Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala
"Una moneda por tus pensamientos, querida / Estoy en deuda por tu amor / Estoy en deuda por tu amor..."
- Fish (cantante de Marillion)
¿Qué tiene nuestra pareja en la cabeza? ¿Qué tanto de lo que somos se debe a nuestra idea de lo que nuestra pareja piensa de nosotros? Visto así, el matrimonio puede ser un campo de batalla constante, donde los esposos van cambiando su estrategia y sus acciones, dependiendo de lo que creen que el otro está pensando.
El director David Fincher nos cuenta la historia de un matrimonio perfecto: Nick y Amy, encarnados respectivamente por los actores Ben Affleck y Rosamund Pike. Pike y Affleck hacen un excelente trabajo de representar el deseo de complacer lo que cada uno piensa que el otro tiene en la cabeza, al punto de que su romance nos parece y suena casi irreal. Y un buen día, Amy desaparece. ¿Es Nick culpable?
La estrategia narrativa de Fincher, a partir del guión escrito por Gillian Flynn, autora también de la exitosa novela Gone Girl en la que está basada (y que no he leído aún), es manejar la historia como una intriga. Como espectadores, no sabemos más que los personajes, a quienes vamos conociendo y entendiendo (o eso creemos) a medida que seguimos a Nick, desde el momento en que desaparece su esposa, al inicio de la cinta. De hecho, algo similar pasa con la misma película: por un buen trecho de la primera mitad, pareciera que estamos ante una historia más de intriga y eventual suspenso, en la que finalmente el culpable (quien quiera que sea) se echará solito de cabeza ante la eficiencia de los detectives asignados al caso.
Justamente el éxito de “Perdida” está en jugar con nuestra idea de quiénes son esta pareja perfecta, moviéndonos el tapete varias veces a lo largo de la trama. Es un hecho que uno no puede evitar identificarse con ciertos personajes en una película y ésta no es la excepción. Pero esas sacudidas de tapete sirven para que nuestra empatía cambie tan repentinamente como cambiarle de canal a la tele, para ver ya sea un noticiero respetable o un programa de escándalos tipo “reality”, omnipresentes en este siglo y que, por lo mismo, forman parte de la narración de “Perdida”.
Y, justamente como estar cambiando de canal por mero entretenimiento, así pasa con “Perdida”. Fincher hace su absorbente historia tan entretenida, hombre, tan divertida, que cada vez, incluso ya cuando aparentemente el juego ha sido destapado, queremos saber más de Nick y de Amy. Entre lo pasado y lo presente, ¿qué tienen en la cabeza? ¿Qué se deben el uno al otro?
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