(The Little Mermaid, EUA 1989)
Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala
La Sirenita es la película que, en 1989, regresó a la casa Disney a las glorias del cine animado de décadas pasadas, después de varios años de cintas animadas menores.
La adaptación del cuento clásico de Hans Christian Andersen sigue más o menos fielmente la historia de una sirena que desea ser humana para estar con el hombre que ama, por lo que debe decidir entre abandonar su vida bajo el agua o convertirse, para siempre, en espuma de mar. Claro que, siendo Disney, hay tres elementos que no pueden faltar a la hora de llevar la historia a la pantalla grande: canciones, animalitos simpáticos que ayudan a la heroína en turno y un final feliz.
Lo que hace diferente a La Sirenita de las películas anteriores de princesas Disney, es el haber colocado la trama en un musical estilo Broadway, con cinco espectaculares canciones, escritas por Howard Ashman, con música de Alan Menken, cruciales en plantear la situación de la Sirenita y el reto que tiene que salvar para conseguir el amor deseado. Cada uno de estos números musicales son lo que en Broadway llaman “show stoppers”, es decir, tan impresionantes, que al final de cada uno el espectáculo se puede dar el lujo de detenerse tantito para que el público respire, antes de continuar con las emociones.
El número de “Bajo del Mar” (“Under the Sea”) es, con la canción ganadora del Óscar, uno de estos show stoppers, donde el cangrejo Sebastián moviliza a todas las criaturas marinas al ritmo de un contagioso calipso, para convencer a la Sirenita de que, por supuesto, en el mar la vida es más sabrosa. Sin embargo, en mi opinión, el número “Bésala” (“Kiss the Girl”) tiene mayor mérito dentro de la trama, nuevamente con Sebastián intentando ayudar a la Sirenita, ahora usando todo el entorno de una laguna para conseguir que el Príncipe bese a la jovencita y la salve del terrible destino planeado por la Bruja del Mar, que, mención aparte también se lleva las palmas con la canción “Pobres almas en desgracia”.
La excelente calidad de dibujo a mano y animación tradicional complementan una divertida, emotiva y muy amable adaptación de la historia de Andersen; la dirección corre a cargo de Ron Clements y John Musker, que tres años después repetirían la fórmula y el exitazo con Aladino, también para Disney.
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Hace 1 semana
1 comentario:
Solo queda esperar al refrito oscuro y serio dirigido por Michael Bay.
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