domingo, 28 de junio de 2009

(Dijera Diezmartínez) Pídala cantando: Thriller.

Además de votar por Abif Muñoz en cada elección, el Duende Callejero también solicita complacencias en este blog que pocas veces hace honor a su nombre. Así que aquí va esta gran peliculita de monstruos ochenteros (1983, para ser más precisos) de John Landis, en la tradición de su Hombre Lobo Americano en Londres (1981).

Y citando al también grande Vincent Price: ¡AH JA JA JA JA JA!

jueves, 25 de junio de 2009

Juventud, divino tesoro

... y cumplió treinta. Farrah se le volvió a adelantar a Michael York. RIP.
(Otra gran tarde de cine en mi infancia, por cierto.)

jueves, 18 de junio de 2009

"¡Noooormaaaan!"

"Señor, ¿su licencia va a ser de automovilista o de chofer?"

Se disfraza de su madre muerta para seguir cobrando la pensión
AP
El Universal
NUEVA YORK Miércoles 17 de junio de 2009

"Irene Prusik lleva seis años muerta, pero en abril alguien se presentó en el Departamento de Vehículos a Motor en Brooklyn para renovar su licencia de conducir.
[...]
Thomas Parkin, de 49 años, ideó el plan estrafalario de suplantar a su madre para poder seguir cobrando su pensión y otros beneficios del gobierno por un total de 117 mil dólares, dijeron los fiscales..."

La nota completa sobre el mantenido, aquí.

domingo, 14 de junio de 2009

El Engaño *

Año de crisis mundial y sin un buen verano fílmico, esto me pasa por refugiarme a ciegas en DVDs.
(Deception, EUA 2008)
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

Tome nota: Hugh Jackman, Ewan McGregor y Michelle Williams como participantes de un club de sexo anónimo en Wall Street, nada menos. Una trama al estilo Hitchcock nos revela al mentado club como el McGuffin de un engaño criminal en medio de una atmósfera prestada de Ridley Scott. El debut cinematográfico del director de comerciales Marcel Langenegger, escrito por Mark Bomback (de Godsend, esa joyita donde Robert De Niro es un científico loco) muestra las costuras muy temprano, derrapa a la mitad y de plano chafea en el tercer acto; lo que se vende como una cinta de suspenso erótico resulta, involuntariamente, en una excelente ilustración de su nombre. El engaño, ciertamente.

Una nota al margen: definitivamente Ewan McGregor es incapaz de hacer un acento convincente que sea distinto al suyo. Mucho tiene que aprender a su coestrella Jackman.

jueves, 11 de junio de 2009

El Canal de [Viaje a] las Estrellas

En vista de que los estrenos de esta temporada no dan para mayor discusión, divirtámonos un rato más con Star Trek.

Aquí, la buena nueva por parte de Trino:Y al día siguiente, todo mundo es un crítico:¿Y qué dijeron los verdaderos críticos? (Diezmartínez, pues).

Ahora, si usted no entendió ni jota de por qué Spock odia a Kirk, acá el Duende Callejero nos cuenta qué onda con Viaje a las Estrellas.

Y por último, puede usted leer mis bembadas al respecto, aquí.

Larga vida y prosperidad.

lunes, 8 de junio de 2009

Autoridades negligentes

Aguantándonos las náuseas, debemos hacer algo contra quienes se han adueñado del país. Las víctimas, esta vez, niños. Agarre aire y lea.Hace mucho, muchísimo tiempo, en la próspera ciudad de Hamelín, sucedió algo muy extraño: una mañana, cuando sus gordos y satisfechos habitantes salieron de sus casas, encontraron las calles invadidas por miles de ratones que merodeaban por todas partes, devorando, insaciables, el grano de sus repletos graneros y la comida de sus bien provistas despensas.

Nadie acertaba a comprender la causa de tal invasión y lo que era aún peor, nadie sabía qué hacer para acabar con tan inquitante plaga.

Por más que pretendían exterminarlos o, al menos, ahuyentarlos, tal parecía que cada vez acudían más y más ratones a la ciudad. Tal era la cantidad de ratones que, día tras día, se enseñoreaba de las calles y de las casas, que hasta los mismos gatos huían asustados.

Ante la gravedad de la situación, los prohombres de la ciudad, que veían peligrar sus riquezas por la voracidad de los ratones, convocaron al Consejo y dijeron: "Daremos cien monedas de oro a quien nos libre de los ratones".

Al poco se presentó ante ellos un flautista taciturno, alto y desgarbado, a quien nadie había visto antes, y les dijo: "La recompensa será mía. Esta noche no quedará ni un sólo ratón en Hamelín".

Dicho esto comenzó a pasear por las calles y, mientras paseaba, tocaba con su flauta una maravillosa melodía que encantaba a los ratones, quienes saliendo de sus escondrijos seguían embelesados los pasos del flautista que tocaba incansable su flauta.

Y así, caminando y tocando, los llevó a un lugar muy lejano, tanto que desde allí ni siquiera se veían las murallas de la ciudad. Por aquel lugar pasaba un caudaloso río donde, al intentar cruzarlo para seguir al flautista, todos los ratones perecieron ahogados.

