Supermán La Película ****
(Superman The Movie, RU/EUA 1978)
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Supermán Regresa *1/2
(Superman Returns, EUA 2006)
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala
Creo, estimado lector, que no soy el más indicado para reseñar una película de Supermán: desde niño soy “fan”. En televisión, veía las caricaturas sesenteras de Supermán (y Superboy, con Krypto, el Supercán); la serie de acción viva de los 1950s y en las matinés de cine, las películas también de los ‘50s, en blanco y negro. Mis domingos se iban en cuentos de Supermán... hasta bien entrados los 90s. Ahora, ocasionalmente me doy una pequeña dosis del hombre de acero, generalmente con una caricatura. Más de cuatro décadas de seguirlo, creo que sí me califican oficialmente como “fan”.
Así que puede usted imaginar mi emoción cada vez que se estrena una nueva película de Supermán. Lamentablemente, ese gozo se fue al pozo hace siete años, con Supermán Regresa, del director Bryan Singer (X-Men y X-Men 2). Por decir lo menos, salí molesto del cine. La historia inicia con el regreso de Supermán a la Tierra, después de una ausencia de cinco años (que en las pantallas en realidad fueron 19, sin una cinta del superhéroe desde 1987, la pésima Supermán IV). Supermán y, por lo tanto, Clark Kent, decide ir a buscar sus orígenes en los restos del planeta Kryptón, abandonando a sus amigos en Metrópolis. Al regresar, su nave se estrella en una granja en Kansas, donde lo recoge amorosamente su madre adoptiva. Ya compuesto, Clark Kent se presenta en Metrópolis y reinicia su trabajo como reportero para el Diario El Planeta, de donde tiene que salir volando para rescatar la aeronave en que Luisa Lane es pasajera. Mientas tanto, el malvado Lex Luthor roba un trozo de kryptonita, sustancia letal para Supermán. Con ello, Luthor espera evitar que el superhéroe eche a perder sus planes de apoderarse de extensos y valiosos terrenos, convirtiéndose en un magnate de las bienes raíces. Por supuesto, Supermán se escapa de la kryptonita y detiene a Luthor, salvando al mundo una vez más.
En resumen: ni una sola idea original. Lo que acabo de describir es exactamente la misma trama de Supermán La Película, estrenada en 1978 y dirigida por Richard Donner, que asombró a todo el mundo al presentar al hombre de acero volando, por primera vez en tomas extendidas y de manera más o menos “realista”. Pero no sólo el vuelo del héroe convirtió en un exitazo la cinta. Donner echaba mano de un sentido del humor a veces sutil y a veces no tanto, pero siempre salpicando prácticamente cada escena. El resultado, una película que a pesar de sus dos horas y media, convierte lo que podría ser una tragedia (después de todo, el único sobreviviente de un planeta destruido es adoptado en la Tierra y vuelve a quedar huérfano al ver morir a su padre adoptivo), en una aventura fantástica que trajo, por primera vez en la historia, el cine de superhéroes a un plano principal, no sólo en la taquilla sino también ante los críticos y público en general.
El pecado de Bryan Singer con Supermán Regresa fue, a pesar de hacer prácticamente la misma película, no entender justamente la parte divertida que hizo de la cinta de Donner un trancazo. A lo largo de la versión de Singer se percibe una reverencia excesiva a la de 1978, al grado de hacer que los personajes repitan, casi línea por línea, muchos diálogos de aquella película, pero con una seriedad que poco a poco va minando el espíritu festivo que uno esperaría en una adaptación cinematográfica de historietas, por cierto también conocidas como “cómic”. El colmo es ver a Luthor como un desalmado sicópata, apuñalando a Supermán y pateándolo en el suelo, con una violencia perturbadora. Hombre, ya si la palabra “cómico” no le da una pista al director, ni cómo ayudarle.
Decía que en Superman Regresa no hay una sola idea original y falto a la verdad. La única propuesta nueva de Bryan Singer es el hijo que no sabíamos que Supermán había tenido con Luisa Lane. Lamentablemente, tampoco me entusiasmó y sí contribuyó a que me molestara más. Con un hijo, hubiera sido inevitable que la siguiente película se tratara de Supermán y su chamaco. No sé usted, pero mi idea de Supermán es verlo salvando al mundo una y otra vez, no en el parque con su hijo cachando pelotas de beisbol. Y no contento con presentar un innecesario retoño, Singer escogió hacer que el niño mostrara su superfuerza matando a uno de los guaruras de Luthor, en una escena extremadamente violenta. Así que el hijo de Supermán es, además, un asesino. A ver, ríase usted ahora.
Como “fan” de Supermán, pero sobre todo como cinéfilo, sigo prefiriendo, por mucho, la adaptación de 1978, aunque sea más rupestre y sencillita. La sola secuencia del rescate inicial de Luisa en el helicóptero, desde que sale Clark Kent de El Planeta hasta que se despide en el helipuerto, captura toda la emoción y diversión de la película (el chiste de la caseta telefónica inexistente o el padrote que le chulea el traje a Supermán, o, vamos, el comentario de las estadísticas sobre la seguridad de volar a una Luisa a punto de desmayarse). Y todo a base de efectos mecánicos y trucos fotográficos, en una época en que no había dibujos y animación computarizada. Uno se emociona, se ríe y se divierte. Y, en su propio contexto, de que uno le cree que un hombre puede volar, se lo cree.
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