viernes, 15 de junio de 2018

Los Increíbles ***1/2












(The Incredibles, EUA 2004) Clasificación ‘A’
Calificaciones: ****Excelente ***Buena **Regular *Mala


Nunca se me hubiera ocurrido, mientras veía cada una de las películas de Bond, James Bond, con toda su exagerada acción, sus melodramáticos enfrentamientos entre el héroe y el megalómano del día, sus exóticas y bellas mujeres en deslumbrantes y fantásticos escenarios, que en medio podría haber una historia rescatable y un mensaje valioso para el público. No me malinterprete, he disfrutado de las veinte películas de Bond como el que más, pero nunca he visto ni buscado en ellas más que lo que son: caricaturas de acción viva para adolescentes y adultos. Aparentemente a Brad Bird, guionista y director, sí se le ocurrió y el resultado es, en parte, Los Increíbles, la nueva película de Pixar.

Qué manera la de Pixar de hilar un éxito tras otro en películas animadas. Considere usted sus producciones para la casa Disney: el díptico Toy Story 1 y 2, donde se explora el valor de la amistad y los conflictos del crecimiento personal; Bichos, una especie de Los Siete Magníficos del mundo entomológico; Monsters, Inc. y su ingeniosa industrialización del Coco y anexas y Buscando a Nemo, el emotivo cuento que retrata la continua angustia de ser padre. La lista no tiene desperdicio y ahora, con Los Increíbles y a punto de dejar el consorcio Disney, Pixar se reafirma como el mejor estudio cinematográfico de animación y muy probablemente en general, con sólo buenas películas y ningún churro en su haber.

Brad Bird toma de dos fuentes más o menos conocidas para montar una historia de valores familiares y de defensa de la individualidad. La primera es la serie de Bond y la segunda es el mundo de los superhéroes, específicamente los Hombres X de Marvel Comics, con su premisa de que el sobresalir es algo indeseable y hasta condenable. Mr. Increíble es el más famoso superhéroe del país y su lucha contra el mal es legendaria y seguida con admiración por el ciudadano común. Junto a él, otros superhéroes combaten el crimen, colaborando con las autoridades. La Chica Elástica es una de ellas y tiene un lugar especial en el corazón de Mr. Increíble. Pero las envidias y los malos entendidos llevan al gobierno a prohibir la actividad de estos superdotados. Así, Mr. Increíble y la Chica Elástica se convierten en Bob y Helen Parr y ahora se dedican, él, a un trabajo de escritorio en una compañía de seguros y ella, a cuidar de su casa y los tres hijos de ambos, la adolescente Violet, el hiperactivo niño Dash y el bebé Jack. Los dos mayores también han desarrollado superpoderes pero sus padres, obedeciendo, deben remachar en sus hijos el esconder sus propias habilidades especiales y comportarse como la gente normal. Una vida muy difícil para Bob Parr: su necesidad de ser congruente con su verdadera identidad es mucha y el ser un hombre promedio es tan desalentador como la reflexión de que promedio es sinónimo de mediocre.

En este punto, Brad Bird hace que Mr. Increíble y la Chica Elástica vuelvan a las andadas, sirviéndose del elemento Bond, en que un villano trata de apoderarse del mundo y “alguien” debe detenerlo. El formato Bond se sigue al pie de la letra, incluyendo al entrañable Q, el maduro agente dedicado a diseñar los excéntricos artefactos para Bond en cada una de sus aventuras. En Los Increíbles, Q tiene la forma de Edna Moda, una modista enana y de mal carácter, que se las sabe de todas todas en lo que a trajes de superhéroes se refiere. La diferencia que Bird encuentra en esta fórmula es que el villano personifica, precisamente, esa mediocridad que les ha sido forzada a los miembros de la familia Increíble. Sus planes para apoderarse del mundo se basan únicamente en mantener el promedio para facilitarse el ser sobresaliente.

La película anterior de Bird, El Gigante de Hierro (EUA, 1999), también exploraba el tema. Lamentablemente nos es más fácil ser iguales, promedio, que sobresalir desarrollando nuestras capacidades. Ambas cintas dirigidas a los niños pero con un mensaje necesario para los adultos de nuestra sociedad actual.

4 comentarios:

Champy dijo...

No mms a poco desde EL Gigante de Hierro no había hecho nada???

Pobre cuate, y eso que según yo Al Gigante le fue de maravilla....según yo.

La recuerdo con mucho cariño, mira que....si no me equivoco es antes de que Ghibli llegara a nuestras vidas, porque siendo honestos Ghibli nos colonizó después del éxito de Chihiro en Berlín, lo que por consecuencia le trajó el Oscar, y obvio que eso la llevó al mundo, pero eso fue en el 2001 creo, aunque en los 80´s se aventaron hitazos como Totoro, Laputa, la increible Obra Maestra La tumba de las luciérnagas...bueno, para cierto sector todo lo que hace Ghibli es Obra Maestra lo cual no creo...

Lo que si creo es que te la bañaste diciendo que Pixar son los mejores del mundo mundial....pueque si, pero después de Ghibli.

2046

Champy dijo...

Oye y el Pablo???

Le hiciste mala cara o que pedo???

2046

Joel Meza dijo...

Hola Champy, no sé por qué no me llegaron las notificaciones de estos mensajes...
Disculpa la demora en contestar.
Sí, Brad Bird se tardó en estrenar después de El Gigante... se entiende, supongo, porque las animadas toman mucho más tiempo.
Mi opinión de Pixar en era esa en 2004, cuando escribí esta reseña, por la lista de éxitos que llevaban hasta entonces. Ahora ya han hecho cosas menores y, cierto, comparando con Ghibli, prefiero las películas de Ghibli.

También es cierto que ya no publico tan seguido como antes, porque dejé el periódico (no por mi gusto) y estuve unos meses en radio, pero ya regreso a las letras. Gracias por seguir por aquí.
¡Salud!

Joel Meza dijo...

Oye, cierto: ¿y el Pablo?