viernes, 30 de septiembre de 2016

Mi amigo el dragón **

(Pete’s dragon, EUA 2016) Clasificación México ‘A’/EUA ‘PG’
Calificaciones: ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

“Mi amigo el dragón” es una mezcla, para los pobres, de: Tarzán, El Libro de la Selva, E.T. El Extraterrestre, King Kong y Liberen a Willy, de ahí no pasa.

Los lectores habituales recordarán que la falta de originalidad en el cine no es una de mis quejas, sino la pobre manera en que se puedan abordar historias que ya han sido contadas antes. En este caso, en todas las películas de donde “Mi amigo el dragón” copia temas y escenas, el cuento está mucho mejor contado y los personajes son mucho más entrañables.

El dragón y el niño son muy vistosos y simpáticos. Pero si ellos no llevan la historia, sino los adultos que aparecen en la película, más vale que esos adultos también sean vistosos y simpáticos. Y, pues no: Ni lo uno, ni lo otro. Risas por ahí y por allá, un par de escenas de peligro y un final feliz para todos. Después, a olvidarla.

jueves, 22 de septiembre de 2016

El bebé de Bridget Jones ***1/2

(Bridget Jones’s baby, RU/EUA/Francia 2016) Clasificación México ‘B-15’/EUA ‘R’
Calificaciones: ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

Para mis amigos y colegas de La Voz de la Frontera, felicidades por 52 años de ser parte de la historia cachanilla.

A mí, Bridget Jones me cae re-bien. La conocí hace 15 años, en El Diario de Bridget Jones (2001) como una cachetona (por arriba y por abajo) chamaca inglesa abriéndose paso en el mundo de la publicidad en Londres, mientras llevaba en su diario el recuento de su consumo de comida chatarra, alcohol y fantasías eróticas. Sus disparatadas aventuras y desventuras me divirtieron bastante en el verano de 2001. A mí y a millones de cinéfilos alrededor del mundo. Ahora, en 2016, doce años después de una segunda película (Bridget Jones: Al borde de la razón, 2004) apenas entretenida pero perfectamente olvidable, Bridget regresa triunfal con una noticia: Está embarazada y, congruente con su moral, hay un pequeño problema. No sabe quién es el papá.

La premisa, por sí sola, a mí me dio mucha risa. Y la película, gracias al cielo hollywoodense y dirigida por Sharon Maguire (directora también de la primera) no se entretiene con los clichés del embarazo, sino que exprime la incertidumbre sobre el padre, explotando al máximo el triángulo amoroso entre el empresario gringo (Patrick Dempsey disfrutando sus aires de galán televisivo) que es la nueva conquista de Bridget, y, quién más, Mark Darcy (Colin Firth, ahora galán otoñal), eternamente predestinado para Bridget, quien no puede ser otra, a estas alturas, que la estadounidense Renée Zellweger, exitosamente reinstalada como esta simpática, viciosa, calenturienta y destrampada londinense.

Las carcajadas resultan de una trama que va de una situación absurda a otra, sacando el máximo provecho de los enredos y, con gran acierto, de los personajes secundarios, que incluyen nuevamente a los papás de Bridget (qué afortunado uso de los veteranos Gemma Jones y Jim Broadbent). Nueva y efectiva en la historia es Miranda (Sarah Solemani) la mejor amiga (que reemplaza al trío original de la primera película), sin pasar por alto a la francota ginecóloga interpretada por la genial Emma Thompson, a quien, por cierto, tenemos que agradecer por este hilarante guión.

Finalmente, las canciones de los 80s y 90s elegidas por el productor Nick Angel, para aderezar cada situación, son todo un triunfo de emparejar acción y personajes con la música e incluso hay un chiste muy bueno que tiene que ver con la edad de Bridget y cierta joven estrella del pop actual y su canción “más famosa”. Creo que en esta escena hay una clave: Como decía, conocí a Bridget hace 15 años y ahora, casi a los 50, me ha hecho reír como no me pasaba en un cine en lo que va de 2016. No sé si la escena de esa estrella pop funcione igual para los espectadores veinteañeros, que seguramente sí lo conocen. Extrapolando: No sé si “El bebé de Bridget Jones” funcione igual para los espectadores veinteañeros, que, segura y tristemente, no conocen a Bridget.

sábado, 17 de septiembre de 2016

Perdiendo el norte **

Esta semana se estrena en cines la comedia mexicana “No manches, Frida”, del director español Nacho G. Velilla. Aquí va mi reseña de su comedia anterior, que actualmente se puede ver en Netflix.

