(Slumdog Millionaire, RU 2008) Clasificación 'B'Calificaciones ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

(***NOTA: SE REVELAN DETALLES DE LA TRAMA***)
Una noche cualquiera.- Papá, cuéntame un cuento.
- Había una vez una niña que usaba una capa roja con gorrito; todos le decían Caperucita Roja. Un día atravesó el bosque para llevarle a su abuelita una canasta con panecitos y fruta. Un lobo se le adelantó en el camino, se comió a la abuelita, se puso sus pijamas y se metió en su cama. Cuando llegó Caperucita Roja, el lobo fingió ser la abuelita. La miope y confiada niña preguntó "¿Por qué tienes esos dientes tan grandes?" "¡Para comerte mejor!" rugió el lobo y se la tragó en un santiamén. Más tarde llegó el guardabosques, abrió la panza del lobo con un hacha y rescató a Caperucita Roja y a su abuelita. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
- Papá... ¿los lobos se comen a las niñas y a las abuelitas?
- No, hijo, es un cuento.
- Buenas noches, papá.
- Buenas noches, hijo.
La siguiente noche.- Papá, cuéntame un cuento.
- Había una vez dos hermanitos muy pobres, Hansel y Gretel, que se perdieron buscando comida y llegaron a una cabaña completamente hecha de dulce. Las paredes eran de turrón; las ventanas y las puertas, de chocolate; el techo, de galleta... Hansel y Gretel entraron en la casa y como tenían mucha hambre empezaron a comerse las ventanas y las paredes, hasta que entró una bruja, que al descubrirlos los encerró en una jaula, de la que no podían salir de lo gordos que se habían puesto. La bruja empezó a preparar una olla para cocinarlos y comérselos, pero al abrir la jaula se resbaló y Hansel y Gretel pudieron escapar y corrieron hasta su casa con sus papás. Y vivieron felices para siempre.
- Papá... ¿las brujas se comen a los niños?
- No, hijo, las brujas no existen, es un cuento.
- Buenas noches, papá.
- Buenas noches, hijo.
Otra noche más.- Papá, cuéntame un cuento.
- Había una vez dos hermanitos muy pobres, Jamal y Salim...
- ¿Como Hansel y Gretel?
- No, hijo, eran más pobres y vivían en la India, pero podían haber vivido en cualquier pueblucho o cualquier ciudad perdida mexicana. Ahí jugaban en medio de la basura y las letrinas, cuando no estaban en la escuela memorizando mal Los Tres Mosqueteros. Un día unos fanáticos religiosos mataron a la mamá de Jamal y Salim y los niños se quedaron sin casa y sin comida, por lo que tuvieron que irse a vivir, si se le puede decir así, en medio del basurero. Ahí los recogió un señor que los llevó a vivir con otros niños muy pobres también, a un ranchito fuera de la ciudad, donde les dio mucha comida y un petate para dormir, además de enseñarles a cantar. Jamal y Salim pensaron que qué bueno era ese hombre, que durante el día llevaba a todos los niños a la ciudad y los dejaba en los cruceros más transitados, para pedir limosna. Una noche, de regreso en el "orfanatorio", el señor le quemó los ojos a uno de los amigos de Jamal y Salim, para que la gente le diera más limosna por lástima. Cuando el señor estaba a punto de quemarle los ojos a Jamal, Salim le echó ácido en la cara a uno de sus captores y escaparon en un tren. Los señores del orfanatorio no los pudieron atrapar, pero se quedaron con Latika, una amiga de Jamal y Salim que también había perdido a su mamá a manos de los fanáticos religiosos.
Jamal y Salim ya no pudieron regresar a la escuela y crecieron trabajando en muchas cosas ilegales y robando comida, porque no sabían hacer nada más. Un día, cuando eran ya unos muchachos, se propusieron rescatar a Latika de las garras de los señores que les quemaban los ojos a los niños. A Latika no se los quemaron, pero la convirtieron en prostituta y así le podían sacar más dinero. Cuando estaban a punto de rescatarla, aparecieron los hombres malos, incluyendo al que Salim le había quemado la cara años antes en el orfanato. Jamal y Latika creyeron que todo estaba perdido pero Salim sacó una pistola de entre sus ropas y mató al jefe de los malos. Huyeron y para protegerse, Salim se puso al servicio de un narcotraficante muy poderoso, no sin antes violar a Latika a punta de pistola, lo que rompió el corazón de Jamal, que estaba enamorado de Latika desde que eran niños. Jamal no volvió a ver a Salim y a Latika, quienes se fueron a vivir con el poderoso narcotraficante.
Un día, el pobre Jamal, que trabajaba de mandadero en una compañía telefónica porque no tenía mayor instrucción, entró a un concurso de la televisión donde podía ganarse veinte millones de rupias. Con ese premio soñaba en rescatar a la bella Latika de ser la amante piruja del narcotraficante y también librarse de su hermano y de la mierda que lo rodeaba desde niño.
Aunque Jamal nunca volvió a la escuela desde que su mamá fue asesinada por ser musulmana, todas las preguntas del concurso eran muy fáciles y estaban relacionadas directamente con eventos traumantes de su infancia. Además, se las preguntaron en el orden en que cada cosa le fue pasando en la vida, lo que hizo más fácil que Jamal contestara todo correctamente y se ganara los veinte millones de rupias. Latika se enteró de que Jamal ahora era millonario y escapó de las garras del narcotraficante, dejando a Salim detrás para que se mataran entre ellos, literalmente en un baño de sangre y rupias.
Jamal, ahora millonario, se dio cuenta que la vida seguía siendo una letrina gigante y que nunca podría limpiarse toda la mierda en la que se sumergía una y otra vez; entonces se fue muy triste a la estación del tren, a escaparse una vez más, pero Latika pudo encontrarlo, se besaron y bailaron alegre música de la India, muy contentos de estar juntos otra vez, con un montón de extranjeros, todos seguramente felices de estar junto a un millonario analfabeta lleno de resentimiento y a una prostituta tan sana y tan bonita. Y vivieron felices para siempre, con el recuerdo de esos niños huérfanos y desnutridos que fueron alguna vez.
- Papá... ¿existen los fanáticos religiosos, los abusadores de niños, los tratantes de blancas, los narcotraficantes, los asesinos a sueldo?
- Sí, hijo, pero éste es un cuento. ¿No oíste que Jamal al final se hizo millonario y se puso a bailar muy feliz con la hermosa Latika y con muchos extranjeros convenencieros?
- Papá ¿existen los extranjeros convenencieros?
- ... sí, hijo... pero éste es un cuento...
- ¿Quién te lo contó?
- ... Danny Boyle...
- ... buenas noches, papá...
- ...