Los hamelineses, al verse al fin libres de las voraces tropas de ratones, respiraron aliviados. Ya tranquilos y satisfechos, volvieron a sus prósperos negocios, y tan contentos estaban que organizaron una gran fiesta para celebrar el feliz desenlace, comiendo excelentes viandas y bailando hasta muy entrada la noche.

A la mañana siguiente, el flautista se presentó ante el Consejo y reclamó a los prohombres de la ciudad las cien monedas de oro prometidas como recompensa. Pero éstos, liberados ya de su problema y cegados por su avaricia, le contestaron: "¡Vete de nuestra ciudad!, ¿o acaso crees que te pagaremos tanto oro por tan poca cosa como tocar la flauta?". Y dicho esto, los orondos prohombres del Consejo de Hamelín le volvieron la espalda profiriendo grandes carcajadas.

Furioso por la avaricia y la ingratitud de los hamelineses, el flautista, al igual que hiciera el día anterior, tocó una dulcísima melodía una y otra vez, insistentemente.

Pero esta vez no eran los ratones quienes le seguían, sino los niños de la ciudad quienes, arrebatados por aquel sonido maravilloso, iban tras los pasos del extraño músico.

Cogidos de la mano y sonrientes, formaban una gran hilera, sorda a los ruegos y gritos de sus padres que en vano, entre sollozos de desesperación, intentaban impedir que siguieran al flautista.

Nada lograron y el flautista se los llevó lejos, muy lejos, tan lejos que nadie supo adónde, y los niños, al igual que los ratones, nunca jamás volvieron.

En la ciudad sólo quedaron sus opulentos habitantes y sus bien repletos graneros y bien provistas despensas, protegidas por sus sólidas murallas y un inmenso manto de silencio y tristeza.

Y esto fue lo que sucedió hace muchos, muchos años, en esta desierta y vacía ciudad de Hamelín, donde, por más que busquéis, nunca encontraréis ni un ratón ni un niño.
¿FIN?

Desgraciadamente, no lo creo. Tenemos que despertar a nuestra responsabilidad como padres y ciudadanos.

Las mismas actitudes que nos plagan a los mexicanos y nos permiten pasarnos altos, estacionarnos en doble fila, evadir impuestos a través de comerciar con quienes no tienen negocios establecidos legalmente, etc., son las que nos están convirtiendo en asesinos de nuestros propios hijos.

viernes, 5 de junio de 2009

Star Trek **1/2

(EUA, 2009) Clasificación 'B'
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

“El espacio: La frontera final. Éstos son los viajes de la nave estelar Enterprise. Su misión de cinco años: explorar extraños mundos nuevos; buscar nueva vida y nuevas civilizaciones; llegar audazmente a donde ningún hombre ha llegado antes.”
Capitán James T. Kirk, Viaje a las Estrellas – la serie de televisión.

"La pregunta que me hago en cada película de acción es: ¿alguna vez dudaste que el bueno fuera a ganar?"
Mi amigo Jorge

“Una de estas cosas
No es como las otras,
Es diferente de todas las demás…”

Plaza Sésamo

Mire, pa’ qué le movemos: Star Trek es la undécima película de una serie fílmica que inició en 1979 con Viaje a las Estrellas - La Película (ese título es completamente descriptivo y necesario, supongo, ya que Viaje a las Estrellas originalmente fue una serie de televisión estadounidense que se transmitió durante tres años a fines de los ‘60s con un éxito moderado, pero que alcanzó estatus de culto global durante sus repeticiones en los ‘70s, tanto en los Estados Unidos como en México y otros países, además de dar pie a una serie animada en esos mismos años y algunas versiones en historietas – yo, dicho sea de paso, tuve un par de cuadernos de iluminar con las aventuras de los personajes).

Decía, pa’ qué le movemos. Baste ver la moda actual de los grandes estudios con las series o franquicias fílmicas, para adivinar por dónde irá la cosa con la película número once de Viaje a las Estrellas. ¿Alguien dijo “reinicio”? Pues sí: Paramount Pictures reinventa el hilo negro y nos suelta una cinta que busca presentar por primera vez y hasta donde entendí e identifiqué (con mis básicos conocimientos del material anterior), toooodos los elementos que pudiera uno necesitar para navegar por el universo de la serie.

Y si de reinicios hablamos, ¿qué más quiere usted que el inicio INICIO? En el principio, era el verbo. Y el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros y nosotros hemos visto su gloria. Si el Capitán Kirk de las series de tele y las películas es la rebeldía personificada, ¿a poco no sería bonito mostrar por qué Kirk es tan rebelde? Bueno, pues prepárese para verlo nacer (sí, nacer) en las condiciones propicias para que más tarde sólo le falte cantar… “yo… soy rebelde porquelmundomehahechoasí…” mientras desobedece la primera orden de la Flota Estelar a bordo del Enterprise.

O, ¿qué tal el Sr. Spock? Si lo único que sabe usted del Sr. Spock es que es el de las orejas puntiagudas, agárrese (y que conste que no es albur), porque aquí verá cómo de niño le quitaron su patito de hule y en ese momento decidió nunca volver a mostrar su lado humano, como buen vulcano que es (no se preocupe, aquí también le explican qué es un vulcano).

