jueves, 9 de abril de 2015

Rápidos y furiosos 7 **

(Furious  7, EUA 2015) Clasificación México ‘B’/EUA ‘PG-13’
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

La séptima entrega de Rápidos y furiosos se reduce, penosamente,  a dos temas: una despedida y el reciclado de la sexta película.

Empezaré por el reciclado: Toretto y compañía ahora son, igual que en la película anterior, agentes secretos del gobierno estadounidense, que reciben su misión para evitar que el megalómano en turno se apodere del mundo. ¿Por qué un pandillero y un ex-policía angelinos estarían calificados para enfrentar amenazas terroristas globales? Porque hay una bonita tradición de Hollywood que nos ha enseñado a no cuestionar disparates como este, siempre y cuando lo que ocurre en pantalla sea muy entretenido y los personajes nos importen.

Y aquí es donde las cosas no salen tan bien en esta séptima película, dirigida por James Wan (el famoso cineasta de terror, fresquecito de su obra mayor, El Conjuro; de lo mejor en 2013, por cierto). El guión es de Chris Morgan, quien ha escrito prácticamente todas las anteriores y, aparentemente, ya no tiene nada qué decir sobre los corredores de carros alterados. Como en la sexta, es evidente el saqueo a cualquier película de James Bond, para acabar pronto. La ejecución de James Wan es apenas funcional y entre las escenas de acción, repletas de corretizas y balazos, no hay nada de emoción ni tensión, principalmente porque estamos seguros de que los personajes, ahora convertidos en superhéroes, van a salir sin un solo rasguño.

Justamente esa falta de emoción genuina es suplida, forzada al espectador, diría yo, por el conocimiento de la lamentable muerte de Paul Walker antes de terminar la filmación. Entre escenas de acción, la película regresa una y otra vez a un triste Toretto, que sabe que tendrá que despedirse de su amigo al final de esta misión (la razón dentro de la película es que O’Conner ahora debe dedicarse a sus hijos). La tristeza en los ojos de Toretto/Vin Diesel es remachada por la sentimental música compuesta por Bryan Tyler, que termina por darle a todo el asunto un aire de despedida telenovelesca.

No hay comentarios: