Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala
He aquí lo que debe ser una película de superhéroes. Interesante, emocionante, con excelentes imágenes y, sobre todo, muy divertida. Me dicen que Iron Man, la película, está basada en una historieta muy popular en los Estados Unidos desde mediados de los 1960s. Como nunca leí esos libritos, no puedo decir si la adaptación al cine les hace justicia o los supera. Pero no es necesario: Iron Man es un filme de aventuras que se sostiene muy bien por sí solo.
Dirigida por el actor y director Jon Favreau (Elf - El Duende, 2003), Iron Man nos presenta a Tony Stark, un exitoso diseñador y empresario de la industria de la guerra que, como dicen, por azares del destino se ve forzado a utilizar sus habilidades (y eventualmente su dinero) para crear una armadura hecha a su medida, que convierte prácticamente todo su cuerpo en el arma personal soñada: con la armadura, además de protegerse de cualquier proyectil, Tony Stark puede disparar balas y rayos destructivos. Y lo mejor de todo, al menos para quienes gustamos de Superman: puede volar.
El mayor acierto de la película es su personaje central. Interpretado por Robert Downey Jr., Tony Stark empieza como un cuarentón millonario súper consentido, caprichoso, vicioso y egoísta. Y aunque lo suyo es diseñar y vender armas de guerra, lo cierto es que Tony no nos cae mal, con todos sus defectos. Al contrario, Downey Jr. nos da un Tony Stark del que todos quisiéramos ser amigos. Por ello, cuando llega el momento de la verdad, que en este tipo de películas requiere que el protagonista cambie todo en lo que creía y deje atrás su pasado, no nos duele, al contrario, aplaudimos el hecho de que Tony Stark no cambie realmente. Seguirá con sus caprichos y sus vicios, seguirá construyendo y vendiendo armas pero con un agregado: ahora él mismo es el arma perfecta, gracias a su armadura. Tanto así, que cuando la prensa lo bautiza como Iron Man, Tony se emociona con la idea y asume por todo lo alto su nuevo papel: ahora ser un superhéroe.
Cuando la mayoría de las películas de superhéroes de los últimos veinte años insiste en darnos personajes atormentados, que optan por el azote personal a la hora de luchar por la justicia, es reconfortante encontrarse con Tony Stark. El es Iron Man, primero, porque puede y, segundo, porque se divierte horrores.
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