jueves, 20 de noviembre de 2014

Birdman ***1/2

(Birdman (Or the unexpected virtue of ignorance), EUA 2014) Clasificación México ‘B’/EUA ‘PG-13’
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala
Ah, qué gusto cuando un artista se libera de cargas personales y produce una obra fresca y efectiva. Y la muy agradable sorpresa es que esta visión es del director Alejandro González Iñárritu, que en “Birdman” rompe su famosa racha de azotadas películas en que los personajes no paran de sufrir.

Riggan Thomson (Michael Keaton, el mejor Batman del cine) es el veterano actor que hace veinte años, después de interpretar en tres películas al superhéroe “Birdman”, abandonó la exitosa serie y ahora, varios fracasos profesionales y personales después, cifra todas sus esperanzas como artista en la obra de teatro que está a unos días de estrenar en Broadway. Riggan pasa la mayor parte del tiempo enfrentando sus demonios, representados en las a veces fallidas, a veces efectivas, relaciones con su hija veinteañera (Emma Stone) rehabilitada de las drogas; su agente y socio, además de mejor amigo (Zack Galifianakis); su actor estrella, un genio del teatro que en la vida real no es más que un oportunista (Edward Norton); su pareja romántica actual (Andrea Risebourough) y su ex esposa (Amy Ryan). Pero su relación más fuerte, finalmente, es consigo mismo. O mejor dicho, con la voz que oye todo el tiempo dentro de su cabeza: la del personaje de “Birdman”, que lo critica a cada paso que da y le insiste dejarse de cosas y aceptar filmar “Birdman 4”.

La primera buena noticia es que González Iñárritu (ahora firmando como G. Iñárritu) se ha deshecho de su casi marca registrada de usar tiempos fragmentados para contar sus historias y que causó sensación en “Amores Perros” pero terminó cansando, por injustificada, en “Babel”, “21 gramos” y “Biutiful”. En “Birdman” el tiempo avanza siempre hacia adelante y nunca regresa. En todo caso, G. Iñárritu se vale de un nuevo recurso visual y auditivo, apoyado en la maestría del cinefotógrafo Emmanuel Lubezki (“prestado” de Cuarón) y sus editores de cabecera, Crise y Mirrione, además de una banda sonora a base de sonidos ambientales y una mezcla de percusiones: la ilusión de una toma continua, de principio a fin. Así, durante dos horas de película se condensan los tres días previos al estreno y seguimos sin parar a Riggan en su odisea por consolidarse como artista serio.

La otra buena noticia es que G. Iñárritu aborda el drama de Riggan con mucho humor. “Birdman” no es una comedia propiamente dicha, pero ciertas situaciones y los resultantes diálogos están intencionalmente diseñados para hacernos reír. Algunas veces, porque es mejor que llorar, pero la mayor parte del tiempo simplemente porque la vida de Riggan y los suyos, por más terrible que parezca, no es para sufrirla. Parece que, por fin, G. Iñárritu descansa y nos deja descansar.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Interestelar **1/2

(Interstellar, EUA/RU 2014) Clasificación México ´B´/EUA ´PG-13´
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala
Para salvar al mundo, se necesitan ingenieros. Y científicos. Esa es la buena ciencia ficción, tal como la presenta el director Christopher Nolan en Interestelar, una aventura fílmica que, sin embargo y con toda la ciencia que presenta en pantalla, tiene como tema central la redención de un padre con su hija. Esos son los buenos melodramas e Interestelar es ambas cosas.

En un futuro muy cercano, el mundo ya no da para más. A causa de la sequía y las plagas, los cultivos de alimentos en todo el planeta se han reducido al maíz y las tormentas de arena son cosa de todos los días. Las economías mundiales dedican todos sus esfuerzos a optimizar la agricultura y cualquier otra actividad de estudio, investigación y aplicación de la ciencia está fuertemente regulada. Cooper (Matthew McConaughey) es un ingeniero y astronauta forzado al retiro (la NASA ya no existe) y dedicado, como todos, a sembrar maíz. Su hijo mayor, con bajas calificaciones, debe aceptar ser agricultor al terminar la secundaria. Su hija, en cambio, está destinada a estudiar ciencias en la universidad, como parte del programa de gobierno que intenta mejorar el mundo para las siguientes generaciones. En otras palabras, se ha aceptado un sacrificio generacional global. Cooper, criado en tiempos mejores, añora su trabajo como ingeniero y como astronauta pero parece morder la bala.

Puede usted adivinar que el astronauta retirado intentará regresar, al ser presentado como un rebelde por naturaleza. Su hija ha heredado, además de la facilidad para las ciencias, ese espíritu rebelde y, en el giro esperado, ambos se enfrascan en descubrir por qué algunos objetos en la granja parecen moverse solos. La buena noticia es que la historia, escrita por el propio director Christopher Nolan y su hermano Jonathan, hace que los personajes se basen en la aplicación de la ciencia para encontrar las respuestas (el afamado físico Kip Thorne fue el consultor para el guión, además de productor ejecutivo). De esta manera y sin revelar más de la trama, eventualmente habrá un viaje al espacio interestelar (si no, para qué el título), que involucra agujeros de gusano y agujeros negros, con algunas de las imágenes más sorprendentes de los últimos años en el cine de aventuras y que merecen ser vistas en la pantalla de cine más grande que usted pueda encontrar.

