Ya entrados en gastos por los títulos atrayentes, claro que ningún admirador de El Exorcista se puede perder la oportunidad de ir al cine a ver una película sobre posesiones satánicas. Oh, el engaño.
Efectivamente, en esta cinta del director danés Ole Bornedal hay una posesión demoniaca pero el chamuco en cuestión resulta ser un espíritu chocarrero que ha estado encerrado en una caja de madera por casi dos siglos. Cuando una niña de unos 10 años encuentra la caja, la abre y el canijo espíritu se le mete en el cuerpo y se apodera de su voluntad, al atribulado papá de la niña no le queda otra que buscar ayuda profesional… con un aprendiz de rabino/cantante rappero de Nueva York. El papá también se da tiempo de tratar de recuperar el amor de su ex esposa, quien a su vez tiene un nuevo novio ortodoncista que, por supuesto, es odioso sólo porque este tipo de divorcios de película hollywoodense así lo requiere. Y por si fuera poco, el papá de la niña poseída se parte en tres para llegar temprano a la función de baile escolar, donde su otra hija, la bonita, actuará.
Sí, adivinó usted: a Posesión Satánica le sobran muchas cosas. Tan sencillo que hubiera sido contar la historia de la niña poseída; un poco acerca del demonio infractor; otro poco del papá y otro poquito de los rabinos exorcistas. Seamos honestos: todos vamos a estas películas para ver qué tantos estragos causa el demonio y luego ver cómo lo obligan a dejar el cuerpo de la persona poseída. No voy a decir más, excepto que, entre lo que a Posesión Satánica le sobra, está todo el tiempo que nos muestran al chinche espíritu chocarrero. Parece que no han aprendido que lo que más nos atrae es, precisamente, lo que no nos dejan ver.
2 comentarios:
Dijo Ebert que estaba buena. Voy a tener que verla para saber a quién le voy a hacer caso de hoy en adelante.
Salud!!!...os
Miguel Fimbres
Amigos de la Vid
Ebert le dio su máxima calificación a Titanic. Dos veces. A'i nomás pa' calibrar.
Publicar un comentario