jueves, 14 de marzo de 2013

Oz El Poderoso ***1/2

(Oz The Great And Powerful, EUA 2013) Clasificación México ‘A’/ EUA ‘PG’
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

Qué agradable sorpresa resulta Oz El Poderoso, la visión del director Sam Raimi, para la casa Disney, sobre el origen del Mago de Oz, después de tantas películas recientes que se aventuran en el génesis de personajes perfectamente establecidos con anterioridad en el cine, la literatura o los cómics, para darnos versiones pocas veces satisfactorias del personaje en cuestión y la mitología que lo rodea, con Batman como el ejemplo fallido más notorio (lo repito: ¿Batman Inicia? ¿Qué tiene de malo Batman Es?).

Siempre me he preguntado por qué El Mago de Oz se llama así cuando, tanto la película de 1939 como el libro en que está basada, se tratan de Dorothy, la niña de Kansas que se pierde en la tierra de Oz. Eso sí, nunca me había preguntado de dónde había salido el Mago, dado que la historia es autocontenida: hacia el final nos enteramos que el mentado mago no es más que un merolico de feria que algún día se quedó atorado en la tierra de Oz y aprovechó su maravillosa labia para erigirse en el ser más poderoso de esos lares. Las desventuras de Dorothy y compañía pesan mucho más y son lo que queda en la memoria, particularmente después de que se despide tan sentidamente al regresar a Kansas.

Afortunadamente Disney tiene la suficiente experiencia (y el dinero) para arriesgarse con una historia original en un tema tan conocido, sobre todo después de haber dado tan mal paso hace unos años con la pésima Alicia en el País de las Maravillas (Tim Burton, 2010) que supuestamente iba por el lado de “¿y qué pasó con…?” pero en realidad no fue más que una tomadura de pelo que usurpó los nombres de personajes y lugares de las novelas de Lewis Carroll. El caso es que, para no hacerle el cuento más largo, paciente lector, diré que yo no esperaba gran cosa de este “origen” del Mago de Oz.

Y ahora sí que, para empezar, estamos en algún pueblucho de Kansas a fines del siglo XIX, donde una feria itinerante le exprime sus pocos dólares a los campesinos, con actos baratos de circo. Sobresale, por decirlo así, el espectáculo de magia de Oscar, un timador profesional que más que presentar su acto como mero entretenimiento, gusta de convencer a los pueblerinos y a una que otra pueblerina de buen ver, de soltar la marmaja a cambio de rebuscadas presentaciones que quieren rayar en el ocultismo, con todo y efectos de luces y sonido creados tras bambalinas por su ayudante Frank, a cambio de unas monedas, regaños y desprecios. Nos damos cuenta rápidamente que *casi* nadie quiere a Oscar y justo al escapar de otra de sus mentiras es atrapado por un tornado. Supongo que no estoy regando la sopa de más al decir que el tornado lleva a Oscar al fantástico y colorido (hasta ese momento la película ha sido en blanco y negro) mundo de Oz, donde conocerá a algunas brujas, algunos changos voladores, algunos munchkins y un montón de habitantes de la Ciudad Esmeralda.

Y aquí es donde empieza el verdadero éxito de la película. En la tierra de Oz presentada por Sam Raimi, todo parece ser un dibujo o un escenario teatral, construido para montar un espectáculo. Los personajes que Oscar va encontrando también parecen formar parte del montaje, de modo que todo se siente como, bueno… estar en medio de un cuento. Ya que Oscar se medio gana la vida haciendo cuentos, pues aquí está a sus anchas y se hace evidente el buen tino de Raimi al tener al actor James Franco como el futuro Mago de Oz. Franco nunca me ha parecido muy carismático que digamos y su Oscar no lo es, pero tiene un defecto: cree que lo es. En la tierra de Oz se suelta completamente, como si estuviera ensayando ser más relajiento de lo que se ha permitido hasta entonces y hay momentos en que su desenfado me recordó, permítame decirlo, al Tin-Tán joven de películas tan geniales como El Rey del Barrio o La Marca del Zorrillo, que siempre está conciente de sus mentiras pero a veces le salen tan bien que él mismo termina por creérselas. De modo que antes de la mitad de la película, Franco ya tiene al público en el bolsillo.

Luego están los personajes que acompañan a Oscar en su viaje por Oz. Un pequeño y muy gracioso simio alado, vestido de botones de hotel, se convierte en el ayudante inseparable que sólo busca aprobación, justo como Frank, el asistente que Oscar dejó en la feria en Kansas. Muchas de las carcajadas de la película se deben a este chango volador. A ellos se agrega una pequeña muñeca de porcelana, cuyo diseño visual contrasta con el chango, que nunca parece un animal real, más bien un mono de peluche, mientras que con la muñeca nunca dudamos que estamos viendo una hermosa marioneta de cerámica. Con ella hay suficientes momentos de honestidad, tristeza y ternura que ponen a prueba al tramposo Oscar, pero también nos hace reír de lo lindo.

Finalmente, siendo la historia de cómo un merolico se convirtió en el maravilloso Mago, claramente las tres brujas de la tierra de Oz serán determinantes en su destino. No sé qué tan necesario sería conocer lo que pasa con las brujas en el cuento donde Dorothy es la protagonista (aquí ella no existe aún), así que en todo caso, sólo diré que me gustó la forma en que Oscar conoce a cada una de las tres brujas y cómo cada una se va relacionando con él para ayudar a moldearlo como el poderoso Mago. Por supuesto, uno de los mayores disfrutes de la película es que las brujas son las hermosas Mila Kunis, Michelle Williams y, la mejor de las tres, Rachel Weisz sorprendiendo por la forma como abraza su papel sobrenatural.

Decía al principio que muchas cosas pudieron salir mal al querer colgarse de un cuento y película tan conocidos y adorados por tantas generaciones. Afortunadamente todo salió excepcionalmente bien y a una semana de su estreno, ya Disney ha anunciado la segunda parte. Esperemos que la magia de Oz El Poderoso alcance para tanto.

4 comentarios:

Christian dijo...

O.O!!!

Joel Meza dijo...

:)

Anónimo dijo...

Entonces.Qué calificación le das a esta pelicula Joel?, no la he visto, pero ya se me antojó, despues que la vea te doy mi opinión, para ver si concuerdo contigo.

Jessica Meza.

Joel Meza dijo...

Jessica (¡buen apellido!), mi calificación fue "Muy Buena", que es lo que espero haber transmitido en la reseña (y trato de mantener la escala de estrellitas sencilla, para ese efecto). Ojalá la disfrutes como yo. Bienvenida a los comentarios.