miércoles, 31 de diciembre de 2014

LO MEJOR DE 2014

Viviendo en una típica ciudad mediana en México, la oferta cinematográfica se limita a la cartelera comercial y el ocasional ciclo francés. Nada de festivales ni funciones especiales para prensa. Mi opción en línea es Netflix (de ahí salieron los dos documentales que incluyo).
1. El Gran Hotel Budapest (The Grand Budapest Hotel) – Una preciosa caja para coleccionar, repleta de compartimientos con creaciones visuales y auditivas, que se van mostrando en la simétrica puesta en imágenes de Wes Anderson. La divertida y entrañable actuación de Ralph Fiennes es el corazón de este romántico y cómico cuento, igualmente antibélico y antifascista.

2. El Lobo de Wall Street (The Wolf of Wall Street) - Tan divertido resulta el espectáculo montado por Martin Scorsese, con las interpretaciones de DiCaprio, Jonah Hill y el extenso reparto, que durante sus tres horas no podemos sino dejarnos llevar por la historia que lo mismo recurre a la voz narrativa fuera de cuadro, o bien, rompe la cuarta pared y hace que el héroe voltee hacia nosotros y explique todos los excesos que atestiguamos.

3. Birdman - Dos buenas noticias: Alejandro González Iñárritu se ha deshecho de su cansada marca registrada de injustificados tiempos fragmentados. La otra es que aborda el drama con mucho humor. La vida del héroe (y los suyos), por más terrible que parezca, no es para sufrirla. Parece que, por fin, G. Iñárritu descansa de sus azotes… y nos deja descansar.

4. Workers – El director José Luis Valle se toma el tiempo necesario para contarnos dos cuentos tijuanenses, junto con otras breves historias que Valle incluye a pedacitos en las extendidas escenas mostrando, sin cortes y en un montaje casi hipnótico, un poco y un mucho de la vida en esa dispareja ciudad junto al mar y junto al cerco (sí: ése cerco), donde Rafael (extraordinaria represión emocional por parte del actor cachanilla Chuy Padilla), leal conserje en una maquiladora espera, con zapatos nuevos y tatuaje conmemorativo, su jubilación; Lidia (Susana Salazar, plácidamente pasiva), por su lado, sirve en la casa de una señora adinerada, llevando diariamente a la playa a Princesa, una flaca perra galgo, para que vea los atardeceres y no la fealdad de Tijuana. Después de treinta años, las rutinas de cada uno tomarán rumbos no deseados, poniendo a prueba la perseverancia y paciencia de ambos trabajadores y mostrando que, aunque no lo parezca, es más lo que nos une que lo que nos separa.

5. Al Filo del Mañana (Edge of Tomorrow) - El acierto mayor del director Doug Liman es la mezcla de tragedia con humor negro, librando la grotesca carga de mostrar una y otra vez la muerte del protagonista. Un excelente uso de la tecnología visual en los vastos escenarios de guerra y en pequeños espacios cerrados; con Tom Cruise y Emily Blunt al frente, otro acierto es no ignorar el romance sino incorporarlo al conflicto emocional del héroe.

6. Perdida (Gone Girl) – David Fincher, jalándonos el tapete varias veces, hace su historia tan entretenida que, incluso cuando aparentemente el juego ha sido destapado, queremos saber más de Nick y Amy, la pareja protagónica, perfectamente representados por Ben Affleck y Rosamund Pike. Entre lo pasado y lo presente, ¿qué tienen en la cabeza? ¿Qué se deben el uno al otro?

7. (Populaire) Mi Historia Entre Tus Dedos – Queremos que Rose gane los concursos de mecanografía casi tanto como deseamos que ella y Louis se dejen de cosas y se amen. El director Régis Roinsard sigue la comedia romántica al pie de la letra, con un interesante subtexto antibélico. La tensión sexual entre ella y él es resuelta poniendo a descansar la fórmula un ratito; después de todo, es cine francés y la escena ocurre, donde más, en París.

8. El Planeta de los Simios: Confrontación (Dawn of the Planet of the Apes) -El director Matt Reeves elimina la sátira de la serie original y plantea que nuestra mente, transplantada a otra especie, producirá los mismos resultados que vemos en nosotros. César (Andy Serkis) cree en la bondad inherente del simio y, en consecuencia, del humano. El simio Koba está convencido de que los humanos son, por naturaleza, malos: tan malos como él mismo. Cuestiones de fé, semilla de confrontación.