(Perdiendo el norte, España 2015)
Calificaciones: ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

“Perdiendo el norte”, película española, hace honor a su nombre, al mezclar no tan exitosamente la comedia costumbrista y de enredos, con la comedia romántica. La historia inicia con las desventuras de Hugo y Braulio, dos jóvenes profesionistas españoles que, ante la crisis económica actual en su país, deciden emigrar en busca del “sueño alemán” (más o menos como los compatriotas que se van pa’l gabacho). Eventualmente, la trama se descubre como una comedia romántica estándar, dejando de lado y para mal, lo ganado por la parte costumbrista.

Aún así, se disfrutan todas las entradas y salidas de los personajes secundarios, justo como en el trabajo más conocido en México del director Nacho G. Velilla: la exitosa serie televisiva “Aída”, que en México vimos hace algunos años en TV Azteca.


viernes, 16 de septiembre de 2016

Star Trek: Sin límites ***

(Star Trek Beyond, EUA 2016) Clasificación México ‘B’/EUA ‘PG-13’
Calificaciones: ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

Después de las entretenidas cátedras de fanatismo “startrekero” del director J.J. Abrams, que fueron las dos películas previas (11 y 12) de la serie anteriormente conocida como Viaje a las Estrellas, la número 13 opta por una trama nueva que ya no hace referencia a las viejas películas. Por fin, Star Trek se libra de la carga autoimpuesta de querer demostrar que sí: Esto es Star Trek con todas las de la ley.

Y es que hay cambio de director en la longeva franquicia fílmica (inició en 1979): Ahora la responsabilidad de contar las aventuras del Capitán Kirk y compañía es de Justin Lin, quien llega con 4 episodios de Rápidos y Furiosos bajo el brazo. La experiencia de Lin parece influir en dos puntos muy evidentes en “Star Trek: Sin límites”. En primer lugar, es reforzado el sentido de pertenencia al grupo (o familia, como dice Toretto en aquellas películas) encabezado por Kirk (el actor Chris Pine, ya establecido como el rebelde capitán). Y, por el lado visual, abundan las frenéticas escenas de acción fotografiadas y montadas de forma que, lamentablemente, no siempre se entiende bien a bien qué está pasando en la pantalla.

Otro aspecto interesante es cómo ahora la historia se mueve siempre por parejas de personajes. Así, al principio tenemos a Kirk y a su primer oficial, el vulcano Spock, tratando de decirse el uno al otro que “no eres tú, soy yo” en relación a su mutua permanencia en la misión exploradora de 5 años de la nave Enterprise, de los cuales ya han cumplido 3.

Después, ya enfrentado el Enterprise con el malo de la película, las peripecias de los personajes también van por pares: El Capitán Kirk y el oficial Chekov (Anton Yelchin, a quien extrañaremos dando profundidad a la caricatura del leal y eficiente navegante ruso) trabajan juntos para reunirse con el resto de la tripulación en el hostil planeta donde son prisioneros. Spock (un sobrio y austero Zachary Quinto) y el Dr. McCoy (eternamente sobresaltado y exagerado Karl Urban), por su cuenta y también víctimas del ataque masivo, tienen que aguantarse el uno al otro si quieren sobrevivir. La Teniente Uhura (combativa Zoe Saldaña), en cambio, tiene que hacer pareja con el malvado villano (Idris Elba desperdiciado bajo kilos de maquillaje), enfrentándolo directamente para salvar al resto del grupo, lo cual da el pretexto para que el malo explique su plan y sus motivos.

En esta estructura de parejas, la sorpresa está en la que forman el Oficial de Máquinas, el Sr. Scott (desatada caricatura escocesa por el actor británico Simon Pegg) y una aguerrida joven extraterrestre (la actriz argelina Sofía Boutella), también prisionera del villano. En este par, al igual que en la de Spock y McCoy, descansa mucha de la comedia que, a lo largo de la película, aligera el mensaje “rápidoyfurioso” de la fuerza de la familia. Y también como con la pareja dispareja interpretada por Quinto y Urban, es clara la capacidad de Pegg como fuerza cómica para llevar una película completa.

