Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala
Seguramente usted recuerda WALL-E, esa película futurista de Disney-Pixar (EUA, 2008) en que un pequeño robot está solo en la Tierra, limpiando todo el cochinero que dejamos los humanos a lo largo de los siglos, haciendo el planeta inhabitable, por lo que eventualmente tuvimos que irnos al espacio mientras el incansable WALL-E limpia que te limpia, esperando nuestro regreso. Básicamente esa es la premisa inicial de El Tiempo del Olvido. Tom Cruise es un técnico de mantenimiento que, excepto por su joven jefa, está solo en el planeta, asegurando que sigan funcionando las máquinas que limpian la Tierra, después de una devastadora guerra global que obligó a la humanidad a mudarse a Titán, una luna de Júpiter. Para una película que originalmente se llama "Olvido", es curioso que contenga tantas cosas que nos remiten no sólo a WALL-E, sino a otras cintas de ciencia ficción.
Instalados en el año 2077, empecemos por lo bueno, que no es poco. El mayor atributo de El Tiempo del Olvido, dirigida por Joseph Kosinski (TRON, El Legado, 2010) es cómo se ve. Todo lo que se muestra en pantalla se ve bastante real: ciudades devastadas (Nueva York, para no perder la costumbre) y cubiertas de tierra; océanos secos, con barcos enterrados en el lecho marino; interminables planicies áridas; cielos claros, cielos tormentosos; una Luna destrozada en el cielo nocturno, consecuencia de la guerra con fuerzas extraterrestres. En lo que queda de mar, se levantan unas gigantescas torres que extraen el agua para eventualmente llevarla a Titán, según nos explica en una narración inicial Jack, el personaje de Tom Cruise, que se dedica a mantener funcionando las extractoras y por lo visto tiene mucho tiempo libre para pasearse entre las ruinas de Nueva York, recolectando objetos de interés, como libros y discos. Jack se mueve en un pequeño avión y ya en tierra usa una moto que sale del avioncito, permitiendo a Cruise prestar a su personaje sus gustos y habilidades en estos vehículos de alta velocidad. Resulta que una buena parte del día, Jack tiene que andar de aquí para allá reparando los destrozos causados por algunos extraterrestres humanoides que quedaron en el planeta después de la guerra y que son bastante latosos, pero nada más.
Cuando JACK-E no está echando mecánica o coleccionando reliquias, regresa a su base, un departamento de lujo, montado sobre una torre junto al mar, con unas vistas preciosas y donde lo espera su también preciosa supervisora, una joven británica que todos los días dirige a Jack a su misión, tanto fuera como dentro del departamento. Y es que, ya que ellos dos son los únicos humanos en el planeta, pues es natural que la supervisora le haya echado el ojo al mecánico y para su suerte es igualito a Tom Cruise. En reciprocidad y ahí supongo que hay que darle el crédito a Sally, la supervisora a control remoto de la misión, Jack también es atraído por su jefa y todos contentos.
Y ahora lo malo que, la verdad, no resulta realmente malo sino más bien flojo y a veces, de plano, sin sentido, dependiendo del punto de vista y de qué tanta ciencia ficción usted haya visto y leído antes de El Tiempo del Olvido. Desde luego, el que una película recuerde a otra en sí mismo no es malo pero, en este caso, desde la ya mencionada WALL-E, prácticamente cada secuencia nos trae a la mente alguna otra película o al menos nos deja con la sensación de que eso ya lo habíamos visto. Esto distrae bastante a ratos, además de que cada vuelta de tuerca o revelación en realidad pertenece a historias ya contadas antes. Es prácticamente imposible discutir estas referencias o copias sin soltar la sopa sobre la trama, por lo que no lo haré aquí. Baste, por lo pronto, decir que gracias a una de estas referencias es que tenemos en pantalla a la bella Olga Kurylenko, esa joven actriz francesa de origen ucraniano que avanza en su carrera a pasos agigantados y a quien usted seguramente recuerda por Hitman, Agente 47 (2007) y 007 Quantum (2008).
Y la verdad, ya como mero entretenimiento, las dos horas que dura estuve tentado a empezar a cantar en voz alta los títulos de las películas que iba recordando pero, como de costumbre, me ganó la decencia y me mantuve en silencio. Aunque no resisto dejarlo, estimado lector, con esta pregunta, si ya la vio o para cuando la vea: con tanta tecnología para viajes interplanetarios y para extraer los recursos de la devastada Tierra, ¿por qué tiene que haber humanos, mucho más limitados que las máquinas que vemos, sacudiéndoles el polvo y causando rencillas entre las dos únicas mujeres del planeta, que para mejorar el asunto, son unas chamaconas que están como quieren? Por más que lo pienso, sólo encuentro una respuesta: para que salga Tom Cruise.
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