>>>Documentales<<<

9. La Plaza (The Square) - La directora Jehane Noujaim sigue a tres activistas egipcios, de 2011 a 2013, en su lucha contra el sistema político de su país. Los manifestantes se tienden las manos a pesar de diferencias ideológicas, peleándose, reconciliándose; derrocan presidentes pero no pueden cambiar la Constitución; todo queda en frases pegajosas. ¿Dices que quieres una revolución? Contesta un cínico jefe militar: “la revolución la hizo el ejército”. La Plaza ilustra al diccionario: “Revolución.- Rotación de 360 grados de una figura respecto a su eje…”

10. Maracaná - “La máxima sentencia de cárcel en Brasil son treinta años; yo llevo más de cuarenta pagando mi culpa…” se queja en los 1990s el viejo portero de la selección brasileña derrotada por la uruguaya en 1950. La tragedia del Maracaná lo fue para todo Brasil: gobierno y pueblo. También lo ha sido para Uruguay: seis décadas bajo esa lejana e irrepetible victoria. Los directores Sebastián Bednarik y Andrés Varela cuentan la tragedia que escribieron los perdedores y siguen viviendo los triunfadores.

viernes, 26 de diciembre de 2014

LO PEOR DE 2014

Antes que crítico de cine, soy espectador. Igual que todos, pago mi boleto y entro al cine esperando ser conmovido con películas excelentes. A veces este es sólo un sueño guajiro y termino aguantando algún bodrio infumable. La semana entrante, adelanto, publicaré mi lista de lo mejor de 2014. Mientras tanto, aquí están las cinco películas que más sufrí este año, en cuenta regresiva (es decir, de la menos mala a la peor).

5. La Dictadura Perfecta - La idea no es mala, al contrario: es buenísima. Satirizar la maquinaria de la sucesión presidencial, echando mano de la vox pópuli de que Televisa acomodó en el puesto al actual presidente, da para mucho. Lo malo es que el director Luis Estrada parece esperar que nos dé risa (¿o nos haga reflexionar?) el reconocer estas situaciones, sin presentarlas de una manera graciosa o incisiva realmente. Ninguna situación puesta en pantalla es desconocida (que si el video de un político recibiendo dinero, que si el góber precioso, que si no encuentran a Paulette, que si…etc.); los diálogos carecen de chispa y las escenas son innecesariamente largas. En resumen: refrito aguado de La Ley de Herodes.

4. Cantinflas - Una película mala con una actuación fantástica en el papel principal. Óscar Jaenada encarna a Cantinflas con tal perfección, que es imposible no rendirse ante la emoción de ver al Mimo de México nuevamente en la pantalla grande. Pero hasta ahí llega el gusto. Debo reconocer que el director Sebastián Del Amo me ganó en los primeros minutos, cuando el futuro Cantinflas se presenta por primera vez y dice su nombre con una gracia en la que adivinamos las semillas del popular personaje. La complicidad palpable del público en esos primeros minutos, en el cine en que la ví, no es recompensada con una historia que nos emocione más allá de estar viendo al Cantinflas de Jaenada hablar y moverse en la pantalla grande.

3. Hijo de Dios – Una blanda colección de los momentos “más famosos” en el ministerio de Jesús (la curación de un paralítico, el perdón a la mujer adúltera, la resucitación de Lázaro) sin un orden ni una liga que justifiquen el argumento inicial (un anciano Juan nos cuenta que es el último discípulo sobreviviente, mientras rememora su vida junto a Jesús). El último tercio es más coherente al enfocarse en el ñacañaquesco plan del Sumo Sacerdote para deshacerse del Mesías antes de que Poncio Pilatos le cierre el changarro, justo en medio de la Pascua. Pero los personajes son reducidos a sus “cinco minutos de fama” y Pedro niega a Jesús nomás porque lo tiene que negar; Judas se ahorca sólo porque lo tiene que hacer y Pilatos se lava las manos porque…las tiene sucias.