Justamente el guión de “Star Trek: Sin Límites” fue escrito por el propio Simon Pegg, especialista en comedia, junto con Doug Jung, de experiencia mayormente televisiva y episódica. El resultado, finalmente, es consistente con lo mejor de la antigua serie de tele: comedia, dilemas morales, aventuras y antagonistas nuevos en cada episodio. ¿Listos para el 14?

sábado, 10 de septiembre de 2016

Star Trek **1/2

(Star Trek, EUA 2009)
Calificaciones: ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

Star Trek es la undécima película de una serie que inició en 1979 con “Viaje a las Estrellas - La Película”; título necesario y aclaratorio, supongo, ya que “Viaje a las Estrellas” originalmente fue una serie de televisión estadounidense de fines de los ‘60s, que alcanzó estatus de culto global durante sus repeticiones en los ‘70s, alrededor del mundo. Siguiendo la moda actual de las franquicias fílmicas, Paramount Pictures reinventa el hilo negro y nos presenta otra vez, por primera vez, todos los elementos que pudiera uno necesitar para navegar por el universo de la serie.

Así, ¿qué más quiere usted que el inicio INICIO? Si el Capitán Kirk de la tele y las películas anteriores es la rebeldía personificada, ¿a poco no sería bonito mostrar por qué Kirk es tan rebelde? Bueno, pues prepárese para verlo nacer (sí, NACER) en las condiciones propicias para que de adulto (encarnado por Chris Pine) desobedezca orden tras orden de la Flota Estelar a bordo de la nave Enterprise.

O, ¿qué tal el Sr. Spock? Si lo único que sabe usted del Sr. Spock es que es el de las orejas puntiagudas, agárrese (y que conste que no es albur), porque aquí verá cómo de niño le quitaron su patito de hule y en ese momento decidió nunca volver a mostrar su lado humano, como buen vulcano que llega a ser (de adulto, el actor Zachary Quinto y no se preocupe, aquí también le explican qué es un vulcano).

En otras palabras, estimado lector, Star Trek no es nada sutil al contarnos el origen de TODO, si bien lo hace de una manera entretenida y nunca aburrida. Además, la tripulación del Enterprise se da tiempo para enfrentarse a Nero, un megalómano que quiere destruir (qué sorpresa) el mundo… bueno, la galaxia, para estar a tono. Nero, en la piel de Eric Bana, es un malo convincente aunque, por supuesto, Star Trek también para él nos proporciona la explicación del patito de hule.

¿Lo que no me gustó? Seré breve: el estilo visual escogido por el director J.J. Abrams. Salvo contadas secuencias, ese estilo es todo menos visual. Cuando Abrams no está sacudiendo la cámara al punto de que no se puede distinguir a un ruso de un japonés o a un vulcano de un romulano, todas las luces del foro están dirigidas al lente, manchando la imagen de una forma muy estorbosa.

Y finalmente, en Star Trek hay una diferencia fuerte respecto a las anteriores: la estructura de película de acción gobierna por primera vez la trama y aquí es donde recuerdo la pregunta de mi amigo Jorge Imperial: ¿En una película de acción, duda usted que las cosas van a salir bien para los héroes? Bueno, tenemos franquicia para rato para averiguarlo.

(Si usted gusta, acá puede leer la versión original de esta reseña, publicada en 2009.)

viernes, 2 de septiembre de 2016

Jason Bourne **

(Jason Bourne, EUA 2016) Clasificación: México ‘B-15’/EUA ‘R’
Calificaciones: ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

Quien de plano no sabe plantarse sino que la pasa corriendo, tirando guamazos y echando plomazos, es Jason Bourne. Seré breve: en su cuarto turno como el asesino programado por la CIA que recupera la memoria, Matt Damon se ve tan aburrido como el público en la sala, con predecible corretiza tras predecible corretiza, sin una meta interesante. Al menos, la última persecución de la película, en Las Vegas, sí es muy buena. Pero al director Paul Greengrass le faltaron personajes de verdad y le sobraron clichés.

