viernes, 29 de agosto de 2014

Paraíso ***

(Paraíso, México, 2013) Clasificación ´B´
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala
Dónde está nuestro error sin solución
Fuiste tú el culpable o lo fui yo
Ni tú ni nadie, nadie puede cambiarme.
- Alaska y Dinarama

En estas líneas de la famosa canción de Alaska y Dinarama se puede resumir Paraíso, la segunda película de la directora mexicana Mariana Chenillo (ópera prima 5 Días Sin Nora). En los romances, es un error pensar que uno cambiará al otro y eso no es culpa de ninguno.

Escrita por la propia Chenillo, Paraíso es una comedia romántica que sigue la fórmula al pie de la letra: un joven matrimonio (Daniela Rincón y Andrés Almeida, actores prácticamente hechos el uno para el otro) se muda de la apacible Ciudad Satélite al caótico DF, por el trabajo de él. A ambos les falta mundo y les sobran kilos, lo que los hace resaltar en donde se paren, particularmente en las elegantes fiestas del trabajo. Consecuentemente, se inscriben en una clínica para perder peso, dirigida por un flaquísimo gurú de auto ayuda (Luis Gerardo Méndez, ex Javi Noble). Ella pierde el ánimo mientras él pierde lonjas. ¿Se separarán? ¿Se reencontrarán? ¿Usted qué cree?

La directora Chenillo logra en sus actores una relación de pareja muy creíble, llena de detalles muy bien logrados. Y los obstáculos que les pone en el camino no son disparatados ni forzados, convenciéndonos de que, efectivamente, nadie puede cambiar a este matrimonio, a menos, claro, que ellos mismos quieran.

jueves, 21 de agosto de 2014

¡Me Muero Bichi! / VI: ¿Moderna o desnaturalizada?

Porque el arte no necesita de estrellitas ni calificaciones, sigue mi batalla personal contra la estupidez de los destruibuidores de cine en México, desde la comodidad de mi sala. En cueros.
(Aunque en este caso, estas letras obedecen a la celebración del centésimo aniversario del debut de Chaplin en el cine, por parte de la cadena mexicana Cinépolis, durante Agosto de 2014. Así que, previamente vestido, a disfrutar en la pantalla grande.)
Tiempos Modernos
(Modern Times, EUA 1936)
A diferencia de los largometrajes anteriores escritos, dirigidos y protagonizados por Charlie Chaplin, en Tiempos Modernos la historia consiste de una serie de viñetas prácticamente sin hilación. Su personaje central pasa de ser un estresado obrero (en las escenas más famosas de la película, donde es literalmente tragado por los engranajes del capitalismo o cuando es alimentado por una máquina automática, para continuar trabajando a la hora del lonche), a un preso modelo cuando es encarcelado por infundadas acusaciones de “comunismo”. Al quedar libre se topa con la realidad del desempleo generalizado (es la Gran Depresión) e intenta infructuosamente regresar a la cárcel para ser, literalmente, mantenido por el gobierno.
En sus correrías se topa con una bella joven que, eventualmente, se convertirá en su compañera de aventuras. En este personaje es donde están mis objeciones. Chaplin, el escritor y director, muestra la trágica historia de la muchacha: su padre ha sido asesinado y sus pequeñas hermanas enviadas a un orfanato. Ella logra escapar de las autoridades y, al toparse con el vago, automáticamente toda esa historia previa queda borrada y no se vuelve a mencionar, excepto hacia el final, únicamente por el asunto de ser fugitiva del orfanato y como pretexto para que Chaplin  termine (esta vez, sí con la bella, si bien olvidadiza de sus hermanitas y por lo tanto desnaturalizada novia) caminando hacia el proverbial horizonte, sin rumbo fijo, como lo vimos antes en El Circo.
Por mucho que me reí con todas las rutinas físicas, de las cuales Chaplin sin duda es El Maestro, ni siquiera la sorpresa de oír por primera vez la voz del vago (que por cierto sería la última, ya que Chaplin decidió jubilarlo en esta cinta) pudo hacerme olvidar este que, para mí, es un gran descuido argumental.

sábado, 9 de agosto de 2014

¡Me Muero Bichi! / V: Padre, sólo hay uno.

