando la escena a base de apilar chiste tras chiste, y en sus caras se adivina la complicidad para elevar gradualmente la vara. Neta comedia de actores.

jueves, 13 de octubre de 2016

Kubo y la búsqueda samurái ***

(Kubo and the two strings, EUA 2016) Clasificación ´A´/EUA ´PG´
Calificaciones: ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

La cuarta película de Laika, la compañía especialista en cine animado a partir de fotografías de muñequitos y escenarios reales (“stop motion”), continúa con la temática de sus tres cintas anteriores (Coraline, 2009; ParaNorman, 2012 y Boxtrolls, 2014), con un protagonista humano, un niño, que descubre su fortaleza interna al enfrentarse a personajes sobrenaturales, en una historia atípica de crecimiento personal. En este caso, Kubo es un niño japonés que debe encontrar la armadura de samurái de su difunto padre, para enfrentar al Rey Luna, un antiguo espíritu vengativo.

La gracia de Kubo y la búsqueda samurái es que aprovecha su situación en Japón, para mezclar la visión tradicional japonesa del mundo espiritual, con la magia de una historia fantástica. Así, Kubo vive cuidando a su madre en una cueva apartada del pueblo, a donde acude todos los días mientras la madre permanece en la cueva, en una especie de trance. En la plaza del pueblo, Kubo se gana la vida haciendo origami, figuras de papel doblado, y con ellas narra, para el público callejero, las aventuras de un samurái. Las aventuras que cuenta Kubo son emocionantes por sí solas, pero el principal atractivo es que las pequeñas figuras de papel cobran vida cuando Kubo pulsa las cuerdas de su shamisen, una especie de guitarra japonesa. Al final del día, Kubo debe regresar a su cueva y a su madre, quien siempre le recuerda volver antes de que oscurezca, para protegerlo de los espíritus malignos que quieren apoderarse de él.

Sin embargo, como ocurre en estas historias, el protagonista siempre desea tener algo que no puede y muy pronto Kubo se embarca en un viaje en el que, mientras enfrenta sus miedos (representados por la oscuridad y los espíritus malignos), obtiene la compañía y guía de dos personajes muy peculiares, un mono hembra y un escarabajo gigante que piensa que es un samurái. Ambos, durante el viaje, además de proveer la comedia necesaria, se convierten en las figuras materna y paterna que tanta falta le hacen a Kubo.

El director Travis Knight, animador de los proyectos anteriores de Laika, dirige con solvencia el guión original escrito por Marc Haimes y Chris Butler y arma una película que, al menos a los ojos y oídos de quien esto escribe, se siente y se ve completamente japonesa, aún sin serlo. Me gustó, finalmente, cómo se usan en aras de la historia los conocidos valores tradicionales del Japón, como el honor, la familia, el respeto por los antepasados y el aprecio por las formas artísticas visuales y sonoras.