viernes, 1 de noviembre de 2013

Thor **1/2

(Thor, EUA 2011) Clasificación México ‘B’ / EUA ‘PG-13’
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala
Ante los sorprendentes éxitos del renacido cine de superhérores, con El Hombre-Araña y Iron Man a la cabeza, ambos propiedad de la compañía Marvel, era de esperarse que se buscara continuar ordeñando esa vaca. He aquí la versión fílmica de Thor, personaje basado en el dios vikingo del trueno que, aunque no tan conocido como otros superhéroes, en las manos correctas debería darnos una película de aventuras emocionantes y divertidas. En las manos correctas…

Dirigida por el británico Kenneth Branagh, Thor se debate entre ser un drama de lucha por el poder, y una cinta de aventuras sin mayores pretensiones que entretener al espectador mientras se zampa un bote de palomitas. Branagh ha salido mucho mejor librado con sus adaptaciones fílmicas de los clásicos de Shakespeare (las sobresalientes Enrique V, Mucho Ruido y Pocas Nueces, Hamlet, por mencionar tres) pero puedo entender la intención de encargar esta historia de intrigas reales al experimentado director.

En mi opinión, la película se divide entre la parte “aburrida”: las escenas de Thor y su familia en el planeta o plano astral o lo que sea donde está el castillo y el puente de arcoíris, y la parte divertida: las escenas en la Tierra, más específicamente, en un pueblito del desierto de Nuevo México, donde Thor se encuentra con los terrícolas y descubre que se necesita mucho más que poderes divinos para enfrentar a los humanos.

Thor es interpretado por el güerote australiano Chris Hemsworth, quien con sus abultados músculos y peinado largo de salón, al menos sí parece un personaje de historieta. Pero quienes se llevan las palmas por ganarse la papa son Natalie Portman, como la humana/interés amoroso de Thor y Stellan Skarsgard, ese actor sueco favorito de Hollywood. Para aparecer ambos un buen trecho del metraje en pantalla con personajes que no lo son y que en realidad no hacen nada (ninguno de los dos), se necesitan verdaderos buenos actores. Y si de paso uno es el simpático Skarsgard y la otra es tan hermosa como Portman (y Branagh nos regala varios close-ups para demostrarlo), entonces que se sigan ganado la papa y cobrando el cheque. Ya quisiera George Lucas que Portman hubiera mostrado por el papá de Luke Skywalker (en su papel de la Reina Amidala) la mitad de la emoción exhibida aquí por Thor.

En mi opinión, este tipo de trabajo es más meritorio para Portman que lo visto en El Cisne Negro (Aronofsky, 2010), donde hacer de loca es lo más fácil. A mí no me hubiera salido tan bien estar siempre en la baba y Thor me hubiera mandado a la goma en el primer minuto (en el papel de Skarsgard, no vaya usted a creer).

Encima de todo, qué decepción de Branagh en una película de acción, con escenas desprovistas de suspenso e imaginación, con peleas aburridas y mal coreografiadas para la pantalla.

Algunas notas finales:
1) Será el sereno, pero Nuevo México se parece sospechosamente a la Laguna Salada, en Baja California...
2) Qué poca imaginación para el diseño de producción, especialmente lo dibujado por computadora (el chinche puente de arcoíris parece adorno setentero de plástico y foquitos de colores, como los que mi tía la hippie ponía en su cuarto).
3) Lo mejor de la película, Tom Hiddleston como Loki, el hermano de Thor. Aparte de las escenas en Nuevo México (La Salada... a mí no me la pegan), cada vez que aparece Loki en pantalla la película se vuelve interesante.
4) Sólo dos mujeres llaman la atención como tales en la película: Natalie Portman como el interés terrenal de Thor y Jaimie Alexander como su amiga mitológica incondicional. No pido más en una pantalla de cine.

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