Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala
Los Croods es una comedia animada para toda la familia, que se va sobre terrenos andados recientemente por otras películas similares. En algunas cosas le va muy bien y en otras, no tanto. Lo malo es que los desaciertos son más y el resultado es bastante disparejo, incluyendo el fallar en su objetivo familiar, lo cual no deja de ser irónico, dado que los Croods son, precisamente, una familia. De cavernícolas, pero familia al fin.
Todo empieza con una hoguera en la oscuridad, en algún punto indeterminado de la prehistoria, mientras escuchamos la narración de quien suena como una adolescente contemporánea, quejándose de su vida y de su opresivo papá. La narración inicial es ilustrada por coloridas caricaturas sin movimiento, dibujadas sobre alguna pared de roca, cual pinturas rupestres, aunque con un estilo bastante moderno. Así conocemos a los Croods: papá, mamá, abuela, hermano, hermana y a Eep, la chamaca de la voz, que nos presenta a su familia y nos suelta sus frustaciones, propias de la edad. Básicamente, su problema existencial es que Grug, el papá, no la deja salir (de la cueva) ni a la esquina, por miedo a los peligros que acechan a los humanos de esas épocas. Bueno, de acuerdo a lo que nos platica Eep, no puede uno sino estar de acuerdo con Grug: todos sus vecinos han muerto aplastados o devorados por alguna de las gigantescas bestias con quienes comparten el mundo. Pero los adolescentes siempre estarán inconformes, así que Eep no siempre hace caso de las recomendaciones de papá y gusta de escaparse al anochecer, para ver los últimos rayos de sol, antes de encerrase, a regañadientes, en la cueva junto con toda su familia.
Un buen día o, mejor dicho, una buena noche, Eep descubre a otro humano que, para su sorpresa, no es como su familia. No vive encerrado en una cueva y, encima, sabe hacer fuego. Ya se imaginará usted lo que sigue: Eep se enfrenta a su autoritario papá con tal de seguir sus sueños al lado del fogoso galán. Afortunadamente y en una decisión que es el mayor punto fuerte de la película, el verdadero conflicto no está en Eep, que básicamente es una chamaca común y corriente, sino en Grug, el papá autoritario y sobreprotector. Creo que el buen tino de seguir la odisea y el sufrimiento de Grug mientras lucha por mantener unidos y a salvo a los Croods ante todas las adversidades es lo que le da verdadero corazón a esta historia. Después de todo, la impetuosa Eep sólo sufre de algo que se llama adolescencia y afortunadamente se cura con la edad. En cambio, la paternidad... es para toda la vida.
El otro punto fuerte de la película es el estilo de dibujo y animación escogidos. Me gustó que los escenarios, dentro de lo que cabe, se ven reales en el sentido de que una piedra parece una piedra real, lo mismo que el agua, el fuego y sobre todo el polvo, del cual hay mucho, flotando por todos lados en muchas de las escenas, sacando buen provecho del efecto tridimensional, si es que usted escoje verla en este tipo de proyección, a través de los molestos anteojos polarizados.
Donde la película falla es en el abuso de escenas extendidas con acción vertiginosa, donde, pues sí, estarán muy entretenidas, sacudiendo a los personajes de un lado a otro de la pantalla, pero no resultan tan cómicas ni tan reveladoras como para que las tengamos una y otra vez en toda la primera mitad. Definitivamente Los Croods funciona mejor cuando Grug, el cavernícola papá, se detiene a platicar sobre sus miedos, sus preocupaciones y la forma en que intenta resolver o al menos contener todos los cambios que se le vienen encima.
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