Esta es la primera entrada completamente nueva desde que dejé de publicar en La Voz de la Frontera en 2005, inspirado por listas del Duende Callejero y Ernesto Diezmartínez. Van mis diez mejores pases en el cine:
1. Superman. Mi papá echó mentiras al maestro de Educación Física en la secundaria, en 1979, para que me dejara salir y poder llevarme, con mis hermanos, al Cinema Aguascalientes a presenciar el milagro de ver un hombre volar. La primera vez que oí a una sala entera aplaudir al terminar la película. Y la primera vez que puse atención a (y me aprendí) la partitura de una cinta en la primera vista.
2. El corto (en realidad un “teaser”) de Superman, en 1979, algunos meses antes en el mismo cine de Aguascalientes. No me acuerdo qué película fui a ver originalmente, pero esa toma de las nubes y al final el logo (la “S”) de Superman llenando la pantalla, me hicieron brincar del asiento y creo que hasta debo haber tenido mi primer orgasmo, a los 11 años.
3. El Imperio Contraataca. “Yo soy tu padre”. La sala entera se quedó sin aire... debo ser el único de mi generación que vio primero El Imperio Contraataca y después La Guerra de las Galaxias, por un maldito cambio de residencia de un pueblucho de Michoacán a otro de Guerrero, y la película nos agarró en tránsito a mis hermanos y a mí. Como dice El Duende acerca de la de Alien, no importó mucho, porque ya me sabía la primera de memoria, platicada por amigos y primos. Además, es la primera vez que fui solo al cine, en 1981, porque a mis amigos de la secundaria se les olvidó invitarme a una fiesta ese día y no encontré quién me hiciera jalón.
4. Tiburón. Sí, los sádicos de mis papás me llevaron a verla cuando tenía 8 años, en el Cinema Venecia de un pueblito michoacano. Mi papá se enojó porque me dieron ganas de hacer pipí a media película -antes no me oriné encima- y me dio las inmemoriales indicaciones de un padre a un hijo antes de mandarme solo al baño (“no tientes nada”)… Mi hermano de 9 aventó por los aires las palomitas la primera vez que aparece el tiburón. “We’re gonna need a bigger boat” y más palomitas, por favor.
5. Blade Runner. En la Lumiere de Culiacán, en estreno. Fui a verla dos días seguidos, demasiada película para mi mente pre-adolescente. Durante semanas rumié la partitura de Vangelis y las líneas de Rutger Hauer.
6. Infierno en la Torre. Otra muestra del sadismo de mis jefes, perpetrada en otra sala michoacana en 1975. A los 7 u 8 años, debo haberle dejado la mano como ciruela pasa a mi mamá, de tanto que sudó la mía en la suya. Y Steve McQueen se volvió mi ídolo.
7. El Exorcista. Gracias a PECIME, finalmente en la prepa, en 83 u 84, me quité el trauma infantil que trajo el no haberla visto, pero sí estar expuesto a toda la publicidad de esta película en los 70’s. En los Gemelos de Culiacán, el Diezmartínez (no sé si se acuerde) y yo alcanzamos la última función saliendo de la clase de trigonometría, y entre otras curiosidades el rollo con la escena del exorcismo no traía letritas. Cacaro’s Cut, seguramente.
8. Dos Superpolicías Fuera de Orden. 1978, en un cine de lámina en Iguala, donde pasaba entre las butacas el vendedor de sodas con la caja al hombro y susurrando: “fscos, fscos...”. No recuerdo haberme reído tanto (pero, de veras, TANTO) en mi niñez, como con esta película de Bud Spencer y Terence Hill. Qué nombres italianos tan chistosos, por cierto...
9. E.T. En el Cinema Reforma de Culiacán, con mi mamá, en el estreno de 1982. Uno de mis mejores recuerdos en el cine es ver de reojo a la autora de mis días completamente maravillada durante la escena en que las bicicletas levantan el vuelo, en la persecución final.
10. Forrest Gump. Gemelos Gigante en Mexicali, 1995. Mi mejor recuerdo con mi papá en el cine, son todas sus carcajadas al ir reconociendo cada referencia histórica. “¡Es Elvis, hijo!” Las cachó, todas, antes que yo.
Pilón 1. Zovek vs. Los Monstruos. Mi primer recuerdo en el cine, el Variedades o el Reforma de Mexicali, a los 4 o 5 años. Ahora sé que la película no se llama así, y seguramente es un churrazo, pero qué buen viaje en mi tierna infancia.
Pilón 2. Hombres de Honor, con De Niro y Cuba Gooding Jr., comentada en vivo y en directo por el Diezmartínez y el Sandoval, en los Gemelos (Multicinemas) de Culiacán. Tan mala, que la sala entera estaba en la chorcha colectiva, con el momento culminante en que un bebé (en el público, por supuesto) pegó un berrido y algún rústico culichi sugirió a voz en cuello: "¡dénle cerveza!" Carcajadas generales y De Niro terminó de perder la batalla.
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Hace 1 semana
7 comentarios:
Con respecto al pilón 2, surge una regle cinefílica infalible: cuando la gente está en el cotorreo desatado, quiere decir que la película -para decirlo con el maravilloso lenguaje que nos legó Cervantes- no vale madres. Esa es la mejor crítica de cine que se puede escribir de Hombres de Honor.
Entonces puede quedar como la regla "¡Dénle cerveza!"
Bienvenido al blog, por cierto.
Pensar que yo ví Hombres de Honor como tres veces en una sala cinematográfica. Todo por caliente.
Aprovechando el aire acondicionado, supongo.
Una vez haciendo tiempo... Otra de acompañante y otra, debido a un cruel engaño.
Bueno, no sé Diezmartínez cómo le haga: yo porque lo leo a él.
Gracias por recordarme, por cierto, filomeno2006, que debo empezar a usar sombrero. ¡Salud!
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