(Around the world in 80 days, EUA 1956)
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala
La megaproducción
hollywoodense de la famosa novela de Julio Verne, con David Niven y Cantinflas
en los papeles de los trotamundos, el inglés Phileas Fogg y su mayordomo
francés Passepartout, fue estrenada hace más de sesenta años y fue un trancazo de
taquilla en su época. Al año siguiente ganó el Óscar a la mejor película y
Cantinflas obtuvo el Globo de Oro al Mejor Actor en Comedia o Musical. Será el
sereno; tal vez tendría yo que haber vivido en esa época, pero mi impresión de
La Vuelta al Mundo en 80 Días (vista recientemente en video y picado por la
curiosidad con el estreno de Cantinflas, la película protagonizada por Óscar Jaenada)
es que es una película innecesariamente larguísima, poco divertida y menos
emocionante.
Los puntos altos de la
cinta, dirigida por Michael Anderson, inician con la música de Víctor Young,
que incorpora a una partitura clásica con sonidos europeos inicialmente, las
notas de La Cucaracha cada vez que aparece Passepartout, encarnado por
Cantinflas (es decir, no por Mario Moreno: aquí, Passepartout es básicamente
Cantinflas con sombrero de bombín). El propio Cantinflas es el otro punto alto
de esta producción, particularmente sus escenas en solitario, perdido en Japón
(la secuencia sin diálogos, algo raro para Cantinflas, en los templos budistas
de Yokohama es el mejor ejemplo). El final contrarreloj, fiel a la novela,
también resulta emocionante y es de las pocas escenas donde David Niven se luce
junto a Cantinflas.
La gran atracción de
esta producción cuando se estrenó, naturalmente, era lo anunciado en los
carteles: más de cuarenta estrellas internacionales en actuaciones especiales.
No dudo que el público de hace sesenta años se divirtió y hasta emocionó,
identificando a cada uno de los actores invitados. Sin embargo, al espectador actual,
si acaso, los únicos que resultan vagamente familiares serían un joven pero
ya consagrado Frank Sinatra, junto a la legendaria Marlene Dietrich en plan de
Femme Fatale del viejo oeste y uno que otro, como John Gielgud o John
Carradine, para cinéfilos más conocedores.