Interestelar no está exenta de fallas, siendo las principales la redundancia de diálogos y música y las motivaciones sacadas de la manga en algunos personajes. Sobre todo, ese defecto de Nolan de detener la acción para explicar, en lugar de simplemente mostrar (¿un científico explicándole a UN ASTRONAUTA los agujeros de gusano y los agujeros negros? ¿En serio?), pero no puedo negar mi deleite de ver usada la teoría de la relatividad como base para la historia del padre y su hija. Mucho más llegadora que la explicación en mis clases de Física en la prepa, definitivamente.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Pa' refritos, los frijoles de mi 'amá / I: Oldboy

Oldboy: Días de Venganza *
(Oldboy, EUA 2013) Clasificación México ‘C’/EUA ‘R’
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala
Ojos que no ven, ¿corazón que no siente? Si usted no ha visto Oldboy, la película original coreana de 2003, hágase un favor y véala antes de acudir al cine a este refrito hollywoodense de 2013. Aunque la historia es prácticamente la misma en ambas, las diferencias en la narrativa hacen de la original coreana una cinta muy superior.

Dirigida por Spike Lee, “Días de venganza” nos presenta, en un laaaargo prólogo a Joe (Josh Brolin), vendedor estrella de una compañía irrelevante, como lo son las broncas en las que se mete Joe con un importante cliente. Joe es un borrachales y hocicón de primera, divorciado y con una hija de tres años. Diez minutos después, por fin el director Lee entra en materia: Joe es levantado en la calle, aparentemente por una mujer oriental con un extraño paraguas amarillo. Despierta con una cruda feroz en un anónimo cuarto de motel de quinta. Y ahí pasa, encerrado contra su voluntad, los siguientes veinte años de su vida.

Joe no sabe por qué está encerrado, ni quién lo encerró. Todos los días recibe charolas con comida china y alcohol para beber, por una rendija en la puerta sellada. Su único contacto con el exterior (no hay ventanas) es una vieja televisión, en donde se entera de que la policía lo busca como el principal sospechoso de la violación y asesinato de su ex esposa. Igualmente se entera de que su pequeña hija ha sido adoptada por un bonito matrimonio y la niña se convierte en una bella y talentosa joven. Joe decide reivindicarse en su encierro, dejando de beber y manteniéndose en forma, mientras se entrena con las películas de artes marciales que la televisión le ofrece en esos veinte años.

Un problema grande que tiene “Días de venganza” es que, para empezar, todo lo que nos cuenta antes de la desaparición no sirve de nada y muchos de los detalles que vemos durante el encierro también salen sobrando y hasta echan a perder el factor sorpresa, como cuando vemos a los anónimos captores de Joe tomar muestras de cuerpo, para plantarlos como evidencia del asesinato de su ex esposa. Si en los primeros diez minutos ya habíamos visto que era imposible que Joe la hubiera matado, simplemente el mostrar la escena del noticiero nos indicaría que quien lo encerró también tiene interés en culparlo del brutal homicidio. Y como ese es el caso, ¿por qué habríamos de creer todo lo demás que Joe ve en la tele, empezando por la historia de su hija, feliz con sus padres adoptivos?

Cuando finalmente es liberado, ya sabemos prácticamente todo lo que necesitamos para resolver lo que sigue en la película, excepto la identidad y los motivos de su captor. Pero no se preocupe: el director Lee se apresura a hacer que un personaje secundario se saque de la manga estos datos. Hombre, hasta lo que ocurrirá con una bonita veinteañera con la que Joe se tropieza a poco de salir del encierro resulta falto de interés, dada la cantidad de información que para ese momento tenemos sobre los personajes y sus broncas.

Al final, Joe termina siendo no más que un vengador anónimo, asesino sangriento e infalible, que salva a los inocentes y desaparece, sin pena ni glora, igual como llegó. Ese mismo destino se merece “Días de venganza”, por cierto.
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Oldboy: 5 días para vengarse ****
(Oldboy, Corea del Sur, 2003) Clasificación México ‘C’/EUA ‘R’
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala
Qué diferencia lo que se puede hacer con la misma historia que nos quiso contar Spike Lee en su refrito de Oldboy. El director coreano Chan-wook Park (o Park Chan-wook, al estilo asiático) nos presentó la original en 2003, estrenada en México como “5 Días para vengarse”. Y Park va al grano desde el inicio. El protagonista, Dae-Su, es un borracho feliz que desaparece en una transitada calle. Lo volvemos a ver cuando despierta en un anónimo cuarto de motel y es evidente que ha sido encerrado por alguien. Todo eficientemente contado en los primeros tres minutos de película.

En menos de diez minutos de película, Dae-Su es liberado en el techo de un edificio. No sabe por qué lo encerraron ni quién lo hizo. Sólo sabe, por una tele que tenía en su calabozo, que han pasado quince años y que su esposa fue asesinada cuando él desapareció, convirtiéndolo en el principal sospechoso. Eventualmente es confrontado por su captor, que le da cinco días para averiguar quién es y por qué lo encerró quince años, o morirá una compasiva joven que Dae-Su acaba de conocer.

Park elige contarnos la historia dándonos solamente la información estrictamente necesaria, generalmente a través de las reflexiones que Dae-Su hace para sí mismo, sin hablar con nadie más, aún cuando está con otros personajes.

Las imágenes son hipnotizantes y el montaje es cuidado con precisión milimétrica (hay que ver la legendaria escena del martillo, para una probada del talento narrativo de Park). Finalmente, la propuesta de Oldboy es tan provocadora como lo que vemos en pantalla y, como toda excelente película, se queda con nosotros, aún mucho tiempo después de haberla visto: ¿Es posible ser feliz eligiendo ignorar las cosas malas de nuestra vida?