viernes, 18 de abril de 2014

Hijo de Dios *

(Son of God, EUA 2014) Clasificación México ‘B’/EUA ‘PG-13’

Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala
En estos días en que el mundo cristiano conmemora el sacrificio de Jesús es tradicional que en televisión se programen películas sobre el tema, aunque en las carteleras de cine el último estreno pertinente ocurrió en 2004, con la efectiva y literalmente sangrienta La Pasión de Cristo. Y aunque Hijo de Dios se ha estrenado en cines, su pobreza argumental y visual podría ser más propia de una película para la pantalla chica. Bueno, ni eso.

Escrita y dirigida por el documentalista televisivo Christopher Spencer, Hijo de Dios no es más que una colección de momentos en la vida de Cristo, mal ligados y, en algunos casos, mal citados, si consideramos el material fuente (los Evangelios, supongo, aunque no hay ninguna nota aclaratoria al respecto). Por ejemplo, se empalma el reclutamiento de Mateo con la parábola de los dos hombres que subieron al templo para hacer oración, convirtiendo el episodio en un acto de adivinación por parte de Jesús. La reacción de Mateo es muy emotiva en esta escena pero resulta de oquis: prácticamente desaparece el resto de la película, al igual que la desconfianza que en ese momento despierta en los otros discípulos la elección de un cobrador de impuestos.

Y esa es la tónica de Hijo de Dios durante la primera hora y media: fragmentos de los  momentos “más famosos” en el ministerio de Jesús (la curación de un paralítico, el perdón a la mujer adúltera, la resucitación de Lázaro) sin un orden ni una liga que justifiquen el argumento inicial (un anciano Juan nos cuenta que es el último discípulo sobreviviente, mientras rememora su vida junto a Jesús). El último tercio es más coherente al enfocarse en el maquiavélico plan del Sumo Sacerdote del templo en Jerusalén, para deshacerse del Mesías antes de que el gobernador romano Poncio Pilatos cierre sus operaciones por una posible rebelión, justo en medio de la Pascua. Lamentablemente ahí los personajes son reducidos a sus “cinco minutos de fama” y entonces tenemos a Pedro negando a Jesús nomás porque lo tiene que negar; Judas se ahorca sólo porque sabemos que lo tiene que hacer y Pilatos se lava las manos porque se las tiene que lavar.

Me entero, después de haberla visto, que Hijo de Dios es un resumen de la miniserie televisiva La Biblia, transmitida en 2013 por cable en los Estados Unidos y que no he visto ni creo ver: con sus dos horas y feria de duración, Hijo de Dios parece más bien “el corto” que anuncia una obra más larga pero no por eso más buena.

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