Un holograma para el rey ***

(A hologram for the king, EUA/México 2016) Clasificación: México ‘B-15’/EUA ‘R’
Calificaciones: ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

Permítame, estimado lector, una nota al margen. Sí, leyó usted bien: Esta película protagonizada por la superestrella Tom Hanks es una coproducción gringo-mexicana. La empresa mexicana Fábrica de Cine se ha lanzado a las grandes ligas. Y por si fuera poco, en unos meses veremos, de esta misma productora, “Silencio”, la nueva película del maestro Martin Scorsese. A’i nomás pa’l gasto. Enhorabuena a Fábrica de Cine.

Ahora sí, mi reseña: “Un holograma para el rey”, del director Tom Twyker es una buena película para adultos. Pero adultos de verdad, no esos que, por ley, a partir de los 18 años pueden, además de elegir gobernantes, beber, fumar y ver películas con gente desnuda enfrascada en asuntos eróticos. Las primeras escenas dan una pista al respecto: En un video musical, Tom Hanks se presenta como Alan Clay, vendedor de altos vuelos que, camino a Arabia Saudita para conseguir un negociazo con el rey, se pregunta “¿Cómo llegué aquí?” Aunque no lo crean los “adultos” que tienen poco de serlo legalmente, a veces, los que ya tenemos algunas décadas siéndolo, nos hacemos esa pregunta.

En el resto de la hora y media que agradablemente dura “Un holograma para el rey”, vemos a Alan buscando tener el control de cada situación en que está inmerso, sea su divorcio o sus esfuerzos por pagar la universidad de su hija; sea llegar a tiempo a su cita con el elusivo rey, o aguantar al pintoresco chofer árabe (Alexander Black al tú por tú con Hanks) que insiste en amenizar el recorrido con joyitas del rock gringo (-“¿Te gusta Chicago, Alan?” –“No en el invierno.” –“La banda, no la ciudad…”); sea arreglar la simbólica joroba que le ha salido en la espalda, o aguantar la espera, en el desierto árabe, por un cliente que se niega a aparecer. Y reconocer el oasis que aparece ante sus ojos, tal vez un espejismo, tal vez real, en la forma de una amable doctora (Sarita Choudhury) que se reconoce en Alan, ambos como adultos de verdad, con la ansiedad producida por la necesidad de respuestas a esas preguntas de adulto.

¿Consigue Alan su cita con el rey? ¿Logra echar a andar el holograma del título? Aviso a los espectadores recién graduados de adultos, que normalmente pueblan las salas de cine: No importa. La vida sigue y uno echa mano de lo que tiene para plantarse, con los dos pies, donde sea.

Me estás matando, Susana ***1/2

(México, 2016) Clasificación: México ‘C’/EUA ‘R’
Calificaciones: ****Excelente ***Buena **Regular *Mala

Me estás matando, Susana, adaptada por el director Roberto Sneider, a partir de la novela Ciudades Desiertas, de José Agustín, es una película muy buena: Me dí cuenta cuando me rendí ante el personaje principal, interpretado o, mejor dicho, encarnado perfectamente, por Gael García Bernal. Un macho, pendejo, hijo de la chingada pero muy simpático el cabrón (entre otras, toda esa secuencia de su llegada y presentación bilingüe ante académicos en una universidad gringa, con esas perlas dichas apenas al pasar: -"No, I´m not that mexican, I'm another mexican"; -"Thank you, but I was already in America." -"Eligio de la Chingada, mucho gusto.", etc.).

De José Agustín sólo he leído “Dos horas de sol” (saludos a mi amigo Ernesto Castro, quien me la recomendó y prestó, en su momento), pero reconozco en “Me estás matando, Susana” a ese carismático macho mexicano baboso que a la hora de la hora se quiebra ante la situación. ¿Cuál situación? Pues cuál habría de ser que no le afectara más: Perder a su mujer, por supuesto.

En “Me estás matando…”, me gustó ese retrato del deseo vicioso del macho: que mi vieja sea poco menos que una ardiente piruja, ah, pero eso sí, que lo sea por generación espontánea. Y si no, pues voy y le parto en su madre al que le enseñó; claro, después de que se me baje mi propia er... emoción.