Porque el arte no necesita de estrellitas ni calificaciones, sigue mi batalla personal contra la estupidez de los destruibuidores de cine en México, desde la comodidad de mi sala. En cueros.
(Aunque en este caso, estas letras obedecen a la celebración del centésimo aniversario del debut de Chaplin en el cine, por parte de la cadena mexicana Cinépolis, durante Agosto de 2014. Así que, previamente vestido, a disfrutar en la pantalla grande.)
El Chico
(The Kid, EUA 1921) Clasificación ‘A’
He aquí la película original del bueno para nada que, sin deberla ni temerla, se ve obligado a cuidar de un bebé, para terminar convertido en un excelente padre que no dejará que nada ni nadie lo separe de su adoptado crío.
El Chico, primer largometraje de Charlie Chaplin (una hora de duración) también fue el punto crucial en el que su personaje del vagabundo, para entonces ya muy famoso por los cortometrajes en que aparecía desde 1914, cambió de ser un insolente e irresponsable vago, al héroe adorable como sigue siendo recordado hasta hoy.
Con todo y la discordante escena del sueño en que todos se van al cielo (muy chistosa pero metida con calzador para alargar el metraje), hay que darse el gusto de reír de lo lindo con las travesuras de padre e hijo; así también, prepárese para llorar un poco cuando el niño (el pequeño actor Jack Coogan, que eventualmente se convertiría en el Tío Lucas de la televisiva Los Locos Addams) implora a las autoridades que no lo dejen sin su querido papá.
Ernesto Diezmartínez, crítico de cine en varios periódicos mexicanos (y, de paso, excelente camarada), también se puso pantalones y esto es lo que dice de El Chico, en su sitio en la red.
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