¿Le sigo? Si usted no sabe que existe un personaje llamado el Doctor McCoy, a quien de cariño el Capitán Kirk le dice Bones (“Huesos”), también podrá conocer al buen doctor y el origen de su mote (hombre, yo siempre creí que era por flaco, qué poca imaginación la mía). A este paso, que no le extrañe enterarse viendo esta película por qué Chekov se llama como el autor ruso, por qué Uhura, la única mujer de la tripulación en el puente de mando, usa minifalda y sexibotas a go-go o por qué el Sr. Sulu tiene los ojos jaladitos.

En otras palabras, estimado lector, Star Trek no es nada sutil al invertir tiempo en contarnos el origen de TODO. Es cierto que lo hace de una manera entretenida y nunca aburrida pero, como dice Anthony Lane, crítico de cine de The New Yorker, acerca de esta moda: “¿Batman Inicia? ¿Qué tenía de malo Batman es?” Recuerdo cuando ví la primera película en 1979, entré al cine con un conocimiento leve de los programas de tele y unos cuantos capítulos de la caricatura (que nunca me gustó, por cierto). Esa película iniciaba con una reunión de todos los personajes, llamados de su retiro de ¿diez años? para una nueva misión. Sí se invirtió algo de tiempo en presentaciones pero decididamente no era ése el fin de la cinta, sino poner en la pantalla grande las aventuras de la tripulación del Enterprise. Algo se hizo bien, ya que a ella siguieron cinco películas más, a la par de varias nuevas series de tele y cuatro películas con lo que se conoció como La Nueva Generación (una nueva Enterprise y su tripulación, situada más o menos un siglo después de la original), de las cuales la última se estrenó apenas hace siete años.

En otras palabras, pues y para acabar con este tema, Viaje a las Estrellas no es un concepto desconocido para los cinéfilos de todo el mundo. Así que, en mi opinión, tanta presentación y explicación a lo largo de la película solamente nos quita tiempo para la historia central (y no se diga de la reseña, vea hasta dónde me he extendido). Ahora, sobre la historia central. No me quejo: la tripulación del Enterprise enfrenta a un megalómano que quiere destruir el mundo… bueno, la galaxia, para estar a tono. No espero originalidad en este rubro; creo que entre la serie de tele y las diez películas anteriores ya se han agotado todas las posibilidades para nuevos temas; en todo caso lo importante es la ejecución.

El villano, Nero, es convincente en su malignidad (aunque, por supuesto, Star Trek nos proporciona la explicación del patito de hule también para él, pero ya quedamos en que el asunto estaba cerrado para esta reseña). Las amenazas y las acciones de Nero, si bien espectaculares y entretenidas, no son más que el McGuffin para unir todas las piezas y armar ese Enterprise capitaneado por Kirk, con Spock y el resto de los personajes a su lado. Claro que estos personajes tan familiares para cualquiera mayor de cuarenta años deben ser interpretados por actores jóvenes, si de reinicio estamos hablando. Mire, aquí no tengo pega. Sería tanto como quejarme a estas alturas de por qué, ¡Por qué, Señor! Roger Moore, Pierce Brosnan o Daniel Craig se atrevieron a reemplazar a Sean Connery como el 007. En mi opinión, todo el reparto encaja muy bien en los moldes creados por los actores originales, al menos para los personajes centrales, Kirk y Spock. Y en todo caso, se agradece que ahora exista un poco más de dimensión para el resto, empezando por la teniente Uhura, aún con sus botas a go-go, que no se le ven nada mal a Zoe Saldaña, debo decir.

Ahora voy sobre lo que no me gustó y seré breve (ya qué): el estilo visual escogido por J.J. Abrams, encargado de dirigir esta undécima cinta de la franquicia. Salvo contadas secuencias, ese estilo es todo menos visual. Cuando Abrams no está sacudiendo la cámara al punto de que no se puede distinguir a un ruso de un japonés o a un vulcano de un romulano, todas las luces del foro están dirigidas al lente, manchando la imagen de una forma muy estorbosa. Debo decir que salí molesto.

Y finalmente, sí, debajo de todas esas introducciones, sacudidas y clichés, la historia básica de Star Trek es muy similar a lo que ya se ha hecho antes en Viaje a las Estrellas (por primera vez encuentro utilidad al título no traducido para México, mire lo que son las cosas). Después de todo, a pesar de varias buenas premisas de ciencia ficción a lo largo de la serie, ninguna de las cintas anteriores las ha desarrollado de manera particularmente memorable, pero sí entretenida, en mayor o menor grado. Dicho lo cual, hay una diferencia fuerte respecto a la mayoría de las anteriores: la estructura de película de acción gobierna por primera vez la trama y aquí es donde vuelvo a la pregunta de mi amigo Jorge. ¿Duda usted que las cosas van a salir bien para Kirk, Spock y compañía? Bueno, tenemos franquicia para rato para averiguarlo.

jueves, 4 de junio de 2009