Porque el arte no necesita de estrellitas ni calificaciones, sigue mi batalla personal contra la estupidez de los destruibuidores de cine en México, desde la comodidad de mi sala. En cueros.
(Aunque en este caso, estas letras obedecen a la celebración del centésimo aniversario del debut de Chaplin en el cine, por parte de la cadena mexicana Cinépolis, durante Agosto de 2014. Así que, previamente vestido, a disfrutar en la pantalla grande.) 
El Chico
(The Kid, EUA 1921) Clasificación ‘A’

He aquí la película original del bueno para nada que, sin deberla ni temerla, se ve obligado a cuidar de un bebé, para terminar convertido en un excelente padre que no dejará que nada ni nadie lo separe de su adoptado crío.

El Chico, primer largometraje de Charlie Chaplin (una hora de duración) también fue el punto crucial en el que su personaje del vagabundo, para entonces ya muy famoso por los cortometrajes en que aparecía desde 1914, cambió de ser un insolente e irresponsable vago, al héroe adorable como sigue siendo recordado hasta hoy.

Con todo y la discordante escena del sueño en que todos se van al cielo (muy chistosa pero metida con calzador para alargar el metraje), hay que darse el gusto de reír de lo lindo con las travesuras de padre e hijo; así también, prepárese para llorar un poco cuando el niño (el pequeño actor Jack Coogan, que eventualmente se convertiría en el Tío Lucas de la televisiva Los Locos Addams) implora a las autoridades que no lo dejen sin su querido papá.

Ernesto Diezmartínez, crítico de cine en varios periódicos mexicanos (y, de paso, excelente camarada), también se puso pantalones y esto es lo que dice de El Chico, en su sitio en la red.

jueves, 7 de agosto de 2014

Guardianes de la Galaxia ***

(Guardians of the Galaxy, EUA 2014) Clasificación México ‘B’/EUA ‘PG-13’
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

Ah, qué lástima que ya casi no hay matinés en los cines. Guardianes de la Galaxia, del director James Gunn, es la película perfecta para ocupar una mañana de sábado, en un cine repleto de niños y adultos, todos disfrutando las aventuras y riéndose con las ocurrencias en pantalla.

Por el lado de las aventuras, la cosa no es nada complicada: en lugar de inventar una historia compleja con personajes atormentados, Guardianes de la Galaxia se sirve de las recetas probadas de esas películas de matiné que tanto añoro, de mi cada vez más lejana infancia. Nuestros cinco héroes son una mezcla de piratas, exploradores, y soldados (nomás me quedaron a deber con los vaqueros) que corren de un lado para el otro, buscando cierto chunche dizque muy valioso, pero que en realidad no es más que un pretexto para las ocurrencias. Y es que no hay escena en que los cinco no se suelten de lo lindo en discusiones compuestas de líneas muy graciosas, que son el verdadero músculo de la película.

Que si son guardianes, que si son de la galaxia, que si encuentran o no el mentado Orbe tras el cual andan, no importa. Baste saber que el grupo se compone de Peter (el relajiento Chris Pratt), un joven terrícola treinteañero con espíritu rebelde y musical (gracias a su ochentero walkman con respectivo cassette de éxitos radiales setenteros); una chamaca verde, llamada Gamora (la despampanante Zoe Saldaña), que es una experta guerrera; un tipo muy rudo con tatuado cuerpo de luchador y mente obtusa (el actor y luchador profesional Dave Bautista); un pequeño mapache (voz de Bradley Cooper) que es un genio para las armas, las naves espaciales y la estrategia de asalto, junto con su mejor amigo y compañero de batallas: un tronco de árbol pelón, llamado Groot (voz de Vin Diesel). Aunque cada uno tiene lo suyo para sobresalir en la película, realmente es en grupo como brillan todos, entregando sus ingeniosos diálogos con una chispa que no se extingue en ningún momento. Veremos en la ya cantada segunda parte.