Hace unas semanas la ciudad de Urbana, Illinois, homenajeó a uno de sus hijos pródigos colocando una placa frente a la casa donde pasó su infancia. El homenajeado, Roger Ebert, crítico de cine para el periódico Sun Times de Chicago desde fines de los '60s.
Roger, además de publicar críticas semanales en ese periódico desde hace 40 años, tuvo un programa de televisión sobre crítica de cine (el primero de los Estados Unidos y posiblemente del mundo) junto con su colega, rival y posteriormente amigo entrañable, Gene Siskel del Tribune de Chicago, desde fines de los '70s hasta el año pasado, cuando Disney, la compañía productora, decidió cambiar el formato, después de un par de años de ausencia de Ebert, a causa de un problema de salud que le ha privado de la voz de manera indefinida. Anteriormente, Roger había conseguido sostener el programa después de un duro revés: la muerte de su amigo y contraparte Siskel, en 1999; el columnista del Sun Times Richard Roeper se convirtiría en su compañero y a menudo antagonista, en la tradición del celebrado programa de crítica de cine aunque, en mi opinión, sin la chispa de las discusiones televisivas originales de Siskel y Ebert.
Desde mediados de los '90s las críticas de Roger pueden leerse en Internet, primero en el sitio del Sun Times y ahora en rogerebert.com, junto con su popular sección Movie Answer Man, donde contesta preguntas de los lectores, siempre de una manera interesante y divertida.
El año pasado también marcó una nueva etapa en la carrera de Roger, con la publicación del primer artículo para su blog, Roger Ebert's Journal, donde aborda temas que le interesan, no necesariamente relacionados con el cine pero siempre desde su ilustrada óptica y con la prosa que me ha hecho su fiel lector desde 1996, cuando lo encontré por primera vez en el sitio de web del Sun Times. Claro que en ese entonces llegué a él con conocimiento de causa, ya que desde 1985 lo veía en su programa de televisión donde, por cierto, tuve mi primera exposición a la crítica profesional de cine.
Inspirado por el homenaje de su ciudad natal, Roger inició un modesto proyecto en su sitio de web, invitando a críticos de cine de Estados Unidos, Canadá y México, a compartir imágenes de sus hogares de la infancia. De entrada, aparecen las casas de algunos de sus colegas y amigos estadounidenses.
Tomándole la palabra, envié una foto familiar donde aparezco junto a mi señora madre, con hermanos y primos, frente a la casa donde pasé mis primeros años y a donde alguna vez regresé impactado del cine, después de ver al Increíble Profesor Zovek pelear contra Los Monstruos, a principios de los '70s.
No, estimado lector, ésos no son los monstruos.
Gracias a Roger Ebert por compartir e invitar a ser parte de su historia.
Nota: Si usted es crítico de cine, puede enviarle una foto de su primer hogar a Ebert a rjebert@yahoo.com y ser parte de la galería en rogerebert.com.
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Hace 6 días
11 comentarios:
compadre y cual de los chamacos cabezones es usted, todos se parecen a su hijo...
Pos ni modo que el güero, el pelochino o el flaco, compadre...
Jajaja, el Jonathan Rosenbaum viene de familia de ricardos. ¿Cuántos críticos pueden presumir eso?
:P
Hey... ¿Va a escribir sobre Star Trek saga? Yo el fin de semana escribí uno de esos mamotretos que regularmente hago, y no sé si lo borro o lo publico. El trekkie sos vos... Pue'
A'i tengo la reseña para el fin de semana, Duende. Espero leer tu mamotreto. Será más divertido, sin duda.
Hola Joel! Roger Ebert es un crítico que acostumbro leer, aunque esta vez me sorprendió con sus comentarios positivos para Angels & Demons. Bueno, hay para todo supongo.
Gracias por la noticia sobre las fotografías, a ver si mando algo jaja. Buena esa foto que enviaste, de qué año es si se puede saber?? jaja Años 1970 por lo menos no?
Es 1971 en Mexicali, Alex. Supongo que lo que nos delata es el vestido de mamá, ¿no? En el texto que envié a Ebert explico que es el primer cumpleaños de mi hermanito y yo soy el niño faldero (por cierto, alguien lo transcribió con un par de errores de dedo en la galería de Ebert). Esas casas estaban en la orilla de Mexicali y ahora prácticamente están en el centro geográfico de la ciudad. Los grandes patios, por supuesto, han desaparecido y todas las casas están bardeadas y enrejadas. En ese tiempo corríamos de una casa a otra sin muchas restricciones que digamos.
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Rogert Ebert parece tener una debilidad por el trabajo de Ron Howard y me parece que le hace demasiadas concesiones. En el caso de Angeles y Demonios, se ríe de la película en su crítica pero nunca la trata mal.
Paxton, sí, impresionante la casa de Rosenbaum y qué contraste con las otras (incluyendo la mía, de interés social de aquellos tiempos, que ahora casi sería un palacio en Las Lomas).
¿no vas a subir reseña de Ángeles y Demonios? ¿O va a correr la misma suerte que BOLT y los Robinson?
Quieres decir ¿la misma suerte de ser publicadas este fin de semana como preámbulo a Op?
= )
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