Durante un intercambio de opiniones sobre la pertinencia narrativa del impresionante plano secuencia de 5 minutos en Expiación, Deseo y Pecado (Wright, 2007), recordé la anécdota con que el maestro Sidney Lumet resume la validez de cualquier interpretación que, como estudiosos o como público, podamos hacer del resultado final que vemos en pantalla, en cualquier película.
Lo malo es que, para no variar, cité de memoria y, por supuesto, mal. Corrijo, haciendo un vil fusil de la serie Confesiones Verdaderas de Diezmartínez. Aquí la cita correcta:
"Una vez le pregunté a Akira Kurosawa por qué había escogido enmarcar una toma en Ran de cierta forma particular. Su respuesta fue que si hubiera movido la cámara una pulgada a la izquierda, la fábrica Sony aparecería a cuadro, y si la hubiera movido una pulgada a la derecha, veríamos el aeropuerto -ninguno de los cuales tenía nada qué hacer en una película de época. Sólo la persona que ha hecho la película sabe qué hay en las decisiones que dan como resultado una obra. Tales decisiones pueden ser cualquier cosa, desde requerimientos presupuestales hasta inspiración divina [...] la respuesta de Kurosawa es simplemente la verdad. En las películas que yo he dirigido, sé exactamente lo que hubo dentro de cada decisión creativa."
Tomado del prefacio del libro Making Movies, de Sidney Lumet, 1995.
T5 | Especial: Lo que vimos en el FICM 2024
Hace 6 días
11 comentarios:
¿cual toma de Ran? Ni en cuenta, (que mal habla eso de mi) siendo Kurosawa y precisamente Ran, de mis directores y cintas favoritos
Lument no especifica, más bien, continúa con su comentario de que él, como director, es el responsable final de todo lo que aparece en la pantalla. Un libro altamente recomedable, de mis favoritos sobre el arte y el proceso de hacer cine, y sobre la pasión por el trabajo, en general.
Interesante comentario que rescatas de Sydney Lumet Joel. Cada director es un mundo, al igual que sus decisiones estéticas al momento de rodar un filme. Gracias por el link! Un saludo!
Àlex
Al contrario, Alex, gracias por la visita y sigo leyendo tus reseñas en Pantalla 9. Por cierto, tengo un artículo que escribí hace unos años, acerca de la cartelera madrileña, que quise revisar, sin mucho éxito, durante mi viaje de bodas (quién me manda...). En estos días la publico aquí.
Me parece genial esta anécdota porque muchas veces las cosas son como son, no hay un truco detrás, muchas veces pensamos que siempre debe de haber algo oculto o profundo detrás de cada trabajo y nos olvidamos que lo manual/práctico/cerebro es parte de la composición, no todo es corazón. Saludos Joel, ya tengo las TKT helándose, o ¿qué tomas?
Justo el punto, Josafat. Eso también me recuerda al Jardinero Con Suerte, con Peter Sellers (o la novela Desde el Jardín, en todo caso). ¿Por qué será que nos gusta proyectarnos en lo que dicen o hacen los demás, cuando generalmente no tiene nada que ver?
Mientras tanto, como dicen, a la tierra que fueres, haz lo vieres. Así que lo que esté helándose por allá será bueno para brindar. ¡Salud!
¿Pa cuando tu entrada de "porque no veo trailers"??
Convence mas, jajaja
Saludos
Se está cocinando, Sergio. Te daría un adelanto, pero "pos ése es el pleito..."
Es un buen debate ese de los trailers, hay a quien le gustan (como a mí) y hay quien de plano no los tolera.
Lo que si, es que yo me he llevado cada fiasco debido a un trailer bien hecho. El más reciente que recuerdo fue esa basura de 'A Lot Like Love' con Ashton Kutcher y Amanda Peet. En el trailer se veía como una típica chick-flick agradable, entretenida, simpática y para pasar un buen rato y... no que bárbaro, casi me quedo jetón.
Con lo que me choca quedarme dormido en el cine.
Pero es como los anuncios, a poco no cuando ven un comercial de McDonalds parece como si fueran las hamburguesas mas buenas de la creación y ya cuando llegan al establecimiento lo que le entregan a uno es como una tortilla aplastada con un trozo de carne y dos pepinillos?
PD: espero que nadie por aquí sea fan de McDonalds jeje
La M. en mi nombre es de McDonald
Hablando de guilty pleasures: ¡los mcmuffins!
Publicar un comentario