sábado, 1 de febrero de 2014

El Periodista: La Leyenda de Ron Burgundy ***

(Anchorman: The Legend of Ron Burgundy, EUA 2004) Clasificación México ‘B’/EUA ‘PG-13’
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala
Estoy convencido de que no hay forma de hacer una película realista sobre un noticiero de televisión. ¿Qué tan interesante, misteriosa, aterradora o divertida puede ser, si la historia se cuenta como es? El productor y los reporteros tratando de sacarle jugo a notas sobre concursos de gatos y el reporte del clima, para que no cambiemos de canal y nos chutemos los comerciales intermedios. El conductor leyendo en el teleprompter las líneas preparadas por la producción, ocupándose más de su peinado, sus arrugas y su frase de despedida, que de la información. A menos que haya una gran traición, un gran romance o un gran chiste, no hay forma de que me convenzan de sentarme hora y media a ver cómo se hace el noticiero.

La época, los 70s del siglo pasado. Ron Burgundy es el conductor de las noticias locales en San Diego. El canal de televisión se ha encargado de crearle una imagen confiable y querida por los sandieguinos, que noche a noche lo sintonizan religiosamente. En sus promocionales, Burgundy y su equipo, todos hombres, aparecen interesantes, machos y hasta inteligentes. Ron ha llegado a creerse su propia leyenda y se pasea por la ciudad como la gran estrella local. Aparece entonces la nueva contratación del canal: una joven y bella reportera que, por supuesto, le mueve el tapete a Burgundy. ¡Ajá! El Gran Chiste, La Gran Traición y El Gran Romance. Sigo en mi butaca.

Ron Burgundy es interpretado por Will Ferrell, a quien vimos antes de esta, como un improbable duende de Santa Claus, en la efectiva comedia El Duende. Corrijo. La última vez que vimos a Ferrell antes de ser Burgundy, era un reo peligroso con una extraña fijación por los policías rubios y los dragones, en una pequeña e hilarante escena de la genial Starsky & Hutch.

Si usted combina esas dos actuaciones, puede darse una muy buena idea del potencial de Ferrell para crear personajes totalmente desubicados e increíbles, sin los cuales la locura de una escena o de una película entera se caerían a pedazos. Ferrell, igual que otros actores como Bill Murray, Eddie Murphy, Mike Myers y Chevy Chase, todos salidos del legendario programa de televisión estadounidense Saturday Night Live, vive en una realidad aparte y representa una fuerza cómica impresionante en las películas en que aparece. En esta ocasión une su talento al del escritor Adam McKay, también de Saturday Night Live, para crear una atinada sátira del mundo de las noticias televisivas. Dirigida por el mismo McKay, El Periodista abraza desde la primera imagen su carácter satírico y sólo lo abandona en algunos momentos tangenciales que rayan en el surrealismo, aunque casi siempre echando mano de los elementos presentados, es decir, gente y hechos del ambiente noticioso local sandieguino, particularmente los aparentemente sobrios integrantes del equipo de KPBS, la televisión pública. Mejor prueba no puede haber de que el realismo en estos casos no funciona.

Christina Applegate es la rival-objeto-del-deseo de Burgundy, en una actuación perfectamente calculada a la altura de Ferrell. En este respecto, el director McKay logra un ensamble muy bien balanceado de efectivos actores que habitan cómodamente sus personajes, como Fred Willard, el productor televisivo que realmente cree que las gracias de una mascota y el embarazo de un animal en el zoológico merecen coberturas de proporciones épicas, y los tres que encarnan el equipo de Burgundy, el carita (Paul Rudd), el degenerado (David Koechner) y el idiota (Steve Carrell), perfectas comparsas de Ferrell, pero por derecho propio.


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