Nuevamente somos víctimas de la avaricia/estupidez de los distribuidores nacionales de cine y en Mexicali hemos perdido la oportunidad de ver el celebrado debut, como director, del sobreexpuesto (para mal y con su anuencia) Ben Affleck, el amigo y compañero de batallas de Matt Damon, junto con quien ganara el Oscar a mejor guión cinematográfico por Good Will Hunting en 1997. Su ópera prima, Gone Baby Gone, estuvo apenas una semana en exhibición y ha sido sustituida por algunos estrenos familiares por la época navideña, lo cual se entiende, pero lo inverosímil y completamente molesto, es que continúe exhibiéndose en su ya tercera semana, esa bazofia que es Hannibal El Origen del Mal. Maldición. Así que aquí va lo único que pude rescatar de esta semana. Ya veré algo de lo nuevo y les cuento.
Hitman: Agente 47 **1/2
(Hitman, Francia, EUA 2007)
Calificaciones: ****Excelente ***Buena **Regular *Mala
La burra no era arisca, pero la hicieron. Por experiencia, ninguna, pero NINGUNA película que empiece con la leyenda "Basada en el juego de video [inserte aquí el nombre]" puede ser buena. Al contrario, la regla es que cualquier espectador que se respete escupirá la pantalla y poco menos que incendiará la taquilla para exigir el regreso de sus pesos ante uno de estos bodrios (el hecho de que los cines locales conserven pantallas y taquillas impecables e intactas dice mucho de nosotros... ¿los públicos tienen el cine que se merecen?).
Podría decir "a las pruebas me remito" y seguir con una lista de estas desgracias del cine hollywoodense. Pero como esta es una breve reseña, me limito a comentar que Hitman: Agente 47 es una grata sorpresa en este tipo de adaptaciones. La cinta presenta la historia de un asesino profesional "con más de cien muertes" en su haber que, para variar, es traicionado y perseguido por sus patrones y la Interpol, casi casi "por un crimen que no cometió", en el estilo reciente de Jason Bourne. Sin llegar al nivel de suspenso y genio visual narrativo de esa trilogía, Hitman se deja ver gracias a la ligera historia, a la actuación correctamente plana de Timothy Olyphant como el asesino fugitivo, al cínico policía de Interpol interpretado por Dougray Scott y a la bella Olga Kurylenko, a quien toca ser la compañera del Agente 47 en su huída y darle un pretexto para no hablar solo mientras nos explica la trama. Con un poco más de humor a expensas de su origen de video juego, que lo tiene (el Agente 47 anda por el mundo impecablemente trajeado, rapado y con un visible código de barras en la nuca mientras camina armado por pasillos, disparando a quien se le atraviesa y aumentando su cuenta de muertos a otro ciento antes de que acabe la película, seguramente), escenas de pelea mejor logradas y con un gusto menos prefabricado y, sobre todo, un poco más de desarrollo de personajes, Hitman podría trascender el subgénero. Así como está, al menos es entretenimiento que se alza de entre el resto.
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Hace 6 días
4 comentarios:
Feliz Año 2008, Don Joel.
Muchas gracias, Filomeno2006. Igualmente y que veamos buen cine en el 2008.
Salud.
Mmmm... Debo informarle, señor, que yo soy un adicto a los videojuegos... Así que el señor Hitman... O agente 47, junto a Max Payne o otros chunches, me son altamente adorables. Por tanto... No me insulte a los videojuegos... Y sobre lo otro: tengo una tesis... Me atrevo a defenderla...
"No hay películas malas, hay malos espectadores..."
¿Cómo la defiendo?
Sencillo: sale una película con X actor que no paso ¿Qué tengo que ir a hacer al cine? Que me gusta el cine: sí... Pero, recordemos, es negocio antes que cualquier cosilla... Así, os diré: yo amo Silent Hill (la película)... Y la veré mil veces... Pero odié El Violín... Sí, fui a verla a pesar de sus agravantes, fobias mías: película sobre viejitos con problemas físicos, mañosa y oportunista: dizque con problemática moral por su trama... Pero ¿Tiene la culpa la película? No, yo tengo la culpa ¿Qué andaba haciendo en el cine? Mejor irme a casa, ver esa película que tanto amo y que tan pocas veces veo... Etcétera...
Estimado Duende, aunque el gusto por los videojuegos creo que es cuestión generacional, te cuento que en mi tierna adolescencia pasaba mis horas "de pinta" en un centro comercial, jugando un juego de Atari que se llamaba Phoenix. Pocos años después ocurriría el boom de Nintendo y similares y yo ya era un viejo para engancharme con ellos, pero entiendo la fascinación que pueden causar, especialmente ahora que la tecnología da para posibilidades muy interesantes en cuanto a imágenes y estrategia de juego. Pero no dejan de ser juegos en donde el objetivo es seguir unas reglas que permiten la posibilidad de ganar al adversario (ya sea la máquina u otro jugador). Justo como cualquier otro juego, desde la matatena al beisbol.
El problema con la mayoría de las películas basadas en videojuegos es el mismo que tendría una película basada en un juego de beisbol o de matatena: el juego por sí mismo no es una historia. Se necesita un tema que deje usar el juego como pretexto para narrar algo. Como ejemplos puedo poner varias excelentes películas en las que el beisbol (de matatena no tengo ninguna) es la inspiración o la ambientación, si quieres. Pero ninguna se trata del juego por sí solo. Creo que los aciertos de Hitman, la película, están en este punto y sus fallas las podrás encontrar en las escenas que simplemente ponen la pantalla de juego en la pantalla de cine.
En cuanto a películas malas, sí las hay, con espectadores y/o sin ellos (mejor sin ellos, ¿no?). Después de todo, una buena parte de lo que tú y yo hacemos en estos espacios es diferenciar entre las películas buenas y las malas. Si vas a ver una película y es mala, va a ser mala contigo o sin tí. Lo mismo si es buena. Es muy diferente a ver una película, mala o buena, y encontrar que te ha gustado o disgustado. Estoy de acuerdo en que la película no tiene la culpa de lo que provoca en tí, pero si de antemano (y de alguna manera, generalmente gracias a las críticas) sabes que no te va a gustar, y aún así vas a verla, por supuesto que será tiempo (y dinero, ya que es negocio) perdido para tí.
Ahora, para espectadores malos, los que Diezmartínez denuncia cada tercer día en sus columnas del Noroeste.
Gracias por la visita y que continúen las exigencias.
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