2. El Crimen del Cácaro Gumaro - Uno de los problemas de El Crimen del Cácaro Gumaro, del director Emilio Portes, está en esa combinación de parodias del pop y humor físico que ha sido explotada hasta el cansancio por series como las de Scary Movie, con un público muy definido. Lo malo es que, en su intento, Portes no encuentra a ese público. Y el otro problema está en la gracia que puedan tener los actores para hacer este tipo de comedia. Carlos Corona y Alejandro Calva, los protagonistas, no tienen el carisma suficiente para que nos encariñemos con ellos y nos riamos con todos sus dichos y tropezones. El Güiri Güiri sale bien librado pero estoy seguro de que me he reído mucho más con su trabajo en la tele. Quien sí es todo un caso para reevaluar como actriz de comedia es Ana de la Reguera, que no parece ser capaz de entregar sus líneas de una forma que lleve a la risa al respetable.

1. ¿Qué le dijiste a Dios? - Sin quitarle ni ponerle, anoto los temas presentados en este intento de musical: discriminación por clasismo y racismo; adulterios, robos, secuestros, enfrentamientos a mano armada, violencia y heridos por arma de fuego, incluyendo niños. A pesar de que más o menos cada cinco minutos se inserta una canción de Juanga, para un total de trece, solamente las tres cantadas por un energético Víctor García (“Vienes o Voy”, que no conocía; “No Tengo Dinero” y “El Noa Noa”) son propuestas felices. Todas las demás tienen a sus intérpretes en pantalla sufriendo la historia que les tocó representar y los pésimos bailables que tienen que ejecutar. La elección de fotografiar los números musicales desde una cámara fija al nivel del piso, que se desenfoca en los rostros de los bailarines, resulta en tablas gimnásticas planas.
Para acabarla, ninguno de los personajes está escrito (por la propia directora Teresa Suárez) para ganarse la simpatía del espectador. Excepto por el personaje de Víctor García, todos son odiosos, insensibles, abusivos y sin ningún sentido del bien y del mal. Pobre Juan Gabriel que, después del final, se avienta un palomazo metido a la fuerza, mientras le echa aire con su abanico a una parte del elenco, que baila sin ganas. ¿No tengo nada bueno que decir, entonces? ¿Nadanadanadanada? Que no, que no.

sábado, 6 de diciembre de 2014

La noche de un día difícil ****

Por su reestreno en México, celebrando 50 años.
(A hard day’s night, Reino Unido 1964) Clasificación ‘B’
Tomada de http://www.artofthetitle.com/
“La noche de un día difícil” es mucho más que una película con canciones de rock y Los Beatles como protagonistas. Es, por definición, la primera verdadera película sobre el rock. Encomendada a Richard Lester (quien, después de varios desaciertos en los 80’s, también dirigió la excelente Get Back en 1991, en lo que fuera el regreso triunfal de Paul McCartney a sus raíces liverpoolianas), la cinta nos muestra un supuesto día entero con esas nacientes estrellas del rock británico, desde el momento en que abordan un tren para escapar de una horda de adolescentes fanáticos, hasta su presentación en vivo en la televisión inglesa.

Sin ser un verdadero documental, aunque la fotografía y el montaje así lo sugieran la mayor parte del tiempo, la película divierte gracias al guión (nominado al Oscar) de Alun Owen, en una serie de sketches interpretados alegre y casualmente por los jóvenes Beatles. Insertos están 14 números musicales que inician con la canción del título, en la famosa y frenética escena de la persecución, para continuar con rolas como “Debí saberlo”, “No puedo comprar amor”, “Y la amo”, entre otras y, por supuesto, en la secuencia culminante, durante el concierto televisado, la fenomenal “Ella te ama”, ante un público que grita una y otra vez los nombres de sus ídolos, al borde del éxtasis.

Seguramente las escenas de histeria en la pantalla se extendieron, en 1964, al público en los cines: jovencitos gritones, por supuesto. Y, apenas rebasando los veinte años, John, Paul, George y Ringo jugaban a ser estrellas en los escenarios y ahora en la pantalla de plata, desbordando todo el gozo de su juventud, de la mano del director Richard Lester, quien con La Noche de un Día Difícil hizo lo propio por el cine musical: rompiendo reglas e imponiendo